A mitad de la noche, Blake escucha un sonido proveniente de la habitación de Yang, por lo que se levanta en el aire, se marea bastante y hace equilibrio sosteniéndose de la mesa o sillas. Al abrir la puerta, la rubia se encontraba detrás de la misma, observándola sin entender el gran rostro de preocupación del fauno.
Yang: ¿B-blake? ¿Estás bien? –se acerca un poco más, bajando sus muñecas amarradas hasta sus piernas.
Blake: S... si –suspira y apoya el costado de la cabeza en el marco, bajando la mirada para ver de reojo las ataduras de su amante.
Yang: Ok... Quería ir al baño. Lamento si hice mucho ruido, ¿estás durmiendo en otra habitación?
Blake: N-no... Me quedé dormida en la mesa. Estaba pensando algunas cosas y bueno... -explica, llevando una de sus manos a los ojos para frotarlos.
Yang la mira preocupada y estira un poco ambas manos para tomar la de Blake.
Yang: Debes descansar Blakey...
Blake asiente y acerca su rostro al del tigre para darle un suave beso, luego camina hasta la cama y toma asiento para quitarse algo de ropa. Cuando Yang sale de la habitación ve la ropa de ambas tendida sobre las sillas, cerca de la ventana, ya lavadas. Una sonrisa se dibuja sobre su rostro y se acerca a un mueble para buscar papel.
Al regresar a la habitación luego de haber ido al baño, Yang ve que Blake se había quedado dormida sobre la cama a medio desvestir, con la cadera inclinada hacia un costado y los pies aun tocando el suelo.
Yang: Blake...La rubia se acerca lentamente para acomodarle bien las piernas sobre la cama y cubrirla con la frazada. Se sienta a su lado y pasa la yema de sus dedos por la frente de la peli negro, para correr algunos cabellos y acariciarla con pequeños roces. Luego acerca su rostro y con cuidado posa un dulce beso en la mejilla de Blake, ella sólo mueve sus párpados al sentirla pero continúa dormida.
Yang: Te amo gatita... -le sonríe con ternura. Después se levanta para apagar la luz y acomodarse al lado de la peli negro.
Al amanecer, Blake abrió los ojos y miró los alrededores, como verificándolos para ver si todo estaba bien, el ver a su compañera al lado, dormida, le recordó todo lo que había sucedido y un gran suspiro la hizo relajarse. Se sentó en la cama y estiró los brazos hacia arriba, luego adelante y finalmente, hacia los costados. Extendió las piernas y bostezó.
Yang: Realmente eres una linda gatita...
Las orejas de Blake se erizan por el susto, luego las lleva hacia atrás y mira a la rubia de reojo mientras acomoda su cabello, con un leve sonrojo en sus mejillas.
Yang: No te enfades, te lo digo de cariño... -sonríe.
Blake: Lo sé... -lleva su cabello hacia un costado y luego se gira para acurrucarse al lado de Yang. Pasa su cabeza por el pecho con suavidad, como acariciándolo y una de sus piernas las mete entre medio de las del tigre, para comenzar a emitir un dulce ronroneo.
Yang: Si estás buscando que te viole, vas por el camino correcto –dice casi inmóvil. Algunas cosas que Blake realizaba la mareaban de tanto deseo por hacerla suya, una y otra vez.
Blake: No... Tú estás amarrada. La que está en peligro ahora eres tú –dice sin dejar de ronronear y con una sonrisa pícara, mientras comienza a bajar por las frazadas.
Yang: E-espera... ¿Q-qué haces? –intenta sentarse, pero la peli negro pasa sus brazos entre sus muslos y la jala hacia abajo nuevamente- Bl- ¡ah! –gime al sentir el roce de la lengua del fauno, que le había presionado la parte sensible.
Blake comienza a pasar la punta de la lengua por encima de la ropa, lamiendo el clítoris de la rubia y presionándolo. La amarrada muchacha empieza a mojarse y apoya el cuello sobre el respaldo de la cama, mirando hacia arriba y conteniendo los gemidos con una respiración que comenzaba a mostrarse agitada. Su compañera no tardó en verse tentada por quitar la ropa interior poco a poco para saborear directamente a su preciado tigre de ojos lilas. Yang apoyó sus manos sobre la cabeza de Blake al sentir las lamidas directas que estaban mojándola cada vez más. La tibia respiración en su intimidad estaba provocando gemidos que no podía detener. La lengua de la pelinegro hacía círculos suaves en la parte donde la rubia parecía disfrutar más. Yang llevó sus atadas manos hasta la cabeza de la otra, para sujetarle el cabello y colocarlo entre sus dedos.
Yang: Blake... ahí... -avisa la rubia un tanto agitada. El placer estaba dejando su mente en blanco, de vez en cuando jalaba los cabellos de su gatita para acercarla más, lo que le demostraba a la pelinegro que a la rubia le encantaba que le presionara ciertos lugares.
Blake: Vaya, cuanto te has mojado ¿Qué tanto me harás beber? –pregunta sonriente.
Yang: Blake... No pares -la vuelve a jalar hacia delante al sentir el enorme cosquilleo incómodo en su intimidad.
Blake: Tranquila, no voy a parar hasta que te corras en mi boca –vuelve a rodear los muslos de la rubia con sus brazos, llevando su lengua nuevamente a la vagina de la rubia. Inició con lamidas suaves, de arriba abajo; a veces se detenía en el clítoris, donde dibujaba pequeños círculos juguetones.
Las caderas de Yang se movían lento, le encantaba sentir cada gota de placer que le estaba brindando Blake. Era la primera vez que la hacían sentir así. Nada malo podía pasar por la cabeza de la rubia en estos momentos, sólo estaba la chica de bellos ojos ámbar en ella. Cuando la pelinegro empezó a aumentar la velocidad al lamer la agitación en Yang se hizo más notoria. Al sentir el orgasmo cerca, arrastró las piernas un poco hacia arriba para sentarse y rodear la cabeza de su amante con sus brazos, presionándola hacia su vagina tanto como podía. El climax la estremeció entera, el orgasmo fue largo y exquisito. La pelinegro continuó haciendo presión en el clítoris hasta que los espasmos cesaron lentamente. Cuando el tigre soltó la cabeza de Blake, ésta dejó salir todo el aire que debió guardar al no poder respirar correctamente mientras Yang la tenía contra ella. La rubia cayó de espaldas a la cama, tratando de recuperar el aliento, mientras que la bella chica de cabello oscuro trataba de limpiarse el rostro lleno de los fluidos de la agitada chica.
Yang: Lo siento, ¿estás bien? -levanta el rostro para tratar de ver al fauno.
Blake: No te preocupes... Me pareció interesante –pasa la lengua por sus labios para limpiarlos. Luego acerca el rostro a la vagina de Yang para hacer lo mismo.
Yang: ¡B-Blake, no hace falta, ya iré al baño! –exclama avergonzada.
Blake: Pero a mí me gusta tu sabor –dice llevando sus orejas hacia atrás.
Yang: R-rayos Blake... -se lleva las manos a la cara para cubrir su sonrojo.
Blake sonríe al ver la reacción del tigre y se acerca lentamente por encima de ella, pasando sus brazos por los hombros de la rubia y besarla.
En la habitación de Jhin.
Jhin: Debo conseguir otra cabaña... -admite rojo con la almohada sobre la cabeza.
Cuando Blake sale de la habitación para buscar la ropa de ambas se encuentra con un papelito sobre una de las sillas que había usado para tenderlas, este tenía un mensaje y un dibujito que la hizo reír entre dientes.
Continuará.
Notas de la autra.
(En los comentarios dejo el link para que vean la imágen con la notita de Yang xD haha~ ♥)
ESTÁS LEYENDO
La Plaga -Finalizada-
RomantikCuando Remmant comienza a dividirse y parece estar llegando a su fin, parece haber una oportunidad para evitarlo, aunque conlleve sacrificios. Blake y Yang deberán recorrer un camino lleno de dificultades, donde lo más importante será mantener la co...