La sala del cine, además de estar oscura y fría, se encontraba casi desierta, sólo unas cuántas parejas y una familia se encontraban ahí junto con Leon y Janina, quienes habían optado por los lugares de la última fila de arriba. Sus manos permanecían entrelazadas mientras ella se encontraba apoyando la cabeza sobre el hombro de su compañero y deliraba sobre las fantasías que jamás ocurrirían pero que le eran inevitables no pensar mientras estuviera a su lado y de esa forma.
Tal vez pudo haber rechazado su mano desde que él tomo la suya pero no había querido soltarlo ni por un instante y mucho menos cuando Leon besó sus nudillos y Janina sintió una electricidad ponerle los vellos de punta. Se sentía tan bien estar a su lado sin ninguna preocupación, sólo ellos envueltos en su mundo que parecía estar en sincronía.
En cuanto la película terminó y las luces de la sala se encendieron, ambos se pusieron de pie y Janina se apartó de Leon, sin embargo, él la tomó de la cintura y la besó en la mejilla delicadamente para hacerle ver que, aunque ella lo quisiera, no podría escapar con facilidad de él.
Bajaron por unas escaleras eléctricas para regresar a la entrada del cine y los dos sólo intercambiaban sonrisas sin ningún contacto físico. Habían acordado ir a tomar un café justo después de la película y platicar un poco sobre su semana debido a que casi no habían podido hacerlo; pero el plan cambió de lugar y su decisión fue la de comprar unas malteadas y caminar un poco por un parque cerca de la casa de Janina.
A pesar del frío en Gelsenkirchen, ellos se encontraban tomando malteadas y se estaban arriesgando a obtener un resfriado, sobretodo Leon, a quien no le convenía pues podían darle una baja por algún partido si eso ocurría. Janina se encontraba sentada sobre sus piernas mientras que él había formado un ángulo con las suyas para envolver los brazos alrededor de ellas.
—¿Cómo es tu vida? —preguntó Leon de un momento a otro, sorprendiéndola.
—¿Mi vida? —Janina alzó sus hombros—, seguramente menos interesante que la tuya.
—Cada uno le da el sentido que quiere, que hagamos cosas o tengamos intereses diferentes no significa que mi vida sea mejor que la tuya —afirmó.
—¿Por qué sueles ser así de seguro y positivo? —cuestionó Janina sin comprenderlo.
—No se llega a nada pensando en negativo.
Janina llevó su mirada a él y Leon hizo lo mismo.
—A veces no encuentro algo bueno en mi vida como para alegrarme o sonreír en un día.
—Te aseguro que siempre hay un motivo para hacerlo —le sonrió ampliamente.
—Dime los tuyos y probablemente encuentre uno o dos yo también —propuso.
—Para empezar, mi familia es uno de ellos; mis tres hermanas y mi mamá son la principal razón por la cual lucho día con día por mis sueños —volvió a sonreír y miró hacia el cielo.
Ella alzó ambas cejas sorprendida.
—¿Tienes tres hermanas? ¿Por qué no me lo habías dicho?
—Nunca hemos tocado ese tipo de temas.
Y era verdad, habían hecho a un lado sus vidas personales sólo para hablar sobre el día a día de cada uno.
—¿Y tu papá? —preguntó Janina al no escuchar que lo mencionara.
—Nos vemos muy poco, tal vez, una o dos veces al mes, eso si se encuentra en Bochum ya que viaja constantemente por su trabajo en Opel.
—Pero supongo que él también es muy importante para ti, ¿no?
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¿Cuáles son tus miedos? (Leon Goretzka)
Fanfic"-El corazón no siente, sólo lastima".