Capítulo 5: Pequeño encuentro.

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Yang había amanecido con mucha fiebre, con una especie de gripe bastante fuerte, por lo que Blake tuvo que buscar algún refugio; por desgracia, no dio con ninguno y tuvo que optar por hacer uno ella misma en una pequeña cueva.

Yang: No estoy tan mal... no te preocupes... -dice apoyada en la pared intentando convencer a su amiga de que todo marchaba bien, pero su rostro pálido y enfermo no ayudaba.

Blake: Sé que debemos ir por tu amigo, pero tienes mucha temperatura -dice mientras mueve una roca cerca de la entrada, le costaba bastante.

Yang: Voy a preocupar demasiado a Jhin... -suspira triste apoyando su frente en las rodillas.

Blake: Yang... lo siento, pero si cruzamos las montañas contigo así, puede que te pongas mucho peor, si te desmayas y no encontramos refugio o nos atacan... no creo poder defendernos a ambas -intenta hacerla reflexionar.

Yang: Entiendo... -levanta el rostro y lo coloca contra la pared.

Blake se acerca a ella y vuelve a tocar su frente.

Blake: Iré por nieve, la colocaré en el recipiente metálico y buscaré comida -se pone de pie- Espera aquí, ¿sí? Prometo ir rápido.

Yang: Tranquila, toma tu tiempo y ten cuidado, si ves que algo va mal, regresa -pide, abriendo un poco sus ojos cansados.

Blake asiente y sale rápidamente por lo que necesitaba con la mochila en su espalda. Pudo recolectar ramas y hojas pero no hallaba alimento, necesitaba algo más que arroz con condimentos para su amiga ahora. Al cabo de un rato comienza a escuchar que varios aviones ocupan el cielo y arrojan misiles en la ciudad, al ver esto, Blake comienza a saltar de árbol en árbol para llegar de inmediato con Yang pero al ingresar a la cueva, la rubia se queda mirándola preocupada.

Yang: ¿Qué ha sido todo ese ruido? ¿Estás bien?

Blake: Están bombardeando la ciudad... -avisa mientras observa cuidadosamente por el costado de la roca.

Yang: ¿Qué? ¿Terroristas?

Blake: No lo sé, eran bastantes, pero no pude verlos bien.

Yang: ¿Deberíamos dejar este lugar? -sugiere intentando ponerse de pie.

Blake: El bombardeo ha sido lejos, parece que aquí no corremos riesgo y creo que salir en una situación como esta sería aún más peligrosa.

Al cabo de unos segundos, un tiroteo se escucha muy cerca del lugar, cuando Blake se asoma, ve a varios niños corriendo, escapando del mismo; la escena era macabra, los soldados los mataban sin vacilar.

Yang: ¿Qué rayos...? -frunce el ceño y se acerca a la salida, Blake la detiene a la fuerza con sus ojos brillosos. La rubia aprieta los puños por la rabia, sabía que salir iba a ser para morir sin salvar nada.

Pero unos cuantos disparos acompañados por una lluvia de pétalos agregó esperanza a la situación.

Yang: ¡Jhin! -exclama alegre.

Su amigo bajó de los árboles para caer sobre los soldados y hacer una batalla más justa, Yang y Blake salieron de inmediato a ayudarle, para cuando terminaron desgraciadamente todos los niños parecían haber sido asesinados.

Yang: ¿¡Qué demonios les pasa!? -indaga enfadada, la cabeza le había comenzado a doler otra vez.

Jhin: Hay un nuevo virus rondando en el continente y están buscando una vacuna a escondidas del mundo, para ello, lanzan la vacuna en alguna ciudad casi destruida para ver los resultados, si son negativos, matan a todos -informa guardando su arma.

Blake: ¿De dónde sacaste tanta información?

Yang: Es un caza recompensas, saca información hasta de los bolsillos -se apoya en uno de los árboles.

Jhin: ¿Estás bien?

Yang: Si... Estoy algo engripada -se lleva una mano a la frente.

Blake se acerca a ella y la toma del brazo.

Blake: Debes descansar, anda -dice preocupada.

Jhin: He encontrado una cabaña abandonada más adelante, está un poco lejos, pero es mejor que allí -señala el lugar donde ambas estaban ocultándose antes. Blake gira el rostro y frunce el ceño- ¿Qué? Sólo opino que ahí se pondrá peor.

Blake: Esta bien... Pero, ¿puedes cargarla?

Yang: No es necesario...

Blake: Si lo es -la acerca a Jhin, quien lanza una pequeña risa burlesca y Yang lo fulmina con una mirada.

Jhin: Lo siento, es que hacía mucho que alguien no se preocupaba de manera tan maternal por ti -la acomoda en su espalda aun con su sonrisa bufona.

Yang: Calla...

Mientras se dirigían a la cabaña, Blake sintió que alguien los perseguía, cuando notó de dónde venían las pisadas dio un salto rápido y alto hacia esa dirección en posición de ataque, pero al encontrarse con su víctima, que cae al suelo por el susto, sólo se queda observándola. Se trataba de una niña de cabello gris claro y ojos celestes como el cielo.

Jhin: Debe haber estado siguiéndonos

Yang se queda mirando a la pequeña de reojo.

Blake: ¿Lograste escapar antes del tiroteo o te has perdido? -pregunta arrodillándose frente a ella.

La niña mira de reojo sus orejas y luego los ojos de la peli negro para negar moviendo la cabeza de un lado a otro.

Blake: Ah... Bueno, no hace falta que recuerdes algo que no quieres, ¿cómo te llamas? -le hace una pequeña sonrisa.

¿?: N-no... lo recuerdo -baja la mirada- Lo siento... estoy algo asustada -se lleva las manos a los ojos.

Yang: Tranquila, no comemos niños, haz de cuenta que estás con pinocho y una gatita. Descarta en lo que me puedo convertir yo -mueve una de sus manos de manera despreocupada.

Jhin: ¿Pinocho? -curva el ceño.

Blake: ¿Qué hacemos? No parece recordar mucho -mira a sus dos acompañantes.

Jhin: Déjala allí, sus padres deben estar cerca.

Yang: Si la llevamos tendremos que cuidarla -agrega.

Blake les frunce el ceño.

Jhin suspira y se lleva una mano a la cabeza.

Yang: Blake... no podemos traerla, no sabemos si sus padres están buscándola.

Blake: ¿De verdad opinas eso después de ver lo que sucedió hace un momento?

Yang: Mira, ¿quieres traerla? Tráela -dice algo enfadada y gira el rostro.

Jhin: En una batalla tenerla con nosotros será un riesgo bastante grande -agrega.

Blake sólo baja la mirada al sentir los comentarios negativos de ambos y se queda mirando a la niña, luego intenta regalarle un pequeña sonrisa, para luego agacharse, ayudarla a levantarse y sacudirle la ropa.

Blake: No te preocupes, yo te cuidaré -le brinda una sonrisa más cálida. La niña le devuelve la sonrisa y toma su mano para caminar junto a ella.

Yang gira el rostro un poco para verlas de reojo a ambas con una mirada triste. Ella y su amigo iban un poco delante por la situación que había pasado.

Jhin: Debes haberte encariñado mucho con ella para sentirte así de mal luego de algo así -dice en voz baja, como para que sólo su compañera lo escuche.

Yang sólo da un pequeño suspiro y cierra los ojos, por alguna razón, le había costado mucho usar sus brazos en la batalla contra los soldados.

Continuará.

La Plaga -Finalizada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora