-Vamos, ¡tienes que decirme!
-No, Caytlin.
-¡Por favor!- me tiré al suelo y aferre fuerte a su pierna derecha.
- Si no me dices no me soltare de ti jamás.
-Eso es lo que quiero, que permanezcas siempre a mi lado.- rodé los ojos.
-Vamos Romeo, baja tu cursilería y dime que es lo que escondes.
-Yo no escondo nada.
-Si claro, y por eso tienes una tarjeta del emporio de las malteadas de Bob.
-¿Y eso tiene que ver porque...?
-Porque has estado muy sospechoso desde la semana pasada.
-Es una sorpre...
-¡Já!- me solté de la pierna de Jayden dando un brinco.- ¡Es una sorpresa que tiene que ver con malteadas! ¡malteadas de Bob!- mi rostro se descompuso.- Espera... ¡¿Bob?! ¡¿Por qué necesariamente de Bob?!- su rostro tomó una expresión burlona y yo me golpeé la frente con la mano.
- ¿Pasa algo con ese sitio, Cay?
-No es nada.- me crucé de brazos y dispuse a irme de la sala, pero un peso cayó en mi pierna impidiendo que yo avanzara. Jayden.
-Dime.- sonrió desde abajo, prepotente, descarado, aferrado a mi pierna. Imbécil.
-No, ahora fuera de mi pierna.
-Decir por favor nunca ha matado a nadie.
-Fuera.- murmure achicando mis ojos.
-¿Por qué no quieres decirme, Cay?
-Primero, ya sabes que detesto que me digan Cay, segundo, no voy a decir nada.
-No te dejaré caminar entonces.
-Bien.- tomé aire y moví mis dos piernas con toda la fuerza que tuve pero claro yo no conté con que Jayden tomaría mis dos piernas y me haría caer de bruces al suelo.
-Oh por Dios, ¿Caytlin estás bien?
-Claro que estoy bien, estoy tan feliz, estoy floreciendo cuál pleno capullo en primavera, luzco mejor aquí en el suelo que uno de ellos con sus pequeños frágiles y coloridos pétalos, ¿no me ves? de todos modos, gracias por preguntar.- sonreí de la manera más falsa que pude y el rodó los ojos levantándose del suelo.
-Lo siento, venga, dame tu mano.- me levante yo sola y él elevó ambas manos dando un soplido.- Oh bien, hazlo tú sola.
-Imbécil.- me senté en el sofá cruzada de brazos aguantando las ganas de sobar la parte lastimada.
-Supongo que ya ni hablamos de contarme de las malteadas de Bob.- una sonrisa apareció en mis labios seguida del sonido de mi risa y Jayden sonrió ampliamente.
-Verás, todo empezó cuando me enteré que...
Alto ahí campeona, Jayden no debe saber que vas a morir.
-¿Qué...?
-Que me iría a España en unos meses.- dije en voz baja pero lo suficiente alta para que él me escuchara.- Cuando me enteré estaba tan eufórica y verás...
-¡BOB!- entre dando un fuerte azoton a la puerta de mi trabajo, "Las malteadas de Bob", el mejor lugar para beber malteadas que había en Seattle.
-Caytlin.- me miro severamente por mi forma tan brusca de entrar a su negocio y me acerqué a él.
-¡Renuncio!
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Antes de morir
RandomEs increíble como la vida te da tantas razones para vivir, para llorar, para reír, para querer morir. Esa ultima no era una opción agradable, muchos dicen que son desdichados, que quisieran morir, yo los llamo cobardes ¿Quién querría morir? por lo m...