Capítulo 19
Miré a Michael a los ojos, sin saber qué decir.
— ¿Los dos piensan igual? —pregunté con ambas cejas alzadas.
Intercambiaron miradas y luego me observaron.
— Yo tengo otra teoría —comentó Ethan—. Mi casa tiene chimenea, es muy fácil entrar por ahí, una vez lo intentaron.
— Emma, ¿tú tienes chimenea? —preguntó Michael.
— No —negué y mi vista se dirigió a la pared de la cocina—. Pero tengo sótano, hay una ventana, nunca se cierra porque no se puede.
Michael hice una mueca, algo así como "¿no lo ves?" y yo sólo suspiré.
— Ese hombre es el padre de Ethan, es como mi padre —exclamé en un susurro—. ¡No puede matar ni a una mosca!
— Yo nunca dije que es el asesino —aclaró el detective—. Estoy diciendo que hay alguien que está ayudando al asesino.
— ¿Está todo bien? —Fred abrió la puerta de la cocina con una sonrisa.
Los tres miramos hacia el hombre parado a nuestra derecha. Y observé a Fred diferente, tratando de ayudar a alguien que quiere asesinarme. Pero también lo vi mientras bromeaba sobre la comida de mi mamá, lo vi trayéndome una película francesa cuando me sentía mal, lo vi presentándome a Ethan con un especial brillo.
— Estábamos hablando del pelo marrón de Maca —mentí mientras sonreía.
Ethan y Michael suspiraron, Fred sólo levantó ambas cejas.
— La madre de Ethan es rubia.
Dios.
Eso me pasaba por mentir demasiado.
— ¿En serio? —miré a Ethan con el ceño fruncido—. ¿Y a quién saliste morocho?
— Sólo hablamos de cómo hacer la fiesta sorpresa de mamá —calmó Ethan.
— ¿Cuándo cumple? —preguntó Fred.
— En dos semanas, si quieres puedes venir.
Peter estaba en la camilla del hospital, comiendo una gelatina mientras miraba la televisión. Y yo me estaba impacientando. No había hablado desde que llegué, y yo seguía esperando respuestas que nunca me iba a dar.
— Peter —musité nuevamente—. ¿Podemos hablar?
Él no respondió, ni siquiera me miró. Seguía comiendo y riendo con la televisión.
— Trajimos a tu madre, a tu hermana —comencé a enumerar—. No te dejamos morir luego de querer matar a uno de los nuestros, te pagamos parte de la operación del hospital y tú sigues actuando como si esto fuese una situación tragicómica.
No habló ni se limitó a prestarme un poco de atención. A ese punto yo ya estaba exasperada, por ende suspiré y dije lentamente:
— Si no me respondes le diré a tu madre que me hiciste cuidar a Violeta cuando te fuiste a una fiesta de primero —Peter dejó de comer y me miró—. Ambos sabemos que ese sería el mayor de tus problemas.
El chico dejó la cuchara en el plato y se reincorporó, apagó el televisor y me sonrió sin ganas.
— ¿Qué necesitaba? —preguntó.
— Necesito que me digas algo que nos ayude a guiarnos —me relamí los labios—. Sé que tú sabes el nombre del asesino, que lo conoces. Y también sé que no me lo vas a decir, pero necesito que me ayudes.
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Dentro del relámpago
Mystery / ThrillerApunto de terminar la secundaria y con un amor imposible, Emma piensa en su futuro y los millones de sueños por cumplir. Pero algo se cruza en su vida: una serie de asesinatos, robos y amenazas se dirigen a su ciudad. Y Emma se ve involucrada cuand...