Capítulo 23

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Narra Tomas.

—... Por eso les digo que deben de leer el libro y estudiarselo. —Dice la profesora de literatura en la clase. No le presto atención porque hace un rato me entere de algo que me tiene pensativo y preocupado.

Flahsback.

—Ya se me pasara. —Dice la pelinegra levatandose de la silla y saliendo del comedor.

¿Que mosca le pico? Desde que llego al instituto no tiene buena cara y no quiero comer, eso es una mala señal. No le doy mas vuelta al asunto y empiezo a devorar mi comida, si, devorar, tengo demasiada hambre. Cuando ya estoy terminando escucho murmullos en la mesa que esta en frente y me pongo a escuchar. ¿Que? Debe ser algo interesante.

—... Si, le dio una crisis de nervios y no, nadie sabe por que. —Murmura una chica castaña de tez blanca al otro lado de la mesa. —Se llama Medison o Madison, no se muy bien su nombre. Oh no.

Fin del flashback.

No puedo mas y me levanto, voy saliendo del aula pero la profesora me detiene.

—¿A donde cree que va, Steel? —Mierda, piensa un excusa Tomas.

—No me siento bien, iré a la enfermería. —Me inspecciona para ver si miento y asiente. Wow, eso fue fácil.

—¿QUE DIJO? —Debo de dejar de pensar en voz alta.

—Nada, ya me voy.

Salgo de la clase y camino rápido a la enfermería. Yo se que llevo apenas dos días hablándole pero me preocupa su estado, SI, me preocupa porque antes yo era así y no me fue nada bien. Cuando voy llegando escucho gritos.

—¿COMO VAS A DECIR ESO? ¿ACASO ESTAS LOCA? ¿COMO PODRÍA DEJARTE AHÍ? —Silencio.

—Gracias por todo, hasta luego. —Y sale la pelinegra de la enfermería pero no me ve porque se va al lado contrario. Esto no se quedara así.

Entro a la enfermería y me encuentro con un rubio golpeando la pared y, ¿con lagrimas en los ojos?

—¿QUE LE HICISTE A MADISON? —Grito. El chico para de golpear la pared y me ve con el ceño fruncido.

—¿Quien eres tu?

—Nadie que te importe, ahora responde. —Gruñe y sale del lugar. Quise detenerlo pero no, primero tengo que encontrar a la pelinegra antes de que haga un locura. Antes de irme veo el bolso de ella en la camilla, lo agarro, salgo del lugar y voy a la salida. Veo a los lados y no veo a nadie. No importa, de que la encuentro la encuentro.

Llevo como 10 minutos y nada, no la encuentro. Veo el cielo y veo que esta oscuro, oh no. Sigo caminando y veo la gente pasar, niños corriendo, parejas dándose afecto y a lo lejos veo un parque. Empiezan a llover fuerte y corro al parque que tiene un pequeño techo. Cuando me voy acercando veo a una chica en el columpio, esperen, no es cualquier chica, es Madison.

—Pelinegra. —Grito a la vez que corro hacia ella. Ella no se percata de nada, solo esta con la cabeza gacha.

Llego al frente de ella agitado y me agacho para que me vea.

—Hey, debemos irnos, no te puedes quedar aquí. —Sale de su trance y me ve confundida. Estaba llorando...

—¿Tomas? ¿Que haces aquí?

—Después hablamos de eso, ahora vayamos a ese techo de ahí. —Señalo el lugar y se levanta del columpio y la llevo al pequeño techo que tiene el parque. —Esperemos a que escampe un poco y nos vamos. Asiente.

Veo el lugar y esta todo mojado, el parque no es muy grande pero muchos niños se deben divertir aquí. Miro a Madison y noto que su mirada esta perdida y tiembla. Rayos, necesitamos irnos de este lugar. Saco mi celular y llamo a un taxi, le doy la dirección y me dice que ya viene en camino.

—Ya llame un taxi. —Asiente mirando a la nada. —Pelinegra, háblame.

Me mira luego de unos segundos y veo dolor en sus ojos. Automáticamente la abrazo y ella me corresponde llorando. No se porque estoy haciendo esto pero no se, tengo la necesidad de cuidarla, como si fuera una hermana para mi, es extraño.

Estamos en el taxi camino a mi casa, ella sigue ida mirando la ventana y yo no se que hacer para que deje de estar así. Le pago al taxista y nos bajamos, aun sigue lloviendo pero no tanto. Entramos a mi casa y como siempre, esta silenciosa.

—Necesitamos quitarnos esta ropa mojada así que... ¿Subimos? —Asiente mirándome.

La llevo en la habitación de invitados que tiene baño y le doy una toalla con una franela y un mono que le debe quedar gigantesco pero es mejor eso que este mojada. Cuando escucho la regadera me voy directo a mi cuarto a ducharme igual.

Salgo vestido de baño y voy a la habitación en donde la deje. Toco la puerta y nadie me responde, toco otra vez y nada. ¿Y si se fue? Oh mierda. Abro la puerta y la encuentro dormida en la pequeña cama. Entro y busco unas sabanas que están en las gavetas del armario y la arropo. Me siento a su lado, la veo y pienso, ¿que le estará pasando a la pelinegra?

Tu me perteneces a mi [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora