|¿Por qué?|

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Nicolás no me hablaba simplemente se quedó mirándome en silencio, su cara era muy seria, estaba esperando alguna respuesta pero sólo obtenía silencio. Comenzaba a pensar que no hablaría pero entonces...

_ Quizás haya una forma, no estoy seguro, son muy poco vistos, se dice que son los únicos capaces de controlar a todos los vampiros, sin embargo de ellos existen muy pocos, se dice que es mejor evitarlos o bloquear la mente y así poder ser inmune, una vez se canse este se ira o eso dicen - Después de ese pequeño sermón mire al suelo, luego al frente hacia el arroyo, ninguno hablaba así volvió la tranquilidad volvió-.

 De pronto pude visualizar algo demasiado loco, estaba enfrente de un prado, podía ver a un padre con su hija corriendo y jugando. E-es una imagen visual rara, ¿acaso Nicolás lo está haciendo?

_¿Te gusta? - Pregunto este-.

_ Me da hambre, Nicolás ¿puedes entrar en mis recuerdos? - De repente toda la escena desapareció, él me miró sorprendido, como queriendo descifrar lo que acababa de decir, por la cual asintió a mi pregunta, volvió a mirar al frente, seguí su mirada y hay estaba yo de pequeña con...

*María* pensé

_¡¡Para!! - Grité con mis manos en la cabeza, no quería ver la escena de yo y ella en la nieve-.

_¡Está bien no grites! - Así como apareció desapareció, yo voltee a verlo muy enojada a lo que él solo levantó sus brazos en forma de disculpa, pero al menos demostró que si podía-.

_ Quiero que me lleves a mis recuerdos de hace unos días atrás, cuando fui atacada por el "señor susurros" - Este asintió mirándome fijamente a los ojos comenzó a buscar, hasta que hizo una mueca y me señaló hacia el frente, al momento que me desmayé, el sujeto que había visto acercándose me tomó en brazos y me susurro al oído-.

_ Dulce sueños princesa, yo voy a cuidar de ti, ahora, en tus sueños y si es posibles en la otra vida también lo haré - Diciendo eso me llevó hasta mi habitación dejándome acostada, este me observó un minuto luego besó mi frente, al tiempo que me lanzó una mirada melancólica y triste. No se veía bien su cara por la oscuridad ni por la sangre que tenía en el rostro-.

Pero sus susurros me dieron un poco de tristeza, tanta que puse una mano en mi pecho he hice una mueca de dolor, una pequeña lágrima salió, pero la seque rápido, no puedo permitirme el lujo de volver a ser débil.

_¿Estás bien? - Me pregunto mirándome preocupado -. 

_ Perfectamente, es una lástima no poder ver su cara - Le contesté sincera-.

_¿No quieres seguirlo? - Me volvió a preguntar-. 

_ No, no creo que sea necesario, haré de cuenta que es un aliado y punto final - El asintió y todo volvió a ser como era en realidad-.

_ Por cierto, no se tu nombre completo - Le dije al tiempo que lo miraba-. 

_ Cierto, ni yo el tuyo - Respondió-. 

_ Bueno como ya sabes soy un conde, mi nombre completo es Nicolás de Volkan - Me dijo presentándose-. 

_ Me suenas conocido, yo soy Amira Rosenthal - Le conteste de la misma forma-.

_ Un minuto, ¿eres la princesa heredera? - Pregunto sorprendido-. 

_ Sí, sin embargo no me hace muy feliz - Le informe-.

_Es un honor conocerla su majestad - Hizo una reverencia-. 

_¿¡Acaso me estás oyendo!? - Al sentir que seguía hablando muy cortés decidí mirar para otro lado y soltar un suspiro, él era una de las razones por la cual no decía mi verdadera identidad, todo el mundo actuaba así al saber que soy la princesa heredera única hija del rey Enrique, eso me cansaba ya que me trataban de la misma forma que todos en el castillo y no quería ser siempre tratada así, me recordaba que cuando tenga que heredar el trono quizás haya una guerra con mis tíos, ellos no lo dejaran fácil-.

La Tirana °Editando°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora