Atrapada en tu infierno.

Sesenta y nueve.

Dos menos cuarto.

Son las dos menos cuarto de la madrugada y sigo mirando el móvil, sigo recordando una a unas todas tus llamadas. Cuanto las echo de menos, quisiera que el móvil sonara, sí. Que en la pantalla apareciera tu nombre para sentir todos mis nervios, la última vez que llamaste a esta hora no estabas sobrio, la última vez que llamaste me hablaste del amor de tu vida, sentí mi corazón romperse en dos mientras te escuchaba suspirar de amor y darme cuenta de que no era por mí. Recuerdo tu risita baja mientras me jurabas que ibas a recordar que me habías llamado, recuerdo escucharte decir que te gustaba mi voz, recuerdo que conté todas las veces que dijiste mi nombre, también las veces que te escuche gruñir, incluso recuerdo tu respiración, también recuerdo que cinco minutos después de colgar llore en silencio, lloraba por ti, por tu amor, llore porque no eras para mí.