Atrapada en tu infierno.

Sesenta.

Ansiosa espero su amor.

He mirado la pantalla del móvil todo el día aun sabiendo que no llamaras, que pueden llegarme 20 mensajes de texto pero que ninguno tendrá tu nombre, pero me gusta atormentarme, me gusta llenarme de esperanzas. Y como entendí que ya no vas a estar aquí no quería hablar con nadie de ti, pero alguien más me ha recordado que existes, que aunque ya no me escribas a mi te sigues desvelando con otra, y he vuelto a pensar un poco más en nuestra historia, me pide que le cuente de ti, que le haga saber cómo te he aguantado, sonrió mientras le escribo y le hago entender que a medida que pasaba el tiempo me fui acostumbrando a tus cambios de humor, a tu malas mañas, que me causaba risa escucharte hablar de amor, cuando en realidad no querías algo más. Lo odias eh? Pues yo también lo odio, ahora mismo lo hago sin quererlo, porque no entiendo el porqué de su partida, el porqué de sus desplantes, acostúmbrate a él, eso es lo que puedo decir, pero no, a la gente no le gustan los cambios de humor, no le gusta que los usen, y duele saber eso, porque me doy cuenta que no soy la única que nota lo malo, que no solo yo sé que me haces daño. Pero obsérvame bien, llevo una sonrisa falsa esperando que algún día alguien más me dé motivos reales para sonreír, no, es una mentira más, ansiosa espero su amor, su regreso.