¿Cuáles son tus miedos? (Leon Goretzka)

30. Una confesión poco predecible

El pasar de los días hizo que la pesada tristeza de Janina se fuera adelgazando, claro que la acumulación de semanas aparentaba que Leon y ella ya llevaban mucho tiempo sin verse, pero la realidad es que sólo se estaban descartando las horas para su reencuentro.

Sólo restaba un partido de la fase de grupos, Alemania llevaba ya dos victorias de sus juegos anteriores y ocupaba la primera posición del grupo C, sólo le restaba enfrentar a Irlanda del Norte y se posicionaban como los favoritos para ganar. Leon había entrado de cambio en el segundo partido contra Polonia y su participación se había desenvuelto efectivamente, esperaba lograr la titularidad en alguno de los encuentros restantes o al menos volver a reemplazar a algún jugador en la cancha.

Janina se encontraba en Bochum junto con la familia de Leon para presenciar el último juego ante uno de los países que conformaban el Reino Unido; en el once titular que Joachim Löw establecería en la cancha se encontraba Leroy, Leon se encontraba en la banca junto con Max, quien tampoco había logrado comenzar algún partido.

Dietrich y Roland no cabían de la emoción con cada minuto que pasaba, los dos gritaban cada que la pelota se acercaba a alguna de las porterías o un jugador daba un buen pase a otro. Lucas saltaba en los sillones regocijando de emoción al igual que su padre, si la intuición no le fallaba a Janina, el pequeño sería un jugador de futbol como su tío y deseaba ver eso con sus propios ojos.

En el minuto 39, Thomas Müller anotó el primer gol para Alemania, los festejos en el estadio parecieron estremecer hasta las gradas, mientras que en la casa de los Goretzka la euforia también se vivió durante unos minutos, en esos momentos no importaba si se era fanático del futbol o no, era inevitable la felicidad que causaba ver al equipo de su país llevar la delantera.

El primer tiempo terminó y el descanso sirvió para que las hermanas de Leon prepararan un par de bocadillos para disfrutar de la segunda mitad del juego, Matilda se había ensuciado su ropa luego de haber tomado algo de comida con las manos y Janina se ofreció a ponerle una muda nueva de prendas, Dietrich y Roland hacían apuestas absurdas sobre el marcador final del partido, alucinaban con un 7 – 1 como el que ocurrió en la Copa del Mundo en Brasil pero aquel espectáculo se quedaría para la posteridad debido a que Irlanda del Norte no se comparaba con la selección sudamericana.

Minutos antes de que el segundo tiempo comenzara, Konrad, el padre de Leon, llegó para ver el partido, en su rostro pudo verse la sorpresa que él se llevó al percatarse de que Janina se encontraba allí, ella solo lo saludó cortésmente y recibió una respuesta a su acto. Barbara lo recibió con una sonrisa y fue entonces cuando comprendió lo que su novio le había dicho acerca de que aún existía una buena relación entre sus padres.

Un cambio en el minuto 51 hizo que Leon entrara a la cancha en lugar de Christoph Kramer; Luisa, Laura y Charlotte aplaudieron animandas a ambos, ya que "Chris", como Barbara había citado, era amigo del menor de los Goretzka desde hacía mucho tiempo. Para el 76' Max también pisó el césped del Parque de los Príncipes y dio una asistencia a Mario Gomez al minuto 82. Se agregaron alrededor de 120 segundos al reloj y el silbato del árbitro dio por terminado el partido.

Dietrich no paraba de decir que algún día Lucas iba a representar al país en una Eurocopa o Mundial de futbol, Laura sólo rodaba los ojos ya que su esposo estaba eufórico por el triunfo de los alemanes y ya no tenía idea de qué estaba diciendo. Barbara comentaba a todos que deseaba hablar con Leon y que ya quería tenerlo de regreso en casa; Roland expresó que seguramente Janina también tenía esa urgencia y sus mejillas se tornaron rosadas pues no sabía si lo estaba diciendo con un doble sentido.

—No seas grosero, Roland —Charlotte lo reprendió dándole un pequeño golpe en el hombro.

Él se quejó y sobó la parte adolorida.