¿Mermelada?

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Día lluvioso. Yo tenía la regla. Quería helado. Tenía mucha mermelada. Estaban transmitiendo un maratón de friends en la televisión.  Jayden estaba a mi lado exasperandome. Todo estaba genial. Nótese el sarcasmo.

—Bueno, ¿vas a parar de lanzarme bolas de plastilina o que?

—Es divertido —Jayden volvió a lanzar otra bola de plastilina a mi cabello al mismo tiempo que un tic nervioso aparecía en mi ojo izquierdo. Lo iba a matar.

—¡Basta! ¡¿de dónde mierda sacaste plastilina?! —me levante de golpe y cruce mis brazos mirándole con la mejor cara de furia que tenía.

—Las señoritas no usan ese lenguaje tan vulgar —dijó mientras miraba la plastilina y se concentraba más en ella que en mi.

Rodé los ojos y puse mis brazos en jarras.

—Siento decepcionarte pero yo no soy una señorita en ese caso —le lancé un cojín del sillón y volví a sentarme— Soy Caytlin Steven, una especie que está clasificada como loca, histérica, amante del helado con indicios de retraso mental así que no, ninguna de esas características indican que soy una señorita —Jayden sonrió y negó con la cabeza.

Tenía una sonrisa linda, je.

—¿De dónde la sacaste? —dijé en un tono de voz más calmo y me senté de nuevo en el sofá.

—Bien señorita "loca histérica amante del helado" la en...

—Te faltó con indicios de retraso mental —le sonreír y el me devolvió la sonrisa haciendo que dos hoyuelos se formaran en sus mejillas mientras sus ojos se volvían pequeños. Era lindo verlo sonreír.

—Estoy aburrido y la encontré en una caja que estaba envuelta con una camisa manchada por ketchup —hice un gesto de repulsión, apuesto a que ni siquiera estaba limpia.

¿Enserio? Yo pensé que estaba manchada por higiene.

Agg, claro, mi consciencia siempre recalcandome lo boba que puedo ser a veces.

—¿Y si hacemos algo?

—Afuera esta lloviendo no hay gran cosa que hacer ¿o si?

—¿Jugamos twister? - lo mire con la mejor cara de vete al carajo que pude poner en ese momento y centre toda mi atención en el capítulo de Friends.

—Bien eso no ¿tienes helado? 

Este chico quiere morir antes de tiempo. 

Me gire a verlo con un puchero y mis ojos expresando molestia y tristeza a la vez.

Resulta que hace unos días hablando con una vecina en el elevador descubrí que aquí podía pedir 50 botes de helado por envío y me llegaban a los tres días por tan sólo treinta dólares, la cual era la mejor opción para mí. Así que yo no lo pensé más e hice mi encargo. Cuando mi paquete llegó yo pagué y lo recibí con toda la felicidad que podía caber en mi precioso y hermoso cuerpo pero cuando lo abrí no había helado.

No había botes de helado reclamando ser devorados por mi. No había nada, nada más que miles de botes con mermelada. Así que Jayden no perdió la oportunidad de molestarme al respecto y ahora no tenía helado más que mermelada de extraños sabores.

¡Yo sólo conocía la de fresa!

Y me negaba a comerlos esperaría a que caducaran y luego los tiraría a la basura o por otro lado los obsequiaría a alguien.

Antes de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora