Londres (TOWMMS)

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Me he quedado dormida la mayor parte del viaje, pero Liam me acaba de despertar justo antes de que despeguemos. Me ha sacudido tan fuerte que me ha pegado un gran susto.

-¿Qué? -digo algo dolida.

-Ya estamos llegando -dice él sonriente.

Nos indican los ejercicios de respiración que debemos realizar antes de aterrizar y bla bla bla. Tengo tanto sueño que me volvería a dormir corriendo el riesgo de tener una jaqueca luego.

Al bajar del avión, nos entregan a cada uno nuestras pertenencias y nos preguntan si deseamos algo más. Pues sí, necesito una cama, comida y, si se puede, masajes. No se por qué, pero Liam no suelta mi mano. No me atrevo a preguntárselo, solo lo observo esperando a que se de cuenta. Llegamos hacia la estación de taxis y un hombre con gorra negra nos pasa la voz.

-Ustedes deben de ser la pareja -se detiene a leer un papel -. Hem... Hemnij -levanta la mirada a observarnos a ambos.

Nos reímos por nuestro apelativo de "pareja".

-No, nosotros no somos ni pareja ni nos apedillamos Hem.. eso -responde Liam.

-Oh, cuánto lo siento. Es solo que la descripción apuntaba a ambos -hace una mueca rara que supongo significa molestia -. He estado esperando a esta dichosa pareja por mas de tres horas y nada. Supongo que seguiré esperando.

-¿Y por qué no se va? -pregunto ingenuamente y el hombre sacude su cabeza lentamente.

Liam da un resoplido y me da una palmadita en el hombro.

-Ay mi hija, cuánto yo quisiera irme y estar con mi familia. Sobre todo que ya se acerca Navidad, y es aún más cuando no debo desperdiciar estos trabajos -el hombre habla tan rápido que algunas cosas no logro entenderle. Además tiene un cierto acento al pronunciar la "s".

-Bueno, ¿conoce algún taxista que nos pueda llevar a esta dirección? -Liam le enseña un papel.

-Está un poco lejos y aquí dificil. 

-Oh...

-Pero yo podría llevarlos -dice de pronto-. La verdad es que dudo que esta pareja algun día llegue. Además me han caído muy bien. Oh si, por cierto -se quita la gorra y hace una pequeña reverencia -. Mi nombre es George Land -sonríe y se lo vuelve a poner.

-Mucho gusto George, yo soy Liam y ella es mi hermana _____.

Entramos al carro, Liam adelante con él. Intento safarme de sus conversaciones, no son de mi interés. Pero logro oír algo sobre el clima, las personas, lugares turísticos, artistas. Esto último me hace pensar en Niall. Las ventana de mi lado está tan fría al tocarla que quito mi dedo rapidamente. Con la manga del polar logro hacer un hueco en todo el vaho formado. Veo muchas personas caminando. Todo es tan distinto a mi hogar. Supongo que ya me había acostumbrado al campo y volver a la ciudad me hace sentir rara. De vez en cuanto me fijo en mi celular a ver si hay algun mensaje pero nada. Por un momento me decido en llamar a Harry y contarle que ya llegué a Londres, pero mi dedo no quiere marcar el botón para llamar. Me doy cuenta de que Liam y el chofer han dejado de hablar por alguna extraña razón. Están observando un punto de la calle. Liam se  tapa su nariz con su manga. Me da curiosidad y observo qué es lo que causa tanto alboroto en la gente. Es... un niño muerto. Mencionar detalles me haría una persona algo sádica. Solo diré que está cubierto de sangre. Juraría poder sentir el olor a pesar de que las ventanas estén cerradas.

-Pobre... -susurro y Liam me escucha.

-Deja de mirar, no te va a hacer bien -me dice.

¿Como que no me va a hacer bien? ¿Que acaso mirar al niño muerto me va a causar una enfermedad cronológica?

Llegamos por fin a un lugar en donde se ven varios edificios, la mayor parte de ellos grises. Un departamento. Viviremos en un departamento. De tan solo mencionar esta palabra se me eriza la piel. Nunca me han gustado los departamentos.

-Bueno, chicos. Ha sido un gusto conocerlos -dicer George mientras termina de bajar las maletas del auto -. Espero que todo les vaya bien y pues, disfruten su estadía en Londres -termina y sonríe.

-Gracias -le dice Liam con una sonrisa y le entrega unos cuantos billetes.

-Gracias a ustedes -dice George y sube al auto despidiéndose con su mano.

-¿Un departamento? -es hora de contar de mis incomodidades ahora que estamos solos.

Caminamos sobre la nieve, no la recuerdo cuando llegamos.

-Sí, ¿qué creías? 

-No lo sé... ¿Y nuestra tía Selena? -pregunto.

-Si pensé en ella, pero no sabemos nada de su ubicación. Además ya sabes las separaciones de nuestra familia. La tía Selena jamás se llevó bien con mamá -se justifica y tiene razón.

Entramos a un departamento del piso 4 y, aparentemente, se ve bueno. 

-Ve a bañarte, no sé. Hay agua caliente. Prepararé algo de comer -me ordena y tengo que obedecer.

Después saldré. Tengo las intenciones de buscarlo.

The One Who Makes Me SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora