POV. JAYDEN

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Abrí la puerta de la habitación de Caytlin encontrandola colgando de su cama como siempre, automáticamente una sonrisa se formó en mis labios.

Después de nuestro beso en el puente tenía que hablar con ella, ayer por la noche no lo pude hacer debido al enorme sermón que mi madre me dió sobre vivir con Caytlin, que si ayudaba con los gastos, que si no le jugaba bromas a Caytlin como cuando éramos niños incluso me insinuó que si estábamos usando protección ¡Yo ni siquiera dormía con Caytlin!

Cerré la puerta de su habitación y me dirigí a la cocina en busca de comida, abrí el refrigerador y me decepcione al no ver comida más que leche y sopa fría así que lo cerré, abrí la nevera y sonreí, frente a mis ojos había nueve potes de helado.

-Uno no hará daño Caytlin.- tomé un pote pero al hacerlo fruncí mi ceño.- ¿Pero qué mierda?- lo abrí y estaba vacío, saque otro y repetí el mismo procedimiento con ocho de los potes y fue el mismo resultado.- Tiene que ser una broma...- saqué el último pote de helado, el cual, era de mango.

Ugh mango, detesto el helado de mango ¿cómo puede existir un sabor así?

Abrí el pote de helado que al parecer era el único con contenido dentro y al abrirlo encontré una nota dentro de su tapa.

-Si no te quisiera juro que iría a sacarte de la cama y te haría comerte un brócoli Caytlin Steven.

La carta decía lo siguiente:

Querido Jayden:

Si estás leyendo esto es porque trataste de comerte MÍ helado, pero al parecer ninguno tiene nada, excepto el de mango ¡Tu sabor favorito! Disfrútalo, lo sé, no hace falta que agradezcas nada, soy la mejor amiga.

Atte. Caytlin Steven.

Sonreí de lado socarrón y dejé la nota donde la encontré al igual que los demás potes de helado simulando que jamás tomé alguno y prepare café.

(...)

Ya era medio día y Caytlin seguía ivernando, tomé un sorbo de mi café sentado en el comedor mirando mi celular y moviendo mi pie de arriba a abajo repetidas veces.

¿Caytlin acaso no entiendes que quiero hablar contigo?

Y como si ella y yo tuvieramos una especie de telepatía o conexión, ella salió de su habitación rascándose el ojo derecho y bostezando.

Se veía tan tierna con el cabello revuelto y levantando su boca en un puchero después de bostezar.

Jayden ¡la tipa parece un maldito zombie de the walking dead! El amor te tiene cegado.

¿Amor?

Sonreí ante ese pensamiento y negué con la cabeza, Caytlin entró a la cocina aún sin darse cuenta de mi presencia y después salió con una humeante taza de mi café.

Acaso no se daba cuenta de que había alguien más a su lado y lo peor ¡ella no había preparado el café sino yo!

-Está delicioso.- dijó sonriendo con los ojos cerrados y sonreí burlón.

-Gracias, tardé media hora en prepararlo.- ella abrió los ojos con sorpresa empezando a toser y yo suelto una risa burlona.

-¡¿Tú qué mierda haces aquí?!- gritó ella con los ojos bien abiertos.

-Se supone que gracias a mi generosa mejor amiga que me ofreció vivir en su departamento vivo aquí.- ella me miraba atónita, estaba nerviosa, podía verlo en sus ojos.

-Jayden, yo...- comenzó ella nerviosa en tono bajo jugando con sus manos pero el teléfono la interrumpió.- Iré a contestar.

Negué y la tomé de la mano deteniendola.- Ibas a decirme algo, dímelo, el teléfono puede esperar.

Antes de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora