Tu me perteneces a mi [PAUSADA]

Capítulo 2

  Llego a mi casa y noto que hay mucho silencio, seguro mi madre fue al super mercado. —pensé.

Veo la hora del reloj de la sala y noto que son las 9:37 am. Me queda mucho tiempo para elegir el bikini, aunque no tenga muchos. Tal vez pueda dormir un rato.

Subo las escaleras y llego hasta mi habitación. Dejo la mochila tirada en suelo y me acuesto boca abajo, miro a la ventana de Jack y pienso. ¿Algún día tendré el valor de decirle lo que siento? ¿Por qué seré tan cobarde? Y con esas preguntas rondando en mi mente me quedo profundamente dormida.

Me despierto por un ruido que debió ser proveniente de abajo, debe ser mi madre. Me siento en la cama y veo la hora del reloj que esta en mi habitación -el de la alarma- son las 3:00 pm. Siento que estoy olvidando algo, pero no se que es... Tal vez no es nada. Me levanto y voy a la cocina, veré con que lleno mi pequeño estomago ya que me perdí el almuerzo.

Llego a la cocina y me preparo dos sándwiches, creo que la caminata de mi cuarto para la cocina me dio mas hambre, creo, no se. Hablando de otra cosa, ¿en donde estará mi mamá? Hace minutos creí escucharla. ESPEREN, si ella no esta, ¿quien haría ese ruido? Por favor que la casa no este embrujada, por favor, por favor.

—Mad, ¿Dónde estas? —Brinco desde donde estoy, que SUSTO. La gente como que se puso de acuerdo para asustarme, al menos me salve, la casa no esta embrujada. Ya va, ya va, ese fue la voz de mi papá, ¿no debería estar en el trabajo?

—En la cocina, papá.

Veo que el entra a la cocina con su traje negro muy formal –obviamente– con una sonrisa que no le llegan a los ojos, esta cansado, su cara lo dice todo pero noto que intenta remediarlo con su sonrisa.

—Hija, ¿y tu madre? —Okey, no me saludó, excelente.

—No se. —Respondo cortante.

Escucho como la puerta de la entrada se abre. Mi papá y yo nos miramos confusos. ¿Mi mamá salio otra vez o es que no había llegado desde que llegue esta mañana?

—Hola familia, ¿me buscaban? —Llega mi mamá a la cocina como si nada. Okey, esto es raro. Código rojo, repito, código rojo.

—¿En donde estabas madre?

—Primero fui al centro comercial y luego a donde la vecina, por cierto, Jack me dijo que te invito a la playa hoy, ¿viene por ti a las 4:00 pm, no?

Jack, playa, hoy. OMG, debe alistarme, no se que ponerme, ¿como es que se me olvido? Que mala amiga soy. Si no fuera por mi mamá pasaría un gran pena porque el vendría buscarme y AY NO. Para de pensar Madison, no hay tiempo.

—Mamá, necesito tu ayuda. —le digo con tanta rapidez que no creo que me haya entendido.

—Ya va Madison, necesito hablar con tu padr... o ya no. —dice cuando ve por donde se va papá, que raro.

—Mamá, no se que bikini usar hoy, debes ayudarme, POR FAVOR.

—Acompañame a mi habitación, tengo el bikini perfecto para ti. —Me dice con un sonrisa.

¿Cómo que mi mamá tiene el "bikini perfecto para mi"? Seguro y es uno de ella y me quedara feo. ¿Desde cuando me importa tanto verme bien?

Desde que sabes que saldrás con Jack.

Otra vez esa voz, ¿no puedes dejarme tranquila?

No.

Okey, pues te ignorare.

Subo lentamente las escaleras, aun tengo hambre pero es más importante el bikini. ¿Qué rayos me pasa? Me devuelvo a la cocina y agarro un sándwich, me lo como lentamente hasta acabarlo, dejo el otro para después porque mamá debe estar esperándome. Subo corriendo a la habitación de mi madre y cuando voy llegando noto que va saliendo de esta con un bikini de dos piezas unicolor en la mano, es negro pero es espectacular, me encanta. ¿Cómo mamá tendrá un bikini tan bello?

—Te preguntaras porque tengo este bikini. –me leyó la mente. –Hoy fui a mi tienda favorita que esta en el centro comercial, iba entrando y lo vi, me enamore al instante y por supuesto no dude en comprarlo. Es hermoso, es perfecto para ti.

Si que lo es, pero no se como se me vera. No tengo cuerpo de modelo.

—Mamá esta hermoso, ¿me lo puedo probar?

—Claro, vamos a tu habitación y así aprovecho para decirte que te puedes llevar. —Me dice con tanto entusiasmo que hasta yo la imito.

Salgo del baño ya con el bikini y no me queda mal. Noto que mi madre esta sentada en mi cama metiendo ropa en un bolso gris.

—¿Qué tal? —Digo para que note que ya salí.

—Oh por Dios, te ves demasiado bella, hija. —dice con lagrimas en los ojos. ¿Tan bien me veré?

—Ten, ponte este short y esta blusa. —me da un short azul rey y una blusa blanca de flores azules.

—Mamá, esa blusa no, quiero una franela. —Digo mientras busco una franela en mi armario. No me gustan esas blusas tan pegadas a mi cuerpo. 

—Claro que si la usaras, señorita, ¿como quieres que se fije en ti si usas esas franelas feas? —me quedo helada. ¿Cómo es que mamá sabe eso?

—Yo-o no se de que hablas. —Tartamudeo.

—Sabes perfectamente de que hablo. He visto como lo miras, esa mirada... Estas enamorada, lo se porque yo miraba así a tu papá, aun lo hago.

MI MADRE ME DESCUBRIÓ, ¿que hago ahora? ¡AYUDA!