Capítulo 25
Sentí la mirada de Ethan al cerrar la puerta. Me giré y choqué mis ojos con los suyos.
—Te juro que nunca le hablé —me encogí de hombros.
Él sonrió y se acercó a mí. Y sé que no era el momento más adecuado, pero mi corazón comenzó a acelerarse y mi boca se estaba secando de los nervios. Me ponía nerviosa y no sabía porqué exactamente.
—Pero ahora le hablaremos, está involucrada.
— ¿Cómo lo sabes?
—Últimamente los sospechosos se multiplican y las personas que quieren ayudar, también.
Me sentía tan vacía por dentro, sin saber qué decir. Preguntándome dónde estaba mi alma, porque juraba que mi cuerpo estaba deshabitado. Tal vez se encontraba en una ciudad desierta, con las luces aún encendidas pero el sentido apagado.
Visualicé a Ethan, me estaba viendo con los ojos entrecerrados. Asentí sin saber porqué.
— ¿Estás bien? —preguntó.
No. No estaba para nada bien. Todo era un reloj, un tic tac resonando todo el tiempo en mi cabeza; siempre avisándome que nada sería fácil, que tenía los días plenamente contados.
De repente, la puerta se abre y entra mi madre. Se queda un poco sorprendida por ver a Ethan y a mí media-muerta en mis pensamientos.
Los tres nos miramos unos segundos, hasta que ella reaccionó:
— ¿Qué hace él aquí? —soltó de pronto.
Y me sorprendí. No sólo yo, también Ethan. Mi madre nunca reacciona de tal manera, y menos con él. Era como si estuviese molesta de su presencia en casa, como si algo se hubiese arruinado en su día y esto lo complemente.
Fruncí el ceño, ella dirigió su mirada a mi mueca y aflojó su enojo.
—Perdón, estoy teniendo un día terrible —se limitó a decir—. Pero, ¿qué hace Ethan aquí? Fred dijo que estaba en el trabajo y...
—Me puedo ir si quieres, Cass —aceptó él sin problemas.
Mi ceño se frunció aún más. Digo, ¿por qué Fred le diría eso a mamá? ¿Y por qué le molesta a ella?
—No, claro que no —señaló y forzó una sonrisa cansada—. Es sólo que dentro de un rato Brenda vendrá a buscar unos papeles de Ren. Como esa reunión se canceló, fui allí para nada...
—Ya me iba, no hay problema en eso —sonrió Ethan mientras se despedía.
Yo le asentí aún más confundida, pero me limité a abrirle la puerta y pedirle que investiguemos al día siguiente junto a Michael.
Seguí a mamá hasta la mesa, me senté y la observé con cuidado cuando se hacía un café. Suspiré pesadamente, entendiendo lo difícil que sería desatarla de su mal humor.
Últimamente todos estaban alterados y constantemente malhumorados. Tal vez era el estrés que traía el final de un año: se aproximaba diciembre y las cosas no iban muy bien.
—Perdón, Emm —murmuró con paciencia—. Sabes lo mucho que odio que me hagan perder el tiempo, esas personas son una basura.
Asentí sin prestarle importancia a sus constantes ojeras y su tiempo cada vez más solicitado. Mi mente comenzó a divagar en Brenda y sus diferentes conexiones (que no sean las mías) con Fred.
Mamá me llamó la atención.
— ¿Te doy un consejo, linda? —me miró y yo asentí—. Tienes que ser tu propia jefa, nadie más que tú. Ni empleada, ni socia. Sólo tú y no dependas de nadie más que no sea de ti. Siempre hay que estar un paso más adelante, tener un respaldo, un plan b.
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Dentro del relámpago
Mystery / ThrillerApunto de terminar la secundaria y con un amor imposible, Emma piensa en su futuro y los millones de sueños por cumplir. Pero algo se cruza en su vida: una serie de asesinatos, robos y amenazas se dirigen a su ciudad. Y Emma se ve involucrada cuand...