LP2.Capítulo 8: Mi madre fue una heroina.

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Atención: Este capítulo contiene escenas de "WhiteWolf" si quieres estar más informado/a puedes leer el capítulo 7 - Rojo carmesí-, donde podrán leer partes que en este fanfic no saldrán. Si no tienen problema en querer averiguar más, pueden leerlo tranquilamente.


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Llevaban tres días viajando desde que se encontraron con el fauno, Yang estaba comenzando a sentir dudas de que realmente este supiese donde se encontraba la tierra que buscaban.

Yang: Espero que sepas donde nos llevas...

Sun: Oye, sé que es lejos, pero no es culpa mía que los humanos nos hagan buscar tierras lejanas y diferentes cada vez que sentimos que vienen por nosotros.

Blake: ¿Cómo logran darse cuenta que están por atacarlos?

Sun: Hay tres sabios en la familia, de distintas razas, ellos pueden ver cosas que nadie ha logrado. Ayudan a los enfermos y aconsejan a los luchadores. Son grandiosos –explica con una sonrisa.

Blake: Es probable que ellos puedan ayudarnos Yang –gira el rostro para comentarle.

Yang: Pues... Eso es cierto.

Sun: El problema es que los asentamientos son tan lejanos que si alguno de nosotros se pierde y no sabe el de regreso está en problemas.

Yang: ¿Debo suponer que tú te sabes todos los caminos?

Sun: Si, soy el nieto de uno de los sabios, mi padre ha sido muy exigente con el tema de saber cada punto de encuentro, los caminos y demás. Tienen suerte de haberse topado conmigo chicas –le guiña un ojo a Blake.

Yang: Claro... -frunce el ceño.

Sun sabía cazar bastante bien, elegir carne de animales que parecían estar en buen estado, ya que les había comentado que muchos seres estaban contaminados. Yang estaba entrenada para cazar pero Blake tenía cierta negación aún para ese tipo de cosas.

Al día siguiente, había amanecido bastante frío y la pelinegro se mostraba más débil de lo normal.

Yang: ¿El frío está haciéndote daño? –pregunta preocupada, acercándose a ella.

Blake: N-no...

Sun volteó para ver si todo estaba bien, la rubia le hizo señas para que esperara un poco y este tomó asiento en una de las rocas que se encontraban en la zona montañosa con el panda en brazos.

Yang: Si algo no va bien, puedes decírmelo –se quita su abrigo para colocárselo en la espalda a la muchacha de ojos ámbar.

Blake: Sólo... Me siento extraña, algo débil y con un dolor muy agudo en mi abdomen –se inclina un poco por las punzadas.

Yang: Yo... No sé muy bien cómo es tu siclo menstrual pero...

Blake: Ya pasé por mi primera vez.

Yang: ¿Cómo? –la mira sorprendida.

Blake: Mi primer siclo menstrual ya lo pasé, yo no tengo uno normal como una persona. Por mes puedo desear aparearme y estar en celos, pero sin sangrado o un dolor como este... -explica con esfuerzo, intentando tomar asiento.

Yang: Vaya... Si, es diferente... Aunque yo soy bastante irregular, suele venirme sólo tres veces al año o dos –se sienta a su lado para acariciarle la espalda.

Blake: Tengo náuseas...

Yang: ¿Y si es la herida? Debería revisarla.

La pelinegro asiente.

La Plaga -Finalizada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora