C23.

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- Mi vida, levántate ya llego tu papa.

Escucho que tocan el timbre, que horrible sonido.

Maldita sea se me olvido. ¿Porqué me tuve que quedar dormida?

- Hola, ¿cómo les fue? - escucho que dice mi mama desde la puerta.

Me pare corriendo del sillón que casi azoto contra el piso.

- Nos fue muy bien, ya teníamos ganas de ver a la familia. - se escuchaba la voz de Bella más cerca.

Maldición.

- Que lastima que su hijo no los pudo acompañar. - dijo mi mama aún más cerca.

Maldición otra vez.

El problema de mi casa es que desde la puerta se ve el comedor, y el comedor esta bastante grande y amplio pero igual se ve perfecto la sala.

Lo bueno que estoy escondida agachada en la barra del centro en la cocina.

Lo malo es que también se puede ver a la cocina.

Maldición.

Ahorita que vengó reaccionando ¿porqué me estoy escondiendo? Ah si ya recordé.. Porque cuando duermo me rasco los brazos y ahorita los tengo súper rojos. Y seguramente mis ojos también están rojos.

Que oso.

- A el no le importó mucho, ¿verdad, bebe? - le pregunto Bella a su hijo.

Le dicen bebe, que risa.

Según tengo entendido que tiene mi edad o algo así.

Ya no alcance a escuchar lo que el contesto porque se salieron al patio.

Perfecto.

Yo subí corriendo las escaleras.

Llegue a mi cuarto y azote la puerta. Maldición. Espero que no hayan escuchado allá abajo.

- ¿Nina? ¿Necesitas ayuda o algo? - dijo Lolis a través de la puerta.

La abrí para que pudiera pasar.

- Perdón, es que tengo los brazos rojos y así me dio pena que me vieran.

Me pare en el espejo de cuerpo completo que tengo en una de las paredes.

- Que exagerada. Te ves hermosa, cariño.

- Gracias, Lolis. Sólo me lavare los brazos y me pondré crema para la comezón y ya bajo.

Me metí al baño y mientras me los empezaba a lavar.

- Apúrate, te conviene.

- ¿Porqué lo dices?

Me puse crema.

- Porque tienen un hijo guapísimo que seguramente te va a encantar.

- Ahorita bajo. - reí.

Se escucho como Lolis cerro la puerta de mi cuarto al salir.

Cuando termine de ponerme crema y todo la comezón se fue.

Me debatía por abrir la puerta del balcón para ver pero mejor decidí que no, se van a dar cuenta que estoy aquí. Así qué sólo moví un poco la cortina.

Ese cabello castaño lo conozco.

Estoy totalmente segura que lo conozco.

Y esos brazos marcados estoy segura que los conozco.

El hijo de Bella y Marcos estaba platicando con mis papas como si fueran amigos. Genial es el típico queda bien.

Mi mama agarro su teléfono y en eso sonó el mío.

"Mi niña, te estamos esperando." Dijo mi mama a través del teléfono.

"Ya voy." Colgué.

Si no fuera que tengo una alergia y que sólo dormida se me olvida que no me debo de rascar me hubiera quedado abajo, por no, a mi piel blanca siempre se le ocurre enfermarse con el contacto del sol. Y como sigo un poco roja por el día del yate y aún más por el día en que fui a la playa con André obviamente me iba a hacer así de daño pero equis, sólo se vive una vez.

Me vi por última vez en el espejo y nada cambio desde la última vez que me vi antes de bajar y dormirme. Me veo bastante bien, aun un poco quemada, pero bien. Práctico las mejores sonrisas y poses que tengo.

Creo que ya me tarde más de 15 minutos. Mejor me voy antes de que mi mama me vuelva a llamar.

Bajando las escaleras escucho que se abre la puerta del baño.

Y sale de ahí un muchacho y cuando se voltea me quedo sin palabras.

OMG.

OMG.

OMG.

¿Qué diablos hace el aquí?

Parece que también pasa lo mismo por la mente de el.

Sólo estamos parados en shock viéndonos el uno a el otro.

Esto es imposible, no puede estar pasando.

Maldita sea.

-¿Qué haces aquí? - finalmente logre decir aún sin aliento.

- Lo-lo mismo me pre-pregunto yo. - tartamudeo muchísimo.

- Nina, tu mama me mando por ti. - dijo Lolis abriendo la puerta que da hacia el patio.

Camine alejandome de el.

Salí por la puerta y me encontré con mis papas y sus amigos y lo que más llamo mi atención fue la carne asandose en la parrilla. OMG ese olor me mata.

- Mi vida, ¿te asoleaste? - me abrazo Bella.

- ¿Se nota? - conteste sarcásticamente y ella se río.

- Te extrañamos mucho. - me dijo Marcos abrazandome.

- Yo también los extrañe. - sonreí.

- Debes de ver lo que te trajimos. - dijo Marcos.

- Basta ya, esta niña esta muy consentida. - dijo mi papa en forma de broma.

- Es que esta preciosa, Sam, de verdad la queremos como a una hija. - dijo Marcos.

En eso sale su hijo.

- Alan, ven a conocer a Nina. - dijo Bella.

Alan se acerco como si no nos conociéramos y yo intente disimular lo más que pude.

- Hola, Nina. Gusto en conocerte. - dijo Alan, me dio un beso en el cachete de saludo.

- Hola, Alan. - sonreí.

- ¿No esta guapísima? - dijo Marcos.

Alan abrió la boca para contestar y en eso mi mama hablo.

- Ya hay que comer. Se va a poner frío. - bromeo.

Mi papa y ella sacaban la carne recién asada de la parrilla y todos nos sentamos en la redonda mesa de cristal.

Bella, mi mama, Marcos, mi papa, Alan y yo. En esa forma nos sentamos.

Maldición.

Lo bueno es que quede alado de Bella así que espero que ella me haga platica.

Olvídenlo.

Esta platicando con mis papas.

Toda la comida fue bastante incómoda, sólo de a ratitos yo también hablaba, como tengo a Alan alado es más incómodo de lo que debería de ser. Que horror.

Ahora si.. Trágame tierra.

(Muchísimas gracias a todos por leer y por votar, de verdad se los agradezco muchísimo :) ha y perdonen por los errores ortográficos haha, intentare ya no hacerlos. Xoxo.)

Totalmente tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora