Cuando escuche esa voz me voltee enseguida para darme cuenta que la que la persona que estaba detrás era ni más ni menos que la persona que había arreglado con mis padres sobre mi matrimonio, que al saber cómo era este príncipe, no me agrado para nada, yo era mejor que y no tenía por que rebajar a su nivel, esta bien que este príncipe sea guapo pero no es muy inteligente, hasta se podría decir que yo sobrepaso su inteligencia.
_Y bien, ¿no vas a responder mi pregunta? - Dijo de verdad esperando una explicación de mi parte-.
_No, no tengo porque hacerlo Edward - Respondí secamente sin mirarlo-.
_ Vamos, se que eres vampiro, aunque no lo creí capaz al principio pero lo comprobé - Yo me quedé mirándolo, ¿cómo no pude ver su presencia? ¿Será que no es humano? Podría sentir la presencia de un humano a kilómetros, pero todavía me cuesta sentir la presencia de un vampiro, será que acaso él...-
_ Te propongo un trato - Comenzó acercarse a mí con una sonrisa, no cualquier sonrisa, si no una de esas que te dicen que te propondrán algo que seguramente no te gustara, yo sólo lo observé muy seriamente, el sabía una vampira seguramente, tengo un cadáver debajo de mis pies y se nota que no tiene sangre ya que está muy pálida, pero ¿qué querrá a cambio de su silencio?
_El trató consiste en que vuelvas a ser mi prometida, si hacés eso no diré que eres un vampiro ni a los cazadores ni a tus padres - Yo lo mire con una risa sería ¿acaso era tan tonto como para no notar que entre vampiros nos sabemos identificar como tal? -.
_ Sabes que si me delatas te estarías delatando a ti también, ¿no? Se nota mucho que eres uno de los míos - Él miró incrédulo, casi como si pensara que yo no lo notaría-.
Aprovechando que estaba pensando que decir lo mire fijo a los ojos.
*¿lo podré hipnotizar? Hasta ahora no lo probé en vampiros sólo en humanos, ¿debería intentarlo?*
Sin pensarlo más me coloque muy bien enfrente de él y lo mire a los ojos una vez segura de que ya estaba completamente mirándome comencé a hablar en latín:
"Audiam quid dicturus sum, volo, ut munere suo agere sicut servus meus es tu ego palam facies mecum: ut adiurem te igitur mihi posse mori".
-Traducción-
"escucha lo que estoy por decir, quiero que tú me seas leal, que actúes como mi sirviente, claramente no lo eres pero quiero que jures tu lealtad a mi, tanto que podrías hasta morir por mí".
Por un momento pensé que no había funcionado, hasta que vi sus ojos del mismo color que el mío, no rojos pero si grises, y él los tiene color miel.
Justo cuando estaba por hablar y decirme algo escuchó un susurro que casi parecía estar a lado mío pero no sentía que alguien estuviera a mi lado y entonces el hechizo se rompió. Cuando el recuperó la conciencia sólo me miró y se fue. Era una pena lo tenías a mis pies, pero ese susurro es muy parecido al que escuche cuando me desmaye en mi habitación, ¿podría ser que es un vampiro que me esta siguiendo? ¿O cazador?
Estaba demasiado cansada así que comencé a correr hasta el castillo, luego me daría larga ducha y me relajaría en la ventana mirando la luna llena.Una vez ahí me recibieron en la entrada Lina y Sheila ambas me miraban sin saber que decirme.
_¿Ocurre algo malo? -Pregunte al ver sus caras-.
Ellas se miraron preocupadas y entonces Lina fue la que habló
_Es el señor, Sain, señorita al parecer esta enfermo, tiene mucha fiebre y está delirando, pidió verla a usted pero le dijimos que aún no había vuelto quiso pararse e ir en su búsqueda a lo que le negamos y tuvimos que dormir - Sin pensarlo dos veces corrí sosteniendo mi vestido escaleras arriba y yendo hacía la izquierda, ignorando lo que las muchachas decían sobre que me podría caer. Si eso pasaba no me haría daño, pero si me arriesgaría a que me descubran. Una vez que llegue al cuarto de Sain, pude verlo como las mejillas rojas y como estaba agitado como si tuviera calor, cuando le toque la frente estaba ardiendo, y justo como había mencionado Lina y Sheila él estaba balbuceando algo no podía oírlo bien así que decidí irme de la habitación para dejarlo descansar o eso intente hasta el tomó mi mano y lo poco que pude escuchar fue un: "quédate conmigo, por favor"-.
Al oír su suave voz no pude decirle que no, después de todo el es la persona en la que más confió no quiero perderlo de esta forma.
Suspire y me senté en la silla que estaba a un costado mientras cambiaba sus paños secos por unos húmedos. Al fin parecía haberse relajado su respiración yo entonces me calme, cada tanto venía David uno sirvientes que cambiaba el agua.
Xavier también aparecía de vez en cuando, cuando tenía hambre. Luego se iba y salía del castillo para completar la pequeña misión que le había dado, ya habían pasado dos días en los que Sain estaba con tanta fiebre que no podía salir de la cama. Entonces me quedaba con el y cada tanto le leía un poco de los libros que tenía, él dormía mayor parte del día y casi no comía, eso si tomaba mucha agua, parecía que no se iba a recuperar y yo comenzaba a desesperar. Entonces en la noche del tercer día él despertó, cuando toque su frente estaba fría y comenzó a comer._¿Cuánto tiempo estuve así? - Preguntó mientras comía por su cuenta-.
_ Esta es la tercer noche, ¿que te ocurrió? Cuando volví ya estabas así - Pregunte algo preocupada aún-.
_ Perdón por preocuparla señorita, lo único que sé es que justo cuando usted se fue comencé a caminar por todo el castillo inquieto, Xavier intento pararme pero no lo logró, usted no me había dejado acompañarla y estaba inquieto por su bienestar - Contesto intentando justificarse-.
_ No deberías preocuparte, Sain, no puedo enfermarme ni nada era obvio que estaría bien, sin embargo en el bosque escuche un susurro, que fue capaz de romper mi hipnotismo - Le informe al tiempo que recordaba lo ocurrido-.
_¿Cómo es eso? ¿Lo necesitaste? ¿Por qué? - Este me miraba más atento todavía-.
_ Sain, relajate son muchas preguntas, sólo diré que si lo necesite y nada más, no fue nada grave, continúa tu relato por favor -Él asintió, suspiro y continuó-.
_ Mientras caminaba, sentí un extraño susurro y luego comencé a sentirme mal y fue ahí cuando David y el resto me encontraron - Suspiro un poco agotado-.
_Ya veo, así que tu también los escuchaste -Luego de esa pequeña charla le dije que descansara un poco más y me marché, pensando en que era lo que estaba ocurriendo. Y quién era él dueño de el susurro del cual parecía ser sólo yo su única diversión-.
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En este capítulo me ayudó mucho para inspirarme mi buen amigo David, le agradezco mucho que me haya ayudado y servido de inspiración. :-) esperó les guste.
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La Tirana °Editando°
VampirosElla era una cruel princesa de aristocracia, hermosa pero de un frío y cruel corazón Quién podría siquiera haber pensado que por el error de un vampiro ella terminaría siendo convertida. Terminará siendo una eterna Tirana. © Esta novela tiene der...