15. La respuesta

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El timbre para salir al descanso de la clase había sonado, Janina recogió sus cosas y se dirigió a las mesas al aire libre de la cafetería del campus de la universidad; Emma y ella habían quedado de verse ahí para platicar nuevamente sobre Leon y su estremecedora propuesta. Janina había prometido que pensaría sus palabras y le daría una respuesta para ese fin de semana que ella asistiera a uno de sus partidos en el Veltins Arena y, aunque deseaba responder sin siquiera pensar, no podía dejarse llevar por los impulsos que luego podrían hacer que se arrepintiera.

—Yo en tu lugar le hubiera dicho que sí sin pensarlo —dijo Emma a sus espaldas para luego tomar asiento a su lado.

—¿De qué hablas? ¿Cómo sabes que le dije que no? —Janina frunció el entrecejo.

—Te conozco, seguramente te excusaste detrás del típico "me da miedo que me abandones en cuanto te hartes de estar al lado de una enferma" —ella imitó la voz de Janina sobre exagerando algunos gestos—. Estás enferma de la cabeza en lugar del corazón para no querer a ese futbolista contigo.

Janina cruzó los brazos y desvió la mirada de Emma.

—Nadie comprende lo que me pasa porque no viven atormentados como yo.

—Leon te dijo claramente que se va a arriesgar contigo y por ti —argumentó Emma.

—No lo dijo con esas palabras —corrigió Janina.

—Es la traducción de que curará tus temores, sanará tus heridas y no te fallará, Janina. Deja de ser tan terca y dile que sí estás dispuesta a intentarlo —animó Emma con seriedad.

Con desgano, Janina resopló. No estaba segura de hacerlo, repetía constantemente en su cabeza que todo podía ser una farsa de él y, en el caso de que fuera verdad, aún conservaba la intriga de que Leon pudiera hartarse de ella.

—En caso de aceptar, ¿crees que esté siendo sincero conmigo? —preguntó para obtener una respuesta atinada de su amiga.

—Más que eso, Janina. Aún no lo conozco en persona pero algo me dice que él es el indicado para ti.

—No sé —se alzó de hombros y bebió un poco de agua desde su botella—, aún tengo unos cuántos días para pensarlo.

El consuelo de analizar la propuesta de Leon durante los próximos días había sido inútil y en vano; las tareas universitarias habían cubierto a Janina sin margen para respirar lo suficiente y mucho menos para detenerse a pensar en una respuesta clara y concreta para el chico que se había abierto camino en su mente y escarbado hasta llegar al fondo de su "corazón".

Luego de muchos días pegada a algunos libros y a una computadora, podía sentir una liberación durante el sábado y el domingo, eso si a uno de sus maestros no se le ocurría enviar algo de tarea mediante correo electrónico; pero no tenía cabeza para aquello cuando saldría con Leon y por fin podría verlo luego de que ella estuviera toda la semana ocupada. Debía estar en el estadio antes de las 4 pm para que no hubieran tantas personas a la hora de su llegada, ya tenía los boletos que él le había entregado para ella y Emma y sólo restaba que las dos terminaran de alistarse para emprender rumbo al partido contra el Borussia Monchengladbach.

—Insisto en que debes arreglarte un poco más —Emma terminaba de aplicar mascara a sus pestañas.

—¿Qué tengo de malo? —dijo Janina con los ojos entrecerrados—. Voy a un estadio lleno de personas eufóricas, traducción, un lugar al cual no debo ir pero estoy arriesgándome por tu insistencia.

—¿Mi insistencia? —la encaró—, perdón pero yo no te estoy llevando a la fuerza. Tu casi novio nos invitó y digo "nos" porque te dio un boleto para mí, además, tú le tienes que dar una respuesta a él y de sobra sabes cuál era su petición.

¿Cuáles son tus miedos? (Leon Goretzka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora