—No se como no has probado la pizza, ¿en donde vives? ¿en narnia? —Me burlo.
En estos momentos me encuentro conversando en el almuerzo con Lucia y de pronto yo le hablaba del amor de mi vida que es la pizza y ella me dice que nunca la ha probado, ¿esta loca?
—Es que mi madre siempre cuida lo que yo como, no me deja comer comida chatarra ni algo parecido. —¿Tu me estas hablando en serio? —Pregunto incrédula. ¿Que clase de madre es esa? —Muy en serio. Mi papá es el que a veces me consiente llevándome a comer helado pero son muy pocas veces porque mi padre trabaja mucho al igual que mamá pero ella siempre esta pendiente de lo que como y también en como me visto.
La veo y esta usando un vestido suelto rosado pastel con unas sandalias blancas. No esta mal como se viste. Mas bien parece un barbie pero no esas putas que hay en mi instituto sino una tierna.
—No te vistes mal... —Digo sinceramente. —Y no es que no me guste sino que siempre anda diciendo por mi y me molesta. —¿Por que no le dices nada? —No puedo. Mira su almuerzo.
Preferí no preguntar mas porque apenas no estamos conociendo y no quiero presionarla a que me cuente toda su vida en solo dia. Veo a lo lejos a Harper y la saludo con la mano y sonríe. Viene a donde estamos nosotras y se sienta.
—Hola, desaparecida. —Se sienta. —Disculpa por no responder es que he tenido problemas.
—Tranquila, lo importante es que estas bien ahora. —Me guiña un ojo y empieza a comer su sándwich.
—Por cierto, ella es Lucia. —Le digo a Harper. —Lucia, ella es Harper.
—Un gusto. —Lucia le da la mano. —Igualmente, Barbie. —Se dan la mano y Lucia ríe.
Terminamos nuestro almuerzo y nos vamos juntas a clases que por cierto, las tres coincidimos en una. ¿Ven lo despistada que soy? Ni siquiera sabia de la existencia de Lucia ni de Harper y ahora estamos las tres juntas caminando hacia el aula. Que loco.
Acabo de recibir la dirección para encontrarme con mi padre. Voy saliendo de clases y me despido de las chicas. Busco con la mirada a Tomas y no lo encuentro. Bueno, lo veré después.
Por suertes es un heladería que queda cerca de mi casa en donde nos debemos encontrar. Cuando era tan solo un niña el me llevaba casi todos los fines de semanas a comer helado con mamá. Me la pasaba divirtiéndome con ellos haciendo cualquier tontería. Extraño esos momentos.
Sin darme cuenta ya estoy llegando a la heladería y lo veo a lo lejos sentado en un banco pensativo. Llego y me siento a su lado.
—Llegue. —Digo sin mirarlo a ojos.
—¿Estas bien? —Hace que lo mire.
—No. —Su mirada es triste. Tiene ojeras como mamá.
—Cuéntame que ha pasado estos días. —Suspiro.
—Mi mamá no llega a casa, me la paso llorando, me cai de las escaleras y mas nada. —Se sorprende.
—¿Estas bien? ¿Fuiste al medico?
—Estoy bien, y si, estuve casi dos días en el hospital.
—Lo siento, Madison, esto es toda culpa mía, no debí irme. —Me abraza pero lo separo al instante.
—Igual si te hubieses quedado no estuvieras en casa, porque eso es lo que hacías últimamente así que no venga con eso porque no vale de nada. —Me molesto. —En eso si apoyo a mi madre pero en mas nada porque ella me dejo tan sola como tu lo hiciste.
Silencio. Eso fue lo que obtuve después de decirle eso. El sabe que tengo razón pero como ya dije antes, el daño ya esta hecho.
—Lamento por irme de casa sin decirte nada, lamento no responderte las llamas, lamento no estar contigo cuando mas necesitaba, hija. —Su mirada era sincera. —Pero ahora en adelante no me alejare, estaré contigo, ¿si?
—¿Volverás a casa? —Me ve pensativo.
—Hoy en la noche te llamo para darte una respuesta, ¿si? Me tengo que ir, hija. Te amo, cuidate. —Esta vez yo lo abrazo. Duramos un rato así y luego el me da un beso en la frente y me sonríe sinceramente.
Llego a mi casa y escucho un ruido en la cocina. Voy a esta y me encuentro a mi mamá cocinando. Esperen, ¿cocinando? No es que ella no sepa cocinar sino es que pensé que no estaría como siempre.
—Pensé que no estarías. —Voy a nevera y tomo agua. Me siento en el taburete.
—Pues aquí me ves, hija. —Se seca las manos y se sienta a mi lado. —Decidí no solo pensar en mi, se que estuvo mal y quiero remediar ese error.
Su mirada transmite sinceridad pero a la vez miedo. Teme que le diga que no la quiero ver pero no lo haré. Quiero estar bien con ella.
—Esta bien, mami. —La abrazo fuertemente y ella a mi. Extrañaba eso...
—Gracias, mi linda. ¿Quieres comer? Hice espagueti con salsa.
Veo el reloj de la sala y son las 5:30 pm. Todavía es temprano pero no puedo decirlo que no a ese espagueti tan sabroso.
—¿Como decir que no? —Pongo mis manos en las caderas. Mi mamá se ríe y me sirve.
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Tu me perteneces a mi [PAUSADA]
Teen FictionMadison Wilson. Jack Scott. Ellos se conocen desde pequeños y son muy amigos. Ella desde los 11 años esta enamorada de el pero no se lo dice por miedo a que la rechace y termine su amistad. El tiene novia. Ella no tiene ojos para otro chico que no...