El largo cabello rubio de Janina caía por su espalda luego de haberlo ondulado ligeramente, cambiaba de perfil y de posición para revisar su apariencia final y, aunque aún se sentía algo insegura por lo que estaba a punto de hacer, su aspecto la convencía para concretar su "cita" con Leon.
Y aunque aquella noche ella se había negado múltiples veces, había tenido que aceptar nuevamente la invitación de Leon para que él le contara lo que había ocurrido el viernes de la semana pasada, pues esa era la condición para que así supiera el motivo por el cuál la había dejado plantada. Por otro lado, ella también lo había condicionado acerca de esa nueva salida, imponiendo dos cláusulas que él había aceptado; si en algún momento de la noche ella se llegase a sentir incómoda, regresarían de inmediato a su casa y, en el caso de que la volviera a dejar vestida y alborotada, nunca la volvería a molestar.
Janina colocó perfume en sus muñecas y en el cuello, abrió su armario y tomó de él un abrigo largo de color blanco. Antes de salir de su habitación volvió a verse en el espejo de cuerpo completo, abrió la puerta y caminó por el pasillo y bajó las escaleras con cuidado debido a sus zapatos; Leon de por sí era demasiado alto y estaba segura que con todo y esos tacones, él seguiría sacándole unos centímetros más.
Se asomó a la sala y lo vio ahí platicando relajadamente con su padre, él había querido pasar a esperarla y encontrarse con Robert, ya que en un principio se había negado a que su hija saliera con un chico que desconocía por completo.
—Ya estoy lista.
Ella se encontraba detrás de él, cuando Leon volteó, sus labios parecieron secarse y tuvo que relamerlos al ver a Janina con un vestido algo corto de color azul marino, tenía el abrigo blanco doblado en sus brazos y en uno de sus hombros llevaba su bolsa a juego con las prendas.
—Te ves hermosa, Janina —Leon halagó.
Se acercó a ella y la saludó con un roce de mejillas.
—Gracias —respondió ante su comentario.
—No quiero ponerme celoso.
Leon y Janina llevaron su mirada a Robert, quien los veía con los brazos cruzados y poco a poco fue formando una sonrisa.
—El permiso se acaba después de la 1 AM —argumentó.
—Papá —Janina frunció el entrecejo.
—Le prometo que estaremos de regreso para antes de esa hora —dijo Leon.
Janina rodó los ojos, seguramente su padre y él habían resultado ser afines o al menos trataba de ganárselo.
—Confío en ti, Leon —Robert asintió—, y cuida a mi hija, por favor.
—Gracias, le prometo que lo haré —le tendió la mano y Robert la tomó.
—¿Nos vamos? —Janina interrumpió su momento.
Él hizo un ademán con su mano para que ella pasara primero, salieron de su casa y Janina frunció el entrecejo al ver que el auto de Leon se encontraba adentro junto con los de su familia, lo más probable era que le había caído tan bien a su padre que hasta le había ofrecido que se casara con ella.
—Parece que mi papá y tú se hicieron buenos amigos.
Leon rio ligeramente.
—¿Por qué lo dices?
—Lo intuyo.
Ella alzó sus hombros y entró al auto, Leon le cerró la puerta y él también hizo lo mismo. Comenzó a manejar y los nervios de Janina comenzaron a traicionarla pues sentía que su corazón latía ligeramente más rápido, sin embargo, no sabía por qué razón estaba ocurriendo aquello pero a la vez encontraba miles de pretextos que podían provocarle fuertes palpitaciones. No quería que Leon resultara ser un patán, poco hombre o descarado; estaba confiando en él como para que la decepcionara nuevamente, incluso, ya hasta había armado un plan en su mente de cómo escapar de él en el caso de que quisiese propasarse con ella.
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¿Cuáles son tus miedos? (Leon Goretzka)
Fanfic"-El corazón no siente, sólo lastima".