Oigo voces a lo lejos y luego siento que me mueven. Me despierto y me tallo los ojos. Quito las manos de mis ojos y veo a Jack con cara de preocupado.
—Madie, casi me da un infarto cuando tu mamá me dijo que estabas en el hospital. —Dice acariciándome el cabello. Ese gesto me parece tan bonito y automáticamente sonrió.
—Estoy bien, ya todo paso. ¿Que hora es? —Me siento en la camilla.
—Las seis de la tarde. Tuve que pelear con una enfermera y con el de seguridad para que me dejaran verte porque ya no es hora de visita.
Río mirándolo. Es tan lindo cuando se preocupa.
—¿Que le dijiste para que te dejaran pasar?
—Que me quedaría contigo esta noche. —Se sienta en la silla.
—No tienes porque quedarte, Jack... —Miro mis manos.
—Si tengo porque quedarme. Eres muy importante para mi. Y tu mamá me pidió que me quedara contigo ya que no puede porque dice que tiene cosas que hacer, de verdad que me pareció muy extraño ya que ella es muy atenta contigo.
Mis ánimos por verlo y todo eso que sentía se esfumo. Ahora me siento sin ánimos. ¿Cosas que hacer? Como irse a beber y olvidarse que tiene hija.
—Igual no tienes porque hacerlo. -Digo cortante.
—¿Por que ese cambio tan drástico porque te nombre tu a mamá? ¿Hay algo que no me estas contando verdad?
—No quiero hablar de eso ahora... —Miro a un lado de la habitación. Hasta ahora me doy cuenta que la habitación tiene una ventana.
—Esta bien, no te presionare. —Toma mi mentón y hace que lo mire. —No quiero que quites esa sonrisa tan bonita, ¿si?
Asiento sonriendo falsamente.
—Seguro no has visto al doctor ya que cuando pregunte por ti el fue quien me atendió y me hablo de lo que te pasa. Me dijo que mañana te darán de alta ya que estas mejorando.
—Ay que bueno... Por cierto, tengo hambre. No he comido en todo el día.
Y como si me hubieran escuchado entra la enfermera loca por mi amigo con una bandeja de comida.
—Y debes tener mucha. —Se ríe.
Mueve una mesa y la pone a un lado para que quede en frente de mi sin yo moverme de la camilla. Pone la bandeja en la mesa con un jugo, cubiertos y servilleta.
—Espero que te lo comas todo. Vuelvo en un rato para llevarme esto. —Y sin mas sale de la habitación.
—A comer, señorita. —Me manda Jack como si fuera una niña. Asiento riéndome.
Luego de comer esa comida horrible y que la enfermera haya venido y se haya llevado la bandeja me acuesto otra vez en la camilla.
—Se que ya te dije pero quiero recordártelo. —Mira la puerta pensativo. —Quiero que vayas al juego que tengo el sábado, es muy importante y quiero que estés ahí.
—Claro que estaré ahí, Jacki. Eso no se me olvidaría por nada del mundo.
—Me alegro saber eso entonces. —Sonríe sin mostrar sus dientes. —¿Que fue lo que...
No termino de preguntar porque su celular empezó a sonar. Contesta.
Diga...No, no puedo... Estoy ocupado, Skylar... Que no, hablamos luego. Corta la llamada y me ve.
—Si quieres vas con ella, no importa. —Digo seria.
—No me iré y te dejare sola, Madison. Eso no esta a discusión.
¿Por que no va con ella? ¿Por que ahora si se queda conmigo?
Antes te quejabas porque no estaba contigo y ahora que si lo esta te quejas. ¿Quien te entiende?
NI YO ME ENTIENDO.
—¿Como fue que te paso todo esto? —Pregunta luego de un rato de silencio.
—Me caí de la escalera. —Veo la ventana.
—¿Como es que te caíste? Supongo que tu mamá se puso histérica.
—Ja'. —Río amargadamente. —Ella ni siquiera estaba en casa. Me encontró Tomas.
—¿No estabas? ¿Tomas?
—Estaba haciendo mejores cosas que estar pendiente de su hija. Y si, Tomas.
—¿QUE HACIA EL EN TU CASA EN LA MADRUGADA? —Alza un poco la voz. Mierda, seguro el doctor le dijo que llegue en la madrugada.
—Solo fue a llevarme unos zapatos que había dejado en su auto.
—¿Acaso te emborrachaste? —Pregunta asombrado.
—Puede que un poquis. —Me rio pero se me borra la sonrisa cuando veo que esta molesto. —No quiero discutir contigo, Jack, así que mejor que dejemos este tema hasta aquí.
—Solo porque esto estas en condiciones para discutirlo dejo el tema hasta aquí pero luego si lo hablaremos, ¿okey?
Luego de esa conversación el bajo al cafetín ya que me dijo que no había cenado. Al ratico en tro la enfermera loca por mi amiga a quitarme el suero ya que se había acabo y ya no lo necesitaba. Me quita la via y me duele al momento. ODIO LA AGUJAS.
Narra Jack.
Ya con mi estomago feliz y con una barra de chocolate para Madison voy a la habitación en donde esta ella. Cuando voy a abrir la puerta me detengo porque escucho voces adentro. Creo que es la enfermera.
—Si que estabas preocupado, eh. —Creo que esa es la voz de la enfermera.
—¿Quien? —Esta vez habla Madison.
—Ese chico rubio que casi golpea al guardia. —Se burla y Madison igual. —¿Ese chico si es tu novio verdad?
—No. —Madison para de reír.
—¿Te gusta verdad?
—¿Se me nota mucho?
Palidezco. Me alejo de la puerta y camino por el pasillo hasta sentarme en la sala de espera. ¿Madison gusta de mi? ¿Por que no me lo ha dicho? ¿Desde cuando le gustaré?
Si preguntas eso es porque te importa mas que una amiga y lo sabes.
No fastidies conciencia.
Me siento feliz pero a la vez confundido. ESPEREN, ¿por que me siento feliz? ¿Confundido? Centrate, Jack. Madison es solo tu amiga mas nada. ¿Como la mirare ahora? ¿Le digo que la escuche? NO, por supuesto que no. Actuare como si no hubiese escuchado nada.
Voy hacia la habitación de nuevo, entro y ya la enfermera no estaba. Me siento en la silla y la veo.
¿Como es que le puedo gustar a la pequeña Madie? Seguro no me lo dice porque estoy con Skylar tiene miedo que la rechace. ¿Yo la rechazaría? Si porque tengo novia. ¿Y si no la tuviera? Deja de estar pensando en tonterías Jack.
—Te traje algo... —Toco mi bolsillo y saco la barra de chocolate. —Comételo rápido antes de que te vean.
—Me salvas porque esa comido no estuvo para nada buena. Gracias. —Me arrebata el chocolate y comienza a devorarlo como si nunca lo hubiese comido. Se ve tan tierna y graciosa.
Te gusta, te gusta.
¡QUE NO!
Sabes que si pero no lo admites.
Lo que tu digas...
***
Abro los ojos y me encuentro con la mano de Madison entrelaza con la mía. Me quede dormido en la silla con la cabeza recostada a en la camilla. Levanto al cabeza y miro nuestras manos. Se siente tan bien tenerla así juntas. ¿Que estoy diciendo? Tengo novio, no puedo hacer esto. Quito con cuidado mi mano para no despertarla y lo logro pero de pronto se mueve.
—Jack, te necesito. —Dice de repente dormida.
¿Me necesita?
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Tu me perteneces a mi [PAUSADA]
Ficção AdolescenteMadison Wilson. Jack Scott. Ellos se conocen desde pequeños y son muy amigos. Ella desde los 11 años esta enamorada de el pero no se lo dice por miedo a que la rechace y termine su amistad. El tiene novia. Ella no tiene ojos para otro chico que no...