Maldito Ian Somerhalder

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Alargue un gran bostezo y me rasque el ojo derecho.

Tan linda al despertar Caytlin.

Sí.

Ayer por la noche en cuanto subí a mi departamento, tomé una rápida ducha y apenas intercambie un par de palabras con Jayden antes de dormir, y había dormido de maravilla, tanto así que era ya medio día.

Eres un maldito oso ivernando al dormir.

Estúpida.

Soy tu.

Reí y seguí caminando como zombie hasta la cocina con mis ojos medio cerrados y me serví una taza de café caliente, después me senté en el comedor y sonreí.

-Está delicioso.

-Gracias, tardé media hora preparandolo.- abrí los ojos sobresaltada y empecé a toser como loca debido a que estaba tamando de mi taza de café.

-¡¿Tu qué mierda haces aquí?!

-Se supone que gracias a mi generosa mejor amiga que me ofreció vivir en su departamento estoy viviendo aquí.- dijó él riendo mientras yo lo miraba atónita, como si estuviese viendo a una nueva especie animal maravillosa y nunca antes vista.

Como si estuviese mirando un unicornio.

Los unicornios dominaran el mundo algún día Caytlin.

Por fin estamos de acuerdo en algo querida consciencia.

-Es que... Creí que tu no estarías aquí, ya sabes... Tú madre y... Ayer y...el b...- me callé y tomé de mi café.
-¿El qué...?- Jayden trató de indagar más en lo último que estuve a punto de decir y yo apreté mis labios dejando mi taza en su lugar.

Ayer mientras me bañaba estuve analizando varias cosas... Respecto a Jayden y a mi, llegué a la conclusión de que en algún remoto lugar de mi... Jayden me gustaba pero yo no estaba segura de que él gustara de mi, así que después del beso de ayer me juré a mi misma que no habría más besos entre él y yo, no señor, ya no más. Yo llevaría nuestra relación de amistad como lo que era, mi mejor amigo y punto.

-Jayden yo...- mi oración quedó en el aire porque el teléfono de mi departamento comenzó a sonar.- Iré a contestar...

-Ibas a decirme algo, dímelo, el teléfono puede esperar.

-Verás... Desde ayer yo...- el teléfono volvió a sonar interrumpiendome.- Iré a contestar mejor.- me levanté de la silla y caminé hasta la sala donde se encontraba el teléfono .- ¿Hola?

-Ahm... Hola ¿Caytlin eres tu?

-Sí.- alargue el "sí" y fruncí mi ceño.- ¿quién habla?

-Soy... Ahm... Soy Alexa.- apreté mis puños y me discuti entre colgarle o no pero supuse que quería hablar con Jayden.

Claro, "hablar".

-Hola Alex, supongo que quieres hablar con Jayden ¿no?

-Sí ¿podrías....?

-Claro... Espera.- caminé nuevamente al comedor y le extendí el teléfono.- te llaman.

-¿A mi?- el juntó las cejas confundido.

-¿Hay otro Jayden? ¡Tomalo ya!- el me hizo caso y tomó el teléfono.

-¿Hola?... Alexa, que tal... ¿Es muy urgente?... Bien, te veo ahí en quince minutos... Claro, adiós.- Jayden me miró con una pizca de vergüenza y me sentí horrible, él no tenía porque sentirse así de dejarme aquí sola, no era alguien que necesitaba de otras personas.

Antes de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora