Pasaron tres días desde que Sain fue echado de mi castillo, mis padres habían enviado una carta donde me invitaban a tomar el té en su palacio.
Hacía ocho meses que no sabía de ellos, la última vez sólo había visto a mi madre pero desde entonces no la había vuelto a ver, ni hablar de mi padre, aunque él no me importaba, podía pasar años sin verlo y mi sentimiento hacia él seguiría igual.
_ Señorita, le traigo el vestido que pidió para ver a los reyes - Me informo Lina-.
_ Gracias Lina, ¿puedes encargarte de vestir a Alex también? Es que quiero que vaya conmigo - Le pedí con la mente en las nubes-.
_ Por supuesto señorita - Ella comenzó a irse y yo me dispuse a ponerme el vestido color beige con listones en color piel, también tenía un poco de estampado en flores, sería perfecto para ver a mis padres. Todavía no podía creer que me convocaran así de la nada después de ocho meses sin vernos-.
*¿Qué estarán pensando?* no podía evitar pensar mal, siendo que de ellos todo se podía esperar.
Una vez que estuve lista me mire por última vez en el espejo para luego poder encaminarme hacia la habitación del pequeño. Me sorprendí cuando no lo encontré ahí, lo busqué por todos lados y no lograba encontrarlo, me comenzaba a desesperar, hasta que vi la puerta que dirigía a los calabozos del sótano abierta.
_¿Alex? - Este no respondía pero lo pude ver mirando a alguien en uno de los calabozos, intente tocarlo pero al instante sentí que se tensaba-.
_¿Qué es esto mami? ¿Esas personas sufren? - Pregunto sin siquiera mirarme-.
_Claro que no pequeño, Subamos debemos irnos - Alex seguía tenso pero asintió, yo sólo tenía ganas de que cerrara los ojos y olvidará el haber visto la puerta abierta de uno de los calabozos mostrando dentro a una de las prisioneras muy pálida siendo alimentada por una sirvienta-.
Cuando ya estábamos afuera del castillo comenzamos a caminar hacia el carruaje, el niño no me hablaba, no se si sea por lo que vio a bajo o por el hecho de que Sain ya no estaba viviendo con nosotros, pero él no me dirigía ni la mirada.
_¿A dónde vamos? - Pregunto una vez que estuvimos lejos de los calabozos-.
_ Vamos a ver a mis padres - Le respondí algo nerviosa-.
_¿Abuelos? - Suspire muy profundo, él los trataría así pero ellos se negarían a decirle nieto a un niño cuya familia debía de ser sirvientes o campesinos. Ellos van a notara eso y sería difícil hacer que lo acepten-.
_ Algo así... - Susurré pero él escuchó y asintió casi entendiendo que pasaría una vez que llegáramos al palacio de los reyes-.
Continuamos sin hablar en el transcurso del viaje, lo que hizo que me doliera un poco, miraba por la ventana apreciando el paisaje pero aún así me sentía vacía.
_ Llegamos - Cuando el chofer paró diciendo eso mire a Alex que este sólo abrió la puerta sin esperar que el chofer la abriera antes, de verdad parecía que quería alejarse lo antes posible de mí, no tuve que haberlo descuidado, por culpa de eso el pequeño vio algo que no debería de haber visto-.
Él se adelantó mientras yo salía del carruaje, sabía que me esperaba dentro pero enfrentaría todo lo que sea posible, encima no había tomado sangre y me sentía un poco débil.
*Vamos tu puedes* intente animarme mentalmente.
Comencé a caminar hacia el frente, estaba justo en la entrada del palacio y Alex estaba parado enfrente viendo la puerta de este.
_¿Entramos? - Le pregunté dulcemente-.
_ Sí - Quise tomar su mano pero este me ignoró entrando al tiempo que unos guardias abrían las puertas, una vez adentro una de las sirvientas nos recibió-.
_Señorita, sus padres están en la sala de té, la llevaré ahí - Sólo tuve tiempo de asentir y está volteo, seguramente mis padres le habían avisado que yo vendría-.
_ Alex, cuando lleguemos quiero que te comportes, sobre todo no quiero que les digas abuelo ni nada por el estilo, ¿de acuerdo? - Le dije sonando como una madre estricta-.
_ Sí -El pequeño seguía muy cortante conmigo pero no puedo hacer nada mientras esté aquí, a lo mejor cuando me vaya a mi castillo podré hablar con él-.
_ Pase usted señorita - Me dijo haciéndose aún lado-.
_ Gracias - Al entrar estaban ellos tomando el té con un chico, este tenía el pelo negro y los ojos azules-.
*Un minuto, ¿es un príncipe?* pensé viendo su vestimenta.
_Oh, hija te queremos presentar al príncipe Austin - Dijo mi madre al notar que estaba parada frente a ellos-.
_Es un placer - Respondí haciendo una leve reverencia-.
_El placer es mío princesa - Antes de que pudiera darme cuenta él estaba enfrente mío besando mi mano, hacía mucho mis padres no me presentaban a un príncipe, seguramente quieren que me comprometa con él o algo por el estilo-.
_ Hija, ¿quién es ese niño? - Preguntó mi padre sonando extrañamente dulce con ese "hija"-.
Casi me olvidaba de que en esa sala estábamos con Alex, este estaba escondido detrás de mí como si yo fuera a protegerlo de cualquier mal que le pudiera pasar.
_Es un niño que dejaron a mi cuidado - Es la mejor respuesta que podía dar-.
_Ya veo, ¿así que es tu hijo? - Mi padre insistía en saber más de él, pude sentir la mirada del pequeño en mí, ¿qué podía decir? No lo sabía.
_Claro que no, él sólo es un niño que dejó que vivan en el castillo, él no es mi hijo - No se porque dije esas palabras pero a penas termine de decirlo, pude sentir que él salió de atrás mío corriendo y se fue por la puerta, sentí que lo había lastimado mucho, entonces quise ir en su búsqueda pero Austin me tomó del brazo para que no lo hiciera-.
_Princesa, tenemos que conocernos bien antes de la boda, no vaya detrás de ese niño - Habló el tal Austin-.
_¿Boda? - Estaba bastante enojada ese hombre me estaba hablando como él quisiera además de que estaba deteniendo mi salida-.
_Oh si hija, él será un buen pretendiente para ti - Hablo mi madre-.
_ Tu madre tiene razón, estos últimos años has hecho que todos los pretendientes quedarán en la nada y nosotros sólo lo aceptamos pero ya no más, él será tu marido - Terminó diciendo mi padre fría y duramente-.
Ellos ya tomaron una decisión para mi disgusto no podría decir que no, pero si podía retrasar la charla.
_Me parece perfecto, pero ahora debo ir por Alex, si se enteran que no lo estuve cuidando mi promesa de cuidarlo estará rota - Todos parecieron comprenderlo pero Austin no del todo, tampoco me importaba, sin esperar más fui a buscar a Alex, luego iríamos al castillo no pensaba quedarme ahí la noche, de hecho no volvería hasta nuevo aviso, después de todo el volver o el quedarme podría hacer que termine casada con alguien que no conocía.
Al salir comencé a buscar pero no había rastros de él.
_¿Busca algo princesa? - Me pregunto cuando me noto-.
_ Sí, el niño que me acompañaba desapareció, ¿podía encontrarlo por favor? - Le pedí cosa rara en mi porque siempre ordenaba las cosas-.
_Ya mismo señorita, avisare que se perdió y todos en el castillo lo buscaran - Asentí al tiempo que comencé a caminar al igual que ella.
A los cinco minutos todo el palacio estaba buscando a Alex, pero no había rastros de él, comenzaba a preocuparme mucho al tiempo que también me arrepentía de mis palabras, estaba caminando cuando sentí un pequeño llanto detrás de las cortinas, me asome un poco y pude ver como Alex tenía las manos en su cara llorando despacito, estaba sentado en en el borde que había en la ventana yo no podía reaccionar sólo miraba como le había hecho daño.
_ Te ocultaré de mi - Susurré mientras me alejaba de la ventana, rogando que dejara de llorar, cosa que nunca hizo-.
ESTÁS LEYENDO
La Tirana °Editando°
VampirosElla era una cruel princesa de aristocracia, hermosa pero de un frío y cruel corazón Quién podría siquiera haber pensado que por el error de un vampiro ella terminaría siendo convertida. Terminará siendo una eterna Tirana. © Esta novela tiene der...