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-Hey, Liam, ¿me pasas la toalla? -le exclamo desde el baño a mi hermano que se ha quedado echado como alma en pena en mi cama.
Una mano entra por la puerta con la toalla mientras yo me cubro con la cortina.
-Ahí está -dice él al dejarla encima de una clase de repisa y cerrar la puerta tras su mano.
Retiro mi cuerpo delicadamente de la ducha, tratando de no rozar mucho con el viento que ingresa por la ventanilla. Tiemblo un poco y cojo la toalla para luego cubrirme. Salgo del baño y me dirijo al armario marrón. Contemplo por un momento los vestidos que Harry me compró y dudo de cuál ponerme.
-Liam, ayúdame -me giro hacia él que se ha vuelto a echar.
Nada.
-¡Liam! -insisto-. Dios, ¿qué tienes? Pareces un alma en pena -le confieso mis pensamientos a la vez que suelto algunos vestidos encima de él.
-Ah, quítalos -me reclama sin la mínima intención de moverse él.
-Liam, ¿qué te pasa? -me siento a su lado.
-Nada -me dice, volteándose para que no lo mire-, no te preocupes por mí.
-Liam...
-Oh, y el rojo te quedará bien -concluye.
Suspiro, me paro y hago caso a lo que me ha dicho. Cojo el vestido rojo y en el baño me lo pruebo. Escucho a alguien entrar a la habitación, o puede ser que Liam ha salido, lo cual dudo. Vuelvo a salir del baño con el vestido puesto y me encuentro con la mirada atontada de Niall.
-¿Qué? -le pregunto tratando de mirar a otra parte y camino hacia el espejo.
La figura de Niall aparece por detrás mío y me coge de la cintura.
-Es solo que -me susurra al oído y siento su cálido aliento-... te ves tan bien.
Río y niego con la cabeza.
-Si así vas hoy, te juro que mañana no amanecerás igual -me da un beso en la mejilla.
¿No amaneceré igual? Já.
-Mañoso -le suelto.
-Enamorado, diría yo -me empieza a dar tiernas lamidas en el cuello.
-¿Has tomado? -pregunto al sentirle el aliento.
-Un poco -se ríe apartándose lentamente.
-¿Tan temprano?
-Tenía sed y Josh me dijo que tomara esa botellita pequeña dorada y... así hice -se sienta en la cama y escucho a Liam gruñir.
-Hey, mi pie -le dice éste último.
-Oh, lo siento, Liam -Niall se mueve a un lado-. No me di cuenta que estabas aquí.
-Sí, es que soy invisible -gruñe mi hermano y se vuelve a dar la vuelta.
-Déjalo -le digo a Niall cuando éste me mira con una mueca de qué le pasa.
Vuelvo al espejo pero con tacos puestos. Son negros y de punta fina, muy lindos. Me los regaló mi mamá para un fiesta, hace ya como que más de dos años. Me acuerdo que un día antes de que me los regale le hice un berrinche tremendo porque no tenía el permiso de ir a la dichosa fiesta de una "popular" en mi colegio. Como que yo antes trataba de encajar en ese grupo y para mí era la ocasión perfecta para hacerlo. Por eso la razón de mi esmero en ir. A mí mamá no le agradó la idea y me dio un simple y rotundo "NO". Claro que me encerré en mi cuarto y lloré, a propósito, alto para que me escuchase, pero no me hacía caso. Ese día no bajé a cenar como parte de mi berrinche, lo cual solo fue peor porque me moría de hambre. Al día siguiente amanecí mal, toda la noche me la había pasado reflexionando acerca de la mierda que era mi vida. Y lo curioso es que yo no conocía a la mierda misma y... ahora lo sé. En fin, mi mamá me habrá visto tan mal que cuando llegué en la tarde del instituto encontré los zapatos en una cajita rosada encima de mi cama. En lo que me doy cuenta, de la caja prendía una nota que decía: "Mi hija, no sé qué tantos problemas tendrás en tu colegio y tal vez sea porque no estoy mucho en casa y no tengo tiempo para conversar, pero quiero que sepas que te amo y te amo tal cual y como eres. No tienes que cambiar por esa gente estúpida que solo busca que te vuelvas como ellos para así joder más el mundo. Quiero que sepas que te doy estos zapatos no para que vayas a esa fiesta y caigas en la perdición, quiero que vayas y quiero que demuestres que puedes ser la chica "cool" siendo tú misma. Si no eres perfecta para ellos, recuerda que lo eres para mí, para tu papá y para Liam. Tal vez no signifiquemos mucho para tí... no sé. Admito que me he descuidado de ustedes y lo siento, créeme que sí. Pero ya pronto todo va a terminar y voy a volver a estar más con ustedes. Bueno, siento que esta nota sea tan larga pero más larga sería si tuviera qué explicar las razones que te hacen única y, a la vez, perfecta. Te amo, preciosa... oh y diviértete xx" Pues, de eso, lo único que pienso es, primero: Mamá, sí que ustedes significan mucho para mí, ahora más que nunca. Segundo: Sí, "todo" terminó, pero ese "todo" se los llevo a tí y a papá consigo. Tercero: Yo también te amo.
-Qué lindos zapatos -observa Niall.
Toso al notar el nudo en mi garganta.
-Gracias -logro decir y él me observa a través del espejo.
-¿Estás bien? -pregunta preocupado.
-S-sí -seco mis ojos humedecidos, delicadamente.
-Ven -Niall se para y me abraza sin pensarlo dos veces-. Dime, ¿qué pasa?
-Niall... Es la tercera Navidad sin mi familia...
-Lo sé, preciosa, pero ahora Liam, Harry y yo somos tu familia y siempre vamos a estar aquí para ti -me susurra al oído y me acaricia la espalda.
-Pero...
Me coge de la cabeza, apartándola un tanto, poniéndonos frente a frente.
-Tú eres mi familia... Mi única familia -unas lágrimas caen a la ligera de sus ojos.
Dios, qué egoísta he sido. Yo al menos sigo teniendo a Liam, pero él...
-Lo sé, Niall -le abrazo más fuerte y acaricio sus cabellos, escuchando su sollozo.
Está algo ebrio, por lo que está sensible. No debí haberle dicho nada.
-Shhh -nos calla Liam algo molesto y los dos lanzamos una risilla después de un poco de llanto.
-Calla, Liam -le digo y me separo de Niall.
-¿Mejor? -me pregunta él.
Asiento y me da un beso en la mejilla.
-Bueno, yo tengo que recoger mi traje y había venido para que me acompañes, pero prefiero que te quedes y reserves tu hermosura para mí esta noche. No quiero que nadie más te eche el ojo, eh -me dice sonriente y se va.
Aprovecho que Niall ya se ha ido y vuelvo a sentir el nudo, pero contengo las lágrimas y me echo al lado de Liam, abrazándolo lo más fuerte que puedo. Él se incomoda al comienzo, pero cede al abrazo y se voltea para quedar frente a frente conmigo.
-_____... -me consuela en sus brazos.
-Liam, te amo -le murmuro.
-Yo también -me besa la frente-. Perdóname.
-¿Por?
-Por no ser el mejor hermano... Últimamente me he estado preocupando más en Danielle y menos en tí y... lo admito. Lo siento.
-No importa -digo negando con la cabeza-. Tú también tienes que tener tu vida. El hecho de que ya no estén mamá y papá no significa que tienes que pretender ser ellos. Sé feliz y haz tu propia historia o reéscribela, por lo menos.
Él sonríe y dice:
-Eres las mejor hermana, ¿te lo han dicho?
-Ay, ya no comiences con lo sentimental que de eso ya tengo y de sobra -digo y reímos.
-Sí, perdón. Olvidé que estabas con tu... -no termina la oración y se me sube el color al rostro.
-¿Y tú cómo sabes? -pregunto indignada?
-¿Crees que no he usado tu baño? El tacho está repletito de esa cosa roja.
-Se llama SANGRE, Liam, SANGRE.
-Ugh, calla, qué asco -ríe.
-Liam, por cierto, ¿ya tienes tu traje para hoy en la fiesta?
-Oh, el traje -se coge la cabeza con la mano -. Lo olvidé.
-Bien, vamos ahorita a comprarte uno -me siento.
-¿Con qué dinero? -se burla.
-Bueno, primero hay que pasar por Harry y de ahí no nos preocupamos por el dinero.
Liam rueda los ojos riéndose.
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The One Who Makes Me Smile
Fanfic¿Qué dirías si pudieras escribir lo que te puede pasar en un abrir y cerrar de ojos? ¿Estás segura de que vives la realidad o una simple fantasía?