Capítulo 3: Inseparables

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Notas de la autora:

Lo sé, lo sé... Me he tardado mucho n.nu Pido disculpas. Tuve un bloqueo gigante :\ Problemas en casa y con mi salud, lo de siempre (? Pero bueno a veces eso genera bloqueos grandes xc Pero les traigo un capi largo para recompensar n.n <3 Les agradezco muchísimo toda la compañía que me brindan siempre y el seguimiento a mi lectura :,3 Ustedes son en gran parte mi inspiración a seguir la historia x3 los quiero mucho!

PD: Tengan paciencia, sé que esto comenzó con bumblebee, pero no puedo adelantarme a lo bestia sin detallar bien las cosas. Saben como soy :,v Ya va a llegar el yuri salvaje (? Ok eso suena raro xD 

Hana~~   

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Al amanecer, Blake se levantó para ayudar a Summer con la limpieza.

Blake: ¿Ruby ya está levantada? –se asoma por la ventana.

Summer: Si. Le gusta encargarse del establo y la granja. Suele levantarse a las seis de la mañana para revisar los viñedos y alimentar a los animales –explica mientras ordena los juguetes que solían quedar detrás de los muebles.

Blake: Vaya... Antes solía llegar a la mañana y ella seguía durmiendo –limpia la mesa.

Summer: Sus horarios cambiaron...

La voz de la mujer sonaba un tanto cansada. Tenía ojeras a pesar de que se la veía dormir, pero no quería tocar temas que pudiesen ser complicados. En especial los de su esposa.

Ruby abrió la puerta del establo y comenzó a arrastrar una bolsa llena de maíz. El oso se acercó a ella, le dio una lamida en la mejilla y colocó sus patas sobre la espalda de la morena.

Ruby: Oye, oye. Un momento osote, si rompemos esta bolsa estamos fritos. Sólo queda una y cuesta conseguirlas en la ciudad –suspira y acomoda una de sus manos sobre la cabeza del animal, acariciándolo- Lamento que tengas que quedarte aquí, rompes las cosas muy fácil.

En eso, Nao y tsuki se asoman para mirar dentro.

Ruby: ¿Quieren jugar con el señor oso? –les sonríe al notar sus pequeñas presencias.

Amabas asienten sonrientes e ingresan alegres, dando saltos por casi todo el lugar.

Natsuki se encontraba recolectando piedras de distintos colores, aunque rara vez encontraba algo digno de guardar. No salían casi nunca y veía entretenido recolectar todo lo colorido que sus ojos captaban. Estaba muy concentrada en su búsqueda, pero una voz, casi susurrante, se escuchó cerca de donde ella estaba. La pequeña de ojos rojos volteó y vio a una muchacha de cabello oscuro, tenía un rostro serio.

Natsuki: ¿Vienes a ver a mi mamá? –indaga.

La extraña aún observaba a la más chica, tratando de acercarse.

¿?: Mi nombre es Akemi. He podido notar que ya puedes ver algunos retazos perdidos de otras dimensiones.

La pequeña lo dice todo con su rostro, no había entendido nada. Pero sentía que había visto a esa chica en algún lado, probablemente uno de sus sueños. Aunque solía ver siluetas y personas que sus hermanas y familia no veían.

Natsuki: ¿Eres real? –junta las manos y alzando más la mirada, ya que la muchacha era más alta que ella.

Akemi: Algo así... Escucha, tu familia no va a poder verme y no debes contarles acerca de lo que ves. Sé que suele llamarte la atención pero si la gente mala se entera de ti, vendrán por ti y... -la figura de la muchacha comienza a pixelarse, era difícil entenderle esta vez-, tú familia... debes... papel... -fue lo último que alcanzó a decir hasta desaparecer.

La Plaga -Finalizada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora