04. "Conocí" a un chico... Es futbolista

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Los Kiefer desayunaban tranquilamente en el jardín trasero de su casa, los domingos solían ser los días inactivos para ellos y realizaban ese tipo de acciones en familia. Valeska no paraba de hablar de la tarde que había pasado con Dennis y sus amigos en un bar de la ciudad, sin embargo, Hannah la reprendió en un momento ya que la había dejado plantada con el vestido de la clienta que Janina había tenido qué modelar.

Por su parte, Robert contaba sobre un nuevo proyecto que podría desarrollarse a lo largo de Alemania, en donde la empresa de telecomunicaciones en que era director, propondría la iniciativa para que existiera una cobertura mundial de señal telefónica con una tarifa menor a la que se manejaba dicho servicio.

Janina se había perdido en la mitad de la conversación de Valeska sobre Dennis y el bar debido a que aún no podía creer lo que le había ocurrido con el chico del café. El tal Leon había resultado ser buena persona a simple vista y, en verdad, le transmitió confianza con simples miradas.

—¿Janina? —su padre la llamó.

Salió de su torbellino de imágenes y pensamientos y volteó a ver a Robert quien tenía una ceja alzada.

—¿Yo? —preguntó desentendida.

—Tu madre te preguntó quién es el tal Daniel —respondió Robert.

—Me dijiste que irías con Emma, Nina —agregó su madre.

Janina los miró a los tres sin saber con exactitud qué responder.

—Miss Sinceridad y Simpatía ya comenzó a mentir —Valeska rio y metió un bocado de su comida a la boca.

—Val, deja a tu hermana —reprendió su padre.

—Perdón —ella alzó las manos en forma de disculpa.

Janina seguía sin responder y jugaba con sus dedos nerviosamente debajo de la mesa mientras pensaba en qué iba a decir.

—¿Y bien, Janina? —su madre buscaba una respuesta.

—Uhm... Emma llevó a uno de sus amigos pero ella se tuvo que ir porque la llamaron y nos dejó en la cafetería —respondió poco convencida de su idea.

—Seguramente te está buscando un novio —dijo Valeska—. Hace bien —alzó sus hombros.

—Si tu hermana no quiere tener novio es su problema, Val —defendió su madre.

—Sus especulaciones son absurdas —Janina rio y luego tomó un sorbo de jugo de su vaso—, ¿puedo invitar a Emma a que venga en un rato? —dijo para sus padres.

Robert asintió.

—Ya sabes que siempre es bienvenida.

Luego del desayuno, regresaron al interior de la casa en donde cada uno se dedicó a sus asuntos de ociosidad. Janina tomó un baño y luego se vistió de manera informal ya que no pensaba salir en todo el día; se tiró en la cama y suspiró tendidamente, en verdad necesitaba contarle a su mejor amiga lo que había ocurrido, ella siempre tenía opiniones diferentes sobre cualquier situación y estaba segura de que en esa ocasión no sería la excepción.

Buscó su teléfono entre las sábanas aún revueltas de la cama y marcó el número de su amiga de inmediato.

—Emma, no tienes idea de lo que me pasó ayer, tienes qué venir a mi casa para contártelo —dijo Janina al instante de que el timbre de llamada dejó de sonar.

—Hola, ¿cómo amaneciste? Yo muy bien, ¿y tú? —dijo su amiga al otro lado de la línea—, Por tu emoción creo que vale la pena pararse de la cama un domingo.

¿Cuáles son tus miedos? (Leon Goretzka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora