¿tú, me pides perdón?

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Con los días las cosas con Sain iban de mal a peor, no hablábamos, si nos cruzábamos por el castillo nos evitamos, hasta incluso intentábamos siempre mantener la distancia, esa era la mejor opción para ambos, ya que siempre que hablamos aunque sea dos minutos era incómodo.

Ahora hipnotizaba a mis sirvientes para que hicieran las tareas de alimentar a los prisioneros, vigilarlos y capturar más, también recurrí a Xavier muy a menudo, se había vuelto de mucha confianza gracias al hipnotismo, actuaba tan normal que a veces me olvidaba que está en un estado de trance.

El señor de los susurros no volvió a aparecer desde que estuve con el conde Nicolás, el ya nombrado me visitaba muy a menudo desde que descubrió que era la princesa y donde vivía. A veces estaba tan agotada que decía: "Nicolás, si quieres visitarme, que sea porque quieres, no por ser princesa".

Él después de esa palabras siempre asentía y cambiaba la conversación o en otros casos respondía: "tienes razón, bueno fue todo por hoy debo volver".

Sin embargo mi eternidad comenzaba a tornarse algo aburrida y por momentos oscura, con el tiempo para divertirme sería capaz de hacer cualquier cosa. Ahora me encontraba en frente de la celda del rubio que visite la última vez.

_ No me hagas daño - El nene lloraba y ponía sus manos en la cara, como no queriendo ver, yo me limitaba a verlo, era tierno, bonito y chiquito-.

_ Descuida, prometo que dolerá sólo un poco - Pero él se negaba a que le mordiera de nuevo, tenía lágrimas en sus rosadas mejillas y estaba en un rincón de la habitación, parecía tener miedo, tenía mucho miedo de mi-.

Fue entonces que comencé a tararear una canción de cuna, el pequeño me observó por arriba de sus manos, tenía la mirada curiosa, esa canción será una de las tantas que mi nana me cantaba para que durmiera, me gustaba pero no era mi favorita.

Él comenzó a acercarse y yo hable.

_¿Cómo te llamas? - Le pregunté suavemente-.

_Me llamo Alex, señorita - Respondió con la voz baja-. 

_ Alex, ¿Te gusto la melodía?- Volví a preguntarle-. 

_ Sí, es muy bonita - Dijo reflejándose la cara con las manos-.

_¿Quieres que te la cante así duermes? - Alex asintió con una pequeña sonrisa, lo tomé en brazos y lo lleve a su cama, fue entonces que comencé a tararear otra vez, el niño se ha cómodo en mi pecho y comenzó a dormirse, su respiración era más tranquila, podía sentir cómo se iba quedando completamente dormido-.

*Es mi oportunidad* pensé cuando lo vi dormido.

Sin embargo lo acosté tomando sus mantas para taparlo y marcharme sin sangre, encima los demás estaban débiles por que me excedí bebiendo su sangre, era el único que no lo estaba.

_¿Tienes hambre? - Me preguntaron-.

_ Sí, Xavier sabes que hacer, ¿no? - Sólo asintió y dejó a la vista su cuello, yo me acerque lentamente hasta su cuello pero antes de morderle sentí un pequeño llanto, proveniente de la celda de Alex, sin pensarlo entré rápido encontrándome al pequeño llorando en su cama, estaba sentado con su cara entre las piernas-.

_ Alex, ¿qué ocurre? - Pregunte con voz maternal-. 

_ Mami, le tengo miedo a la oscuridad - Parece haber olvidado que no era su madre si no la persona que lo tiene prisionero, ignorando todo eso el pequeño corrió hasta mí y abrazó las piernas, estaba esperando que se diera cuenta que no era su madre, pero fue en vano, él no me soltaría-.

_¿Quieres dormir conmigo? - La voz de Xavier diciendo eso me sorprendió, había olvidado que estaba detrás mío aún, el pequeño negó-.

_ Quiero dormir con mami - No sabía que hacer, si dejarlo dormir conmigo o si lo dejaría llorando toda la noche, la verdad no sabía que hacer o decir, cuando me di la vuelta Xavier hizo una reverencia y se marchó-.

_ Está bien, dormirás conmigo, ¿de acuerdo? - Alex me miró con una sonrisa y tomó mi mano, este niño era demasiado inocente, seguramente por eso lo atraparon fácil, aún que era el único niño entre mis prisioneros, ¿cómo lo capturaron solo a él? Debería preguntarle a Sain-.

Con el pequeño agarrado de mi mano comenzamos a subir las escaleras, él miraba todo con mucha curiosidad.

_¿Qué haces con el prisionero fuera de su celda? - La voz de Sain me sorprendió, el estaba arriba de las escaleras bloqueando el paso, Alex al verlo se escondió detrás mío-.

_ Le tiene miedo a la oscuridad, dormirá conmigo - Informe al tiempo que lanzaba una mirada fría-.

_¿Has perdido la cabeza? - Un Sain ahora muy sorprendió me observaba al tiempo que miraba al pequeño-.

_ Para nada, más importante aún, ¿cómo hiciste para capturarlo? - Le pregunté-.

_Eso no creo que se pueda discutir frente a él - Señaló a Alex que miraba curioso, la cara de Sain era ahora muy seria-.

_ Cierto, Sheila, ¿podrías llevarlo a mi cuarto? - Le dije a penas la vi-.

_Claro que sí, señorita - Esta le tomo el brazo-.

_ No, no quiero - Me agache a su altura y lo mire a la cara-.

_ Pequeño prometo que estaré hay en un minuto - Alex asintió y fue guiado hasta mi habitación-.

_¿Y bien? - Le pregunté a Sain nuevamente-. 

_ Lo abandonaron, yo estaba caminando por el bosque y lo vi llorando en una esquina - Contó al final como lo encontró

_¿Quién podría abandonar a su propio hijo? - Pregunte sin poder creerlo casi-.

_ Hay personas que son así.

Asentí, él tenía razón había mucha gente así, que en un momento quiere a sus hijos y luego los dejan como si fueran animales. Ninguno de los dos habló más, así que me dispuse a caminar hacia mi habitación, pasando por a lado de Sain. A lo que él aprovechó para susurrar:

_ Espero sepas lo que haces, si ese niño se escapa puede decir que eres - Dijo pensando en esa posibilidad-.

_ No escapara, será sólo esta noche, mañana quizás lo lleve al bosque y lo mate o para que tome aire luego traerlo y encerrarlo de nuevo - Seguí caminando hasta mi habitación, cuando entre vi que el pequeño estaba durmiendo, me senté en la cama y comencé a pensar que tal vez ese niño si sería peligroso pero nada podría hacer, sólo aguantar o matarlo-.

_ Mami -Dijo Alex en sueños y buscando mi mano, a lo que inconscientemente le di-.

_ Sain tiene razón -Dije en voz alta, aún que era para mí misma él apareció por la puerta-.

_ Quizás sí, pero viéndolo bien lo vigilare, parece cómodo con tu presencia además que ya sufrió bastante - Me dijo asintiendo-. 

_ Así parece - Le contesté-. 

_ Lo siento - Y en ese momento lo mire con confusión-.

_¿Tú, pidiéndome perdón?  - Dije confundida por ello-. 

Sí, porque te dije que debías des confiar en él, aunque no se si es de confiar o no lo vigilare - Me informo-.

_ Entiendo lo que dices, esas celdas no son lugar para un niño y no puede dormir siempre conmigo, creo que lo criaré - Le dije al tiempo que miraba dormir al niño-.

_¿Es enserio? - Pregunto sorprendido-. 

_ Tener a alguien más que tenga mi confianza no es mala idea, además este es apenas un niño, puede servirme - Él asintió y se marchó, parece que se está poniendo frío ya que el cuerpo del pequeño comienza a templar, por la cual lo tapó y me quedo observando cómo duerme-.

La Tirana °Editando°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora