_¿Qué haces?
Cuando escuche esa pregunta me asuste entrando en pánico, seguramente la persona que hizo esa pregunta debe ya saber que estoy bebiendo sangre...
*Esto es muy malo* pensé mientras tragaba saliva y me dispuse a voltear.
Una vez que vi a la persona me sorprendí mucho, de trataba de Nicolás, estaba confundida, no sabía oor que estaba él aquí, ni menos por que me miraba de una forma muy sería.
_Estoy comiendo... Nicolás, tanto tiempo.
_¿Cómo sabes mi nombre? De todas formas, ¿acaso no sabes que aquí vengo a cazar yo? Es mi territorio.
¿Enserio me estaba preguntando todo eso? ¿Acaso no me recuerda? Rayos que está pasando, hasta hace unas semanas nos juntamos todos, él, yo, Sain, Eric, Alia y Edward. No entiendo por qué me hablaba de esa forma tan distante y fría, como si le hablara a un intruso.
_Estas de broma, ¿verdad?
_Para nada, estoy siendo totalmente sincero, no se quien estos eres, sólo se que estas cazando en mi territorio, maldito vampiro, será mejor que te vayas antes que te mate.
Estaba más confundida aún, Nicolás nunca me habló de esa forma, tampoco me miró como si fuera un insecto del cual se debía deshacer, me sentía vacía por unos segundos, él era uno de mis mejores amigos y aliado, desde que lo conocí por accidente, siempre estuvo hay para mi.
_Nicolás... ¿Por qué me tratas así?
Quise tocarlo desde el suelo pero no llegaba, por esa razón me levante sin quitarle la vista de encima, comencé a acercarme estirando mi mano para poder tocarlo, quizás era un sueño.
*Debo comprobar que no estoy soñando ya que seguramente yo me desmaye por falta de sangre y todo esto no era más que un sueño, una ilusión perversa de mi mente* pensé a medida que me iba acercando, quería convencerme que esto sólo era un mal sueño.
Sin embargo este se dio cuenta de lo que planeaba y golpeó mi mano con la de él, haciéndome entender que no quería que lo tocara, como si el que lo tocara le diese asco, pero con ese golpe me di cuenta que no era un suelo y peor aún, confirmaba que me trataba como u a intrusa en su territorio.
_No se te ocurra tocarme con tus manos ensangrentadas, por esta vez estás perdonada, sin embargo si te vuelvo a ver por estas zonas cazando sin duda no te dejaré salir viva.
Diciendo estas advertencias él se marchó, dejándome confundiste y más sola que nunca, no sólo perdí a Sain, si no que también a Nicolás, esto sin duda era una pesadilla, sin ninguna duda lo era. Tome mi cabeza entre las manos negando el echó de que todo esto estaba ocurriendo, sin duda era un chiste de muy mal gusto.
_¿Te encuentras bien?
La voz amable de la joven que me sacó del bosque hizo eco en mi cabeza, estaba enfrente mío con otras ropas y el pelo aún mojado. Sin pensarlo fui corriendo hacia ella y la abracé, necesitaba un abrazo, sonara absurdo pero necesitaba sentirme segura.
_Ya, ya todo paso, no pasa nada.
Decía esas palabras mientras acariciaba mi espalda, yo lloraban en su hombro, sin duda estar embarazada m hacia más sensible, pero sólo duraría unas semanas más, como mucho un mes, recuerdo haber escuchado una charla de dos cazadores sobre la maternidad entre vampiros, yo estaba recostada en una rama alta descansando mientras ellos hacían su típica hora patrullar la zona en busca de vampiros que estuvieran atacando o causando daños. Sin embargo todos los vampiros sabemos que por esas zonas a determinados horarios no se pueden acercar, sin duda era una excepción por la cual Sain siempre me retaba.
ESTÁS LEYENDO
La Tirana °Editando°
VampirosElla era una cruel princesa de aristocracia, hermosa pero de un frío y cruel corazón Quién podría siquiera haber pensado que por el error de un vampiro ella terminaría siendo convertida. Terminará siendo una eterna Tirana. © Esta novela tiene der...