The One Who Makes Me Smile

Clara (TOWMMS)

No pude dormir muy bien a causa de las constantes pesadillas. Liam dice haberme oído mascullar entre dientes acerca de nuestros difuntos padres. Solo espero no llegar a la etapa en la que me llame a mí misma loca. 

Son las seis de la mañana según el reloj. Siento mis ojos pesados y al tocarlos se pueden rozar las bolsas y venas sobresalidas. Me paro y evito mirarme al espejo para no saltar de un susto. Liam está ahí, profundamente dormido y agotado después de haberme ayudado a conciliar el sueño. Me acerco a besarle su frente y sonríe entresueños. Lo raro es que nombra a Danielle, aquella chica del funeral. 

Salgo a lo que podría ser considerada una terraza y me siento en una banca. Retiro el móvil de mi bolsillo y lo prendo. Debo admitir que me llama la atención al ver que mis datos ya están colocados. Solo tengo que memorizar el número que está escrito en una nota. Curiosamente tengo dos llamadas perdidas del único contacto agregado: Harry. También dejó una nota de voz. La reproduzco: "Llámame cuando oigas esto". No sé si debería llamarlo pero soy como un gato asi que lo llamo. 

-Aló -contesta él. 

-Soy _____, me pediste que te llamara. 

-Oh si, perdón por no revisar quién llamaba -dice y se escucha como que se acomoda, al parecer estaba durmiendo -. Cuando grabé eso fue porque estaba aburrido y no tenía nada que hacer. Como verás estaba durmiendo... 

-Yo no te puedo ver, estúpido -suelto una risilla. 

-¿Otra vez con eso, eh? -ríe-. Bien, te propongo un desayuno ahora. En el único Starbucks que hay por acá. ¿Qué dices? El último que llega paga. 

-Trato hecho. 

-Te veo en media hora. Adiós -cuelga. 

Si me acuerdo de dónde se ubicaba ese Starbucks; pasamos por él cuando Niall y yo fuimos al centro. 

Me alisto rápido y salgo caminando. No desperté a Niall o a Liam, ¿para qué? No notarían mi presencia ni aunque estuviera ahí. Liam pensando en Danielle y Niall en su difunta madre. 

Starbucks está en la esquina próxima y veo a Harry cruzando la calle a punto de entrar. Voltea, me mira, se queda parado y sonríe. Finge estar yendo a velocidad caracol y yo avanzo. Nos paramos en la entrada y me deja pasar primero diciendo: 

-Al parecer tendré que pagar yo. 

Nos sentamos en la primera mesa que encontramos y pedimos dos frapuccinos de moca con donas. La orden llega rápido a causa de que no hay demasiados clientes. 

-Te ves algo pálida -me dice removiendo su frapuccino con un sorbete. 

-Es el clima -explico y tomo un sorbo de frapuccino-. Además tú te ves igual de pálido que yo. 

-Uhm el clima -dice tomando-. Cuéntame algo tuyo. 

-¿Mío? 

Asiente. 

-Pues ya sabes que mis padres están muertos... Amo el chocolate, el sonido que emite el violín y los gatos. Ahora dime algo tuyo. 

Ríe con mi respuesta y dice: 

-Yo... Mis padres siguen vivos -sonríe y al ver mi cara de indignación deja de hacerlo-. Perdón. Estudio para ser ingeniero, me gustan las olas del mar, lo cálido y lo misterioso -no se porqué me siento identificada por esto último-. Ah si, también me gustan los gatos. 

Apoyo mi cabeza en mis brazos y lo miro fijamente. 

-Tienes unos ojos muy lindos y profundos -observa.