C6.

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- Y bueno, ¿Que te paso? - rompió el silencio a la mitad del camino.

- No es de tu incumbencia, mejor evita preguntar. - se que me pase de grosera pero ahorita no estoy para andar de confianzuda y contarle mis problemas a un desconocido.

Después de eso el se limito a conducir y ya no dijo palabra alguna, creo que se sintió ofendido.

Llegamos al antro y detrás de nosotros se estaciono Eduardo, se bajo como pudo, estaba muy ebrio.

- Hey tu, ¡Deja a mi novia! - le grito Eduardo al muchacho. Que raro, no recuerdo haberle dicho a Eduardo que era su novia y tampoco que el me preguntara.

El muchacho me escondió atrás de el y ahora que lo veo esta un poco mas alto que Eduardo así que si yo fuera Eduardo no me metería con el.

- Ella no es tu novia, si lo fuera no la tratarías mal. - eso se escucho muy lindo de su parte.

- Lo es, así que ahora quítate. - le seguía alegando Eduardo.

- Vete de aquí. - le dijo el muchacho haciéndole señas a los del ballet parking, en eso Eduardo le dio un puñetazo en la cara que hizo que se le rompiera la ceja y empezó a sangrar.

- ¡YA VETE EDUARDO! - le grite yo poniéndome enfrente de ese muchacho tan alto, me veía ridícula porque solo le alcanzaba a cubrir hasta los hombros.

- Ella quiere que te vallás. - dijo el muchacho agarrando o intentando agarrar la sangre que salía de su ceja golpeada.

- Lo lamento muchísimo, esto no debía de pasar - le dije.

- Te dejo sola un minuto y ya andas detrás de otro. - dijo Eduardo, yo intente ignorarlo - QUE BAJO CAES, ZORRA - auch que se cree para gritarme así, neta estoy lo que le sigue de enojada.

- NO HABLES MAL DE UNA MUJER QUE TE RECHAZO, POCO HOMBRE. - no tenía ni idea que pudiera gritar así de fuerte. Quede impresionada de mis pulmones.

Los de seguridad agarraron a Eduardo de los brazos, uno le quito las llaves de su camioneta y se lo llevaron.

- Discúlpame, es culpa mía. - le dije a el sacando un pañuelo que llevaba en mi bolsa.

Ahora que lo veo es bastante guapo, también es alto, blanco, castaño claro medio quebradizo o chino, ojos grandes verdes, labios rosados y desgraciadamente tenia sangre en su hermoso rostro.

Intente limpiarle la sangre como pude con mi insignificante pañuelo.

- Descuida, quien sabe que hubiera pasado si estuvieras sola - bueno eso si es cierto, quien sabe que hubiera sucedido. Agarro el pañuelo de mis manos para ponérselo en el punto de donde salía la sangre.

- De verdad lo siento muchísimo, todo esto es mi culpa. - le dije.

- Deja de disculpar... - intento decir pero un grito lo interrumpió.

- Nina, ¿Que paso aquí? - me dijo Joyce intentando gritar, Felipe venia hablando por teléfono.

- Luego te cuento, ahora ayúdame a llevarlo a un hospital.

- Serias tan amable de explicarme. - dijo Joyce muy fría.

Basta ahorita sólo quiero parar su sangrado.

- Ya tendremos muchísimo tiempo. - dije y Felipe colgó su teléfono.

- Ya, me dijeron que ya Eduardo esta detenido por conducir ebrio pero que en la mañana sale. - dijo Felipe tranquilo. - Lamento muchísimo que esto pasará, reacciona muy mal cuando esta ebrio. No debí de haberlos dejado solos.

- No te disculpes Felipe, tu no hiciste nada. - le dije de verdad.

- Bueno, yo ya me tengo que ir, fue un placer. - me dijo el muchacho pero ¿Como que un placer? Si le rompió la ceja.

- Deja te llevo a tu casa así no puedes manejar, ya hasta se te incho el ojo. Por cierto, me llamo Nina. - le extendí mi mano en forma de saludo y el la agarro con la mano libre.

- Alan. - tenia un bonito nombre y el muy guapo, hacia la combinación perfecta. - Bueno, te voy guiando por donde vivo.

- Yo llevare a Joyce a su casa, ustedes estén tranquilos. - dijo Felipe. - Lamento mucho lo que paso con Eduardo, no se repetirá - le dio una palmada en la espalda a Alan.

- No hay cuidado. - dijo Alan respondiendo a su amigable contacto.

Nos subimos a su camioneta, el se sentó de copiloto, Felipe iría a dejar a Joyce así que hoy lo que tenía que preocuparme era Alan y su sangrado.

Alan me dejo conducir por un buen rato en solo unas calles que eran rectas, nada de curvas ni algo por el estilo, solo que se me hacia raro que no me fuera guiando por donde vivía.

- ¿Seguro que es por aquí? - le pregunte y por primera vez lo voltee a ver desde que nos subimos, el iba con la cabeza agachada, se veía que ese madrazo que le dio Eduardo le dolió porque llevaba cara de dolor y estaba inchado.

- Creo que no es por aquí. - finalmente se digno a hablar y yo ya estaba super perdida.

- ¿Entonces?

- Orillate tantito, para que te pueda decir por donde es. - seguía sin quitarse mi pañuelo de la cara, creo que mejor se lo regalare, así lleno de sangre yo ya no lo quiero.

Me dio el nombre de una calla bien rara, creo de de aquí a que la encuentre va a amanecer, ya son casi las 4 y sigo dando vueltas con el porque no logra ubicarme por donde es, solo se sabe el nombre de la calle.

Creo que le afectó el golpe o que ya va amaneciendo.

- Alan, ¿Y si mejor le marcamos a alguien para que... - ¿Que onda? Ya se durmió. Pf, ahora si tendré que buscar la calle como pueda. ¡Oh si! Creo que me salve, la camioneta tiene GPS.

Me tomo 15 minutos, con ayuda del GPS, llegar a la casa de Alan.

- ¡Hey! Despierta - le dije sacudiéndolo un poco.

Con trabajos abrió los ojos.

- Gracias por traerme, Nina.

- De nada. - me despedí de un beso de el, ya me iba caminando cuando escuche..

- ¡Tu pañuelo! - grito sacudiéndolo con una mano y con la otra tapándole su herida.

- Quedatelo, te sirve mas a ti. - diciéndole eso le hice una seña con la mano de "adiós" y me fui caminando hasta llegar a mi casa, tarde muchísimo ya estaba saliendo el sol, mis papas me harían todo un interrogatorio como si fuera una criminal, solo espero que sigan dormidos.

Eran las 5:47 am según mi celular.

Entre muy sigilosamente a mi casa, intentando no hacer ningún ruido y evitando pisar estilo marcha inglesa.

- Buenos días, Nina. - ay dios, casi me hago pipí, menos mal que era mi mama. - ¿Que son estas horas de llegar? - chin, no hubiera preguntado eso.

Mis papas hacen ejercicio a las 6:30 am así que supongo que fui muy tonta al pensar que seguirían dormidos.

- Estuve con Joyce ocupada pero ya esta todo bien. - sonreí lo mas grande que pude para ver si podía tragarse mi mentira.

- ¿Todo bien?¿A que te refieres con eso? - me dijo mi mama aun mas intrigada.

- Es que tomo y como que le callo mal el alcohol y pues como yo no sabia que hacer la lleve a un boto de basura afuera de el antro y un poco alejado para que no hiciéramos el ridículo enfrente de todos. - uf, espero que eso si este convincente.

- Bueno, confiare en ti. Duerme un rato que acuérdate que a las 10 tienes una cita para ver lo del campamento. - no me acordaba de eso y yo bien campante llegando a mi casa a las.. 6.

- Si, dormiré 3 horas, no se te olvide despertarme.

Me subí y así sin ponerme pijama me tire en mi cama y me quede profundamente dormida.

Totalmente tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora