LP2. Capítulo final: Nueva esperanza

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Notas de la autora:

Bueno... qué decir, sé que algunos no estarán satisfechos con este final que le he dado a la historia, otros van a disfrutarlo como yo lo disfruté, y otros... bueno no sé (? haha Quiero decirles que me emocionó mucho el terminarla, agradecerles cada comentario y lectura que han tenido hacia esta historia, porque sin ustedes no podría haber llegado tan lejos, mil gracias :,3 Espero que les guste. 

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Al verla allí recostada, boca arriba, con el bebé en su pecho, paralizó un poco al tigre, era una mezcla de emoción y felicidad. El fauno giró su rostro lentamente al notar la presencia de su pareja y le sonrió.

Blake: Ven... -la invita con ternura.

Al acercarse, pudo verlo con más claridad, tenía unas pequeñas orejitas negras como Blake y su fino cabello oscuro. Apretaba con delicadeza la ropa del fauno con sus pequeñas manitos y sus ojitos cerrados reposaban tranquilos.

Blake: ¿No vas a decir nada? –sonríe al ver la reacción de la rubia.

Yang: Ah... Pues... ¿Es niña o niño?

Blake: Niña –le acaricia la cabeza con la yema de sus dedos.

Yang: Es hermosa Blacky –se acerca a ella para acomodarse a su lado- Tanto como tú.

El tigre notó que el fauno estaba sumergida en su hija, por lo que trató de no hablarle tanto, sólo observarla con cariño.

Al atardecer, Weiss tuvo que ir a cazar sola ya que Blake no podía cuidar tres niños a la vez, eso no hizo que trajera menos alimentos, pero admitió en su mente que extrañaba la compañía del tigre y las charlas que solían tener. Al caer la noche, luego de comer y los pequeños dormían, la peliblanca se sentó junto al fuego, el tigre se acomodó cerca de ella a los pocos minutos.

Yang: ¿Qué tal tu día solitario de degollar animales? –sonríe.

Weiss: Como decirlo... No había alguien que me mirara raro al hacerlo –le responde con una sonrisa bastante sarcástica.

Yang: Jaja Hey, dejé de hacer eso –le da un pequeño empujón.

La ojiazul gira el rostro y asiente, quedándose callada luego, mirando el fuego. Yang sentía que algo no iba bien, su amiga solía ser más charlatana y enojona que eso.

Yang: ¿Todo bien? –la mira de reojo.

Weiss: Si, sólo traigo algo de sueño.

Yang: Apuesto que me extrañas, ¿eh? –curva una ceja para mostrarse cool.

Weiss: Calla, ¿por qué debería extrañar cazar contigo? Como si fuese algo divertido –pone puchero.

Yang: Okeey, ok, pero si algo no va bien, cuenta conmigo, ¿sí?

La peliblanca asiente.

Weiss: ¿Cómo está Blake?

Yang: Muy agotada, lo bueno es que está durmiendo mucho y tranquila. Antes la despertaban esos dolores tan horribles. También ha comenzado a ingerir un poco de sólido.

Weiss: Si, le veo más color. Qué bueno que todo haya salido bien.

Yang: Oye... ¿No intentaste ayudar a Ruby con tu sangre?

Hubo un silencio algo incómodo por varios segundos, pero respondió seriamente.

Weiss: Si. Pero nada cambió... El virus ataca los nervios del cerebro, es muy potente, hay algo que me está haciendo falta...

La Plaga -Finalizada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora