|Instinto peligroso|

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Desperté con un fuerte dolor de cabeza, cuando pude al fin abrir los ojos estaba en mi habitación con mi camisón de seda puesto, creí que me encontraba sola, pero a mi lado se encontraba Austin, para ser más específica a mi derecha, me volteé para ya no verlo, cuando siento que sus manos me comienza a abrazar y tocar mi vientre con cariño. Me quedé en silencio esperando que esté se volviera a dormir, tardó mucho pero una vez que lo hizo se volteo hacia su posición anterior y volvió a dormir, me levante haciendo que mi cabeza comenzará a doler mucho igual que la noche anterior, ese dolor se volvió tan intenso que caí al suelo.

_Debes tener cuidado, tuviste un fuerte desmayo ayer.

Mire hacia arriba para encontrarme con el dueño de esa voz, haciendo que me quede en un estado de shock, se trataba ni más ni menos que de Xavier.

_¿Qué haces aquí? Tienes totalmente prohibido acercarte a mí.

_¿Podemos hablar afuera?

Preguntó este mirando a quien ahora era mi marido, yo sólo asentí e intente levantarme pese al dolor que sentía.

_¿Necesitas ayuda?

_No, no la necesito.

Seguía intentando pero era inútil, necesitaba ayuda, pero no la aceptaría viniendo de él, escuche como Xavier soltaba un profundo suspiro y comenzaba a acercarse hacia mí, antes de que pudiera decir algo ya estaba agachado con sus manos en mi cuerpo, estaba a punto de levantarme con sus brazos. Quise golpearle con una de mis manos pero él lo detuvo con la suya.

_si haces eso cuando yo te haya alzado te dejaré caer.

Yo lo mire con desafío pero pronto cambie mi cara, volteándola para mirar hacia otra parte, no sabía que hacia aquí, pero si venía a lastimarme a mi o mi bebé estaba vez no lo dejaría salir con vida, nadie toca a mí bebé. Me sorprendí al saber cómo mi instinto me estaba volviendo más mala y fría, supongo ese es el instinto maternal, el proteger algo que quiero mucho.

_¿Me vas a decir que quieres?

_No desesperes, cuando estemos en la sala donde toman el té muy de vez en cuando tus padres, hablaremos.

_¿Cómo sabes eso?

_Simplemente alguien me lo dijo.

Luego de eso comenzó a llevarme por el pasillo menos habitado del castillo, la sala de té que el menciona es sin duda la que mis padres usaría sólo cuando tuvieran nietos, al no tenerlos estaba totalmente desolado, en el palacio mis padres tenían distintos lugares, algunos eran especiales y no usaban a no ser que sea para ocasiones que ellos consideraban especiales. Este salón al que nos dirigimos era uno de ellos, me sorprende mucho que Xavier sepa de este salón.

_Ya puedes bajarme, me siento mejor, puedo caminar por mi propia cuenta.

_¿Segura?

_Claro que estoy segura.

Este me miró con poca confianza por unos segundos hasta que asistió y comenzó a bajarme, una vez en el suelo nos quedamos quietos mirándonos, fue entonces que decidí romper el silencio de una vez por todas.

_Ya, ¿no querías hablar en la sala de té? Esta en esa puerta de enfrente, entra.

Xavier entró mientras que yo suspiraba y caminaba por detrás de él, cerré la puerta para que no me vieran aquí, menos con Xavier, peor sería si el que me vea sea Sain, él pensaría mal haciendo un gran mal entendido, podría matarlo.

_Habla.

_Es una larga historia.

_Te escuchó.

La Tirana °Editando°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora