|Necesito ser inmortal|

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Al día siguiente desperté más temprano de lo habitual, aún seguía siendo de noche pero aún así salí de mi habitación y comencé a bajar las escaleras, estaba con mi camisón, no podía dormir, debe ser que al fin la sangre está causando efecto, necesitó más.
Me dirigí hacia el ala oeste, para entrar a las habitaciones de los sirvientes. Necesitaba sangre, necesitaba a Sain.
Me metí en el cuarto  que  decía: "Sain". Para diferenciar los cuartos siempre colocamos los nombres de los sirvientes. Por si los necesitábamos y estaba en sus cuartos los buscábamos.

_ Sain, ¿éstas despierto? - Pregunte a la oscuridad de su habitación-.

_ Sí, señorita, ¿que ocurre? - Contestó sin haber pasado dos segundos-.

_ Necesitó sangre, quiero volverme inmortal de una vez -Él no respondió sólo se levantó de su cama algo despeinado, su cabello negro estaba hecho un lío, y sus ojos negros a penas se podían ver con la oscuridad. 

Sin más charla  se acomodo frente a mi, dejando a la vista su cuello, y casi sin pensarlo dos veces comencé a tomar su sangre nuevamente. Podía escuchar sus pequeños gemidos de dolor. Otra vez puso sus manos en mis hombros y susurró:

_Señorita, es hora de parar, aún sigo algo débil y no querrá que muera ¿o sí? - Sonreí aún en su cuello, tenía razón pero aún estaba insatisfecha seguí tomando hasta que este cayó al piso sólo hay me detuve-.

_ Debí parar, pero estaba insaciable, si no quieres que siga tomando mucha de tu sangre te encargó una misión, tu puedes salir libremente del castillo y necesito que busques más personas de la cual pueda beber sangre, sólo así a lo mejor ni deba tomar tu sangre.

Sin decir más abandoné la habitación dejándolo en el piso arrodillado mirando hacia el suelo.
Volví a subir hacia mi habitación, con más insomnio que antes, a este paso lograré ser inmortal.
No podía dormir y fue entonces que me pare enfrente de mi gran ventana, pude ver que no estaba tan frío entonces decidí ir al balcón que estaba derecho a las escaleras, no hacía falta bajar. Atravesé la gran puerta ventana y me apoye en el borde del balcón. Era una hermosa vista y la noche era más hermosa aún.

Estuve un rato muy largo hasta que volví a mi habitación, no sentía frío ni calor eso era un gran avance

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Estuve un rato muy largo hasta que volví a mi habitación, no sentía frío ni calor eso era un gran avance.
Tampoco sentía sueño ni cansancio, me sentía muy bien hasta que sentí un susurro y me desplome al lado de mi cama.
Cuando desperté, estaba en mi cama, como normalmente suelo estar, aún un poco aturdida por lo que pasó, no le quise dar importancia y me levante.
Una vez vestida con uno de mis vestidos, hoy no era un día especial así que no importaría el color, ni que vestido use.

 Una vez vestida con uno de mis vestidos, hoy no era un día especial así que no importaría el color, ni que vestido use

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Me sentía cómoda, deje mi cabello suelto, como resultado mis rulos se dejaron caer por lo espalda y hombros.
Comencé a bajar las escaleras, para mi sorpresa mi madre y mi padre estaban hablando justo terminando de bajar.

_¿Pasa algo malo? - Pregunté  de pronto, por sus caras no parece ser nada grave, bueno ellos siempre tienen la cara seria, es confuso saber cuando algo malo pasa o cuando no, pero tampoco puedo quejarme, yo soy igual a ellos-.

_ Para nada hija, solo estamos conversando sobre ti - Dijo mi madre-.

_¿Sobre mi? Estoy segura que no hice nada malo - Contesté defendiendome-.

*aún* pensé luego con una sonrisa.

_No es que hayas hecho algo malo Amira, es que cuando naciste decidimos hacer un castillo, la cual te regalaremos ahora cuando cumplas años - Dijo ahora mi padre-.

Cierto dentro de unos días cumpliría veintidós, un castillo me vendría bien ya que sería una adulta legalmente según creen ellos-.

_Me parece perfecto, pero necesitaré más sirvientes con tan sólo tres no podré hacer mucho - Dije por fin-.

_Claro que sí hija, con sólo Lina, Sain y Sheila no podrás hacer mucho, te conseguiremos más -Mi madre estaba de acuerdo conmigo pero mi padre miraba a otra parte-.

_ Si me disculpan, debo ir con Dein, él tiene mi agenda de rey -Nosotras solo asentimos y él se fue. Mi madre me siguió comentando un poco más del castillo y luego también se marchó para dejar el lugar habitable para mi.

Estaba muy aburrida entonces fui a buscar a Lina, quería dejarla enterada de todo.

_ Lina, debes prepararte, mis padres me regalaran un castillo que hicieron para mi cuando apenas era una niña - Le informe-.

_Claro que si señorita, ya mismo voy -Contestó sin hacer preguntas ni objeciones-. 

_Y por favor avisale a Sain y a Sheila - Le ordené-. 

_ Sí señorita -Después de hacer una reverencia se marchó para acomodar sus cosas-.

Yo para matar el rato fui en busca de un libro, no vi cual era y sólo lo tome.
Estaba muy metida en mi lectura cuando siento que alguien se acerca.

_ Sain, ¿como estas? Ayer me pase un poco - Reconocí que me había excedido-. 

_ Estoy bien señorita, gracias por su preocupación, ¿Así que nos mudamos? - Cambio de tema-.

_ Así es, mis padres me regalaran un castillo, podré vivir en él con mis sirvientes y mi inmortalidad, eso me dará más libertad para tomar sangre.

_ Entonces mi misión sería más sencilla - Sólo asentí, dejé el libro a un lado me levanté y lo mire muy fijamente-.

_ Tengo hambre - Informe al tiempo que mis ojos me mostraban las venas de su cuello, repletas de sangre-.

_ Lo note por tus ojos rojos, sin embargo si haces eso acá generaría un riesgo, a menos que te puedas controlar - Sus palabras eran ciertas, pero intentaría hacerlo-. 

_ Descuida puedo controlarme, además que si te desmayas puedo inventar cualquier pretexto -Él seguía mirando con su cara sería, hasta ahora nunca lo vi sonreír, de hecho no conozco a nadie en este castillo que sonría, sólo yo lo hice ayer pero fuera una sonrisa de ironía-.

Estuvimos un rato así en silencio, hasta que el dejó ver su cuello y comencé a tomar, ese líquido carmesí más rico que cualquier cosa en el mundo, como la fruta roja más sabrosa que pueda haber nunca, después de disfrutarlo me separe.

_Oh, señorita, está llena de sangre en su boca -Yo sólo pude hacer un intento de sonrisa de costado, nunca sonreía a no ser que sea de ironía, sarcasmo o hasta por haber hecho alguna maldad-.

_ Descuida, es muy deliciosa - Pase la lengua por mis labios hasta limpiar la sangre, luego me concentre en su cuello que aún le salía sangre, entonces acerqué un dedo a los huecos que deje con mis colmillos, tome la sangre y lo chupe desde mi dedo-.

_Es muy delicioso - Dije mirándolo como si su sangre fuera lo más rico del mundo-.

_ Si no fuera porque no es cierto diría que intenta seducirme señorita - Extrañamente pude notar que su labio se curvó un poco y eso lo hacia ver mas lindo de lo que jamás podría haber pensado. Comencé a caminar hacia la puerta no sin antes decir mis últimas palabras-.

_ Quiero que cumplas esa pequeña misión que te pedí, cuando estemos en mi castillo, necesitó ser inmortal.

_Muy bien señorita - De reojo vi como hizo una reverencia a la vez que colocaba una de sus manos haciendo que le cruce el pecho, eso lo hacia ver bien con sus guantes blancos, y su traje. Yo sólo asentí y comencé a irme para preparar todo e irme-.

La Tirana °Editando°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora