Desconcierto

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Capitulo dedicado a ClockWork99 y a blackengels espero llegar a sus expectativas sin olvidarme del modelo original (crueldad).

- Deja de leer por un momento

_ ¿Quieres algo de beber? - Le preguntó Sheila a la niña que estaba oyendo atentamente la historia. 

_ No, es que quiero seguir conociendo la historia además a juzgar por la cantidad de páginas no quedan muchas por leer - Dijo al tiempo que observaba la computadora de esta.

_ Eso es cierto, la historia tiene un final corto - Estuvo de acuerdo con ella - Pero yo tengo un fragmente extra que es muy secreto.

Fue entonces cuando la niña sonrió y se acomodo mejor para continuar con la lectura.

- Continua leyendo -

Parecía como si aquel rubio la fuera a besar pero se quedó a mitad del camino, casi como si hubiera sentido un olor que le desagradó, este hizo una mueca de asco y se dispuso a mirar todo el bosque en busca de aquella peste provocando que la joven que tenía enfrente se pensara que la del feo olor era ella.

*Imposible* Pensó oliendo su pelo * Solo huelo las flores de Jazmín* Se dijo a sí misma recordando que siempre que entrenaba terminaba por tirarse sobre los pétalos que lanzaban estas plantas en el suelo.

_ ¿Qué sucede? - Preguntó al fin haciendo que el chico se sobresalte a penas un poco.

_ Sentí el olor de un enemigo no es nada - Mencionó distraído -. Debo irme nos vemos luego - Cuando estaba yéndose ella escuchó la voz de una  mujer lo llamaba seguramente al chico, pero no pudo concentrarse tanto en eso porque su padre ingresó en su campo visual.

_ ¿Qué haces aquí sola? Es peligroso que esté aquí - Su padre miraba hacia las distintas partes del bosque como buscando a alguien -. Vamos es peligroso.

_ Sí papá - pudo decir ella solamente y de camino a casa se preguntaba si volvería a ver al chico de cabellos dorados.

Y así fue, ambos se veía todos los días a la tarde para explorar juntos y pasar el rato hablando de cualquier cosa, por la simple necesidad de darse un respiro de su vida cotidiana, ¿y que mejor que relajarse y comportarse como dos adolescentes? Eso sí los dos comenzaron a quererse mucho como amigos, tanto que disfrutaban los momentos que estaban juntos.

_ Dime Alex - Comenzó un día Katherine que se encontraba en el pecho de él al fin sin armadura - ¿Dónde vives y por qué siempre llevas armadura?

Él solo suspiro y miro al cielo. 

_ Vivo en un castillo y el príncipe de este esta en guerra por ello sería peligroso que salga sin armadura - Dijo tranquilo. 

_ ¿Cómo ahora? - Preguntó levantándose y mirándolo a la cara ahora.

_ Justo como ahora, pero estará bien por hoy si no lo llevo - Le informo para relajarla, esto funcionó y ella volvió a poner su cabeza en el pecho de este mirando el cielo.

_ ¿Alex tu me quieres? - Volvió a preguntar de la nada.

_ Claro que sí Katherine - Hablo sin dudar ni un minuto.

_ ¿Serías capaz de hacerme daño? - Dijo solo para matar el rato.

_ Para nada, en más mataría todo aquel que te hiciera daño - Aseguro con la voz seria y sincera.

Luego de que ella asintiera volvieron a quedarse en silencio llenándose de paz. 

Pero de pronto ambos sintieron el crujir de las ramas secas, sin duda había alguien acercándose hasta ellos.

_ Escóndete - Le susurro Alex mientras miraba la dirección del ruido.

_ Pero Alex... - Dijo insegura. 

_ Ahora - Susurro aún más fuerte. Haciendo que ella obedezca su petición, ella se escondió en unos arbusto y observo la escena.

_ Ya me parecía que olía muy mal por estas partes últimamente pero no pensé que se trataba de un traidor - Escupió la persona que estaba enfrente. 

_ Mira quien habla de traición, el hombre que dejó a su hermano a un lado por una mujer del demonio y su hija - Habló Alex con ironía.

Katherine por su parte intentó moverse a un lado para poder ver a la persona que se encontraba enfrente de Alex.

* Esa voz, me suena conocida * Pensó al escucharla y para cuando pudo ver a la persona se quedó helada. * ¿¡Papá!?

_ ¿Esas son formas de hablarle a la persona a la que le decías "papi"? - Respondió con sarcasmo y una sonrisa de costado.

_ Tu no eres mi padre - Apretó los dientes para decirle eso -. Eres un monstruo.

 _ Eso no pensabas antes de mí - Dijo a medida que se acercaba -. Terminemos con esto, ¿quieres? 

_ Ni yo lo hubiera empezado mejor - Sonrió también acercándose, estaban a punto de pelear cuando Katherine no lo soporto y corrió hasta el medio de ambos. 

_ ¡Deténgase! - Grito poniendo sus manos en ambos pechos de los hombres, provocando les a ambos una gran sorpresa. 

_ ¿Qué haces? Te dije que te escondieras - Habló primero Alex y por más que ella abrió la boca no pudo emitir ni una palabra.

_ ¿Hija? - Preguntó Sain sin creerlo.

_ Hola papá... - Dijo ella mirándolo. 

_ ¿Papá? No me digas... ¿eres hija de ese demonio? - La miro con asco Alex.

_ No le digas así a Amira, Katherine alejate de él es uno de nuestros enemigos - Le ordenó Sain.

Ella estaba aturdida no podía reaccionar y solo pudo hacerlo cuando Alex sacó un pequeño cuchillo de plata junto a unos guantes que lo protegían del material, este se lo apoyó en la mano causándole un inmenso dolor y haciendo que gritara.

_ No me toques, me da asco - Hablo Alex con frialdad mientras que Katherine se había alejado bastante de él junto a Sain -. Les pondré fin de una vez por todas.

Sain se colocó enfrente de su hija esperando que Alex la atacara, pero fue entonces cuando sintió un olor familiar, un olor que extrañaba. Mirando a las espaldas del chico pudo notar unos cabellos negros acercarse de a poco hasta el joven. 

La Tirana °Editando°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora