Capítulo 16

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Capítulo 16

Presioné los ojos con fuerza y los abrí de pronto. Necesitaba concentrarme, necesitaba ver esa luz que me guiara hacia el buen camino. 

Pero ese camino no existía.

— ¿Emma?

Alcé la vista de mi cuaderno y noté el rostro de Brenda. Estaba en el patio de la escuela, tratando de estudiar para el examen de biología.

—Hola —le sonreí un poco cansada—. Hace mucho no te veía, ¿está todo bien?

Era verdad: hace mucho no cruzaba vistas con ella. Y realmente extrañaba a mi amiga, siempre fuimos inseparables junto a Is. Pero las cosas se complicaban, crecíamos y todo lo que no quería que pase, pasaba. 

Brenda tenía una coleta y aspecto calmado. Se sentó junto a mí y sonrió.

—Lo sé, estuve haciendo... cosas.

Asentí sin preguntar más. No sabía como llevó lo de su madre, o si su padre está vivo. Y yo no quería molestar con mis preguntas, estos meses estuvieron llenos de ellas. Entonces se formó un incómodo silencio entre nosotras, en donde yo estaba en mi mundo y ella tratando de volver a su antigua viva, aunque esté rota.

Al final, Brenda leyó el título en mi cuaderno y preguntó:

— ¿Biología? —preguntó—. ¿Quieres que te ayude?

Abrí la boca pero no dije nada, nunca lo decía. Pero necesitaba ayuda, necesitaba gritarle a alguien lo que me sucedía. No me bastaba con Ethan, no me bastaba con Michael, no me bastaba con mi mente. Quería gritar que maté a mi padre, que un asesino me perseguía.

—Sí —solté de la nada—. No entiendo nada, no sé nada y si no apruebo pierdo la materia, Brenda —dije rápidamente.

Ella me miró y sonrió, tranquilizándome.

Realmente las cosas eran raras. Dos adolescentes, dos amigas que se ven nuevamente. Una tiene a su madre muerta, otra mató a su padre y la persigue un asesino. Y, si agregaba a Is, tendríamos a otra recibiendo un disparo. Y sinceramente creía que eso no era nada, que había gente sufriendo de verdad, y que les dolía el corazón hasta no poder más.

Y yo me seguía preocupando por biología.

—Vas a aprobar, ¿está bien? Te lo prometo.

Asentí y los siguientes diez minutos se basaron en mi evaluación, hasta que apareció Scott. Todas las personas prestaron atención a su cuerpo corriendo rápidamente hasta una profesora. Veía como sus labios se movían de forma desesperada, pero no podía oír nada. Parecía preocupado, casi desesperado. 

Me paré tratando de ver un poco más, Brenda me imitó y ambas caminamos unos pasos. Entrecerré los ojos al ver como él se alejaba, yéndose de la escuela temblando. Mi mente me gritó que lo siguiera, pero mi vista se bajó hacia mis cuadernos y me dije que no, que hoy necesitaba concentrarme sólo en biología.

— ¿Estás diciendo que sólo se fue? —preguntó Ethan sentado en una silla de su casa. Asentí.

Él y yo no hablamos del tema, no me preguntó porqué lloraba ni me dijo algo que tenga que ver con esa noche. Y yo estaba bien con eso, porque no le podía decir. Pero, por otro lado, mi alma pedía a gritos que contará algo.

—Se quejó y se fue, nada más —me encogí de hombros reposando mi espalda la pared.

Nuestros ojos se dirigieron a Michael, que miraba nuestra pizarra, concentrado. Últimamente pedíamos mucho su ayuda, lo creíamos un experto o algo así, lo creíamos nuestra última esperanza. Y, en cierto modo, lo era.

Dentro del relámpagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora