C42.

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Toda la cena la pasamos en risas y temas muy tontos, esto me agrada y mucho. Depende de que humor tenga yo es el ambiente que existe en las cenas. Amo a mis papas y me duele tener que ocultarles lo de Alan, me duele porque el me esta haciendo muy feliz, pero a la vez se que si les digo puede ser que se rompa mi delicada burbuja de felicidad, y no quiero que eso pase.

Paso mi dedo una y otra vez por el número de Joyce, le quiero contar, de verdad lo quiero. Pero mejor no. Le contare el viernes a ver que dice.

Se escucha que alguien toca la puerta de mi cuarto.

- Pase. - grito.

- ¿Qué te paso hoy? - mi mama se sienta en mi cama. Se ve muy feliz, no se sí sea porque siente que estoy muy feliz o porque. Pero a la vez se le ve un poco de preocupación.

- ¿Pasar? ¿De qué? - digo confundida. Obviamente se que se refiere a mi cambio de humor.

- Todo el rato que estuvimos en la plaza te veía bastante distraída y no dejabas de sonreír. - ¿en serio? No me di cuenta. - Luego en la cena te reíste como mil veces.

- Lo lamento. - me mordí el labio para evitar sonreír más.

- ¿Estas enamorada? - mi corazón se detiene. Ya se dio cuenta.

- Algo así. - ahora si sonrió muchísimo.

- Cuéntamelo todo. - agarra mis manos como si fuera una amiga. Me encanta que puedo confiar en mi mama, pero yo se que en esto si se pondrá nerviosa. Así que mejor le contaré después de este fin de semana.

- Ya pronto. - le digo para tranquilizarla.

- Nina, cuéntame. Me interesa muchísimo. - por su sonrisa puedo ver que en verdad si le interesa muchísimo. - ¿Tienes novio?

- No, no, no. Como crees. Yo no. - creo que mis palabras me delataron. - De hecho ahorita le iba a marcar a Joyce para que se venga el fin de semana.

- Bueno, confiare en ti. - se que miente. Porque me conoce muy bien para saber que yo también mentí. - Te dejo para que le marques a Joyce.

- Si, nos vemos mañana. - le digo. Mi mama se levanta de mi cama y me da un beso en la frente.

- Descansa. - dice y cierra la puerta.

No le marcare a Joyce, le puedo decir mañana, igual siempre es muy fácil que la dejen venir.

Salgo a el balcón de mi cuarto y me siento en la bola que cuelga de el techo. El mar se ve muy diferente de noche, se ve todo tranquilo. Como me encantaría que mi vida fuera así de tranquila. No que siempre esta llena de drama.

Prácticamente no conozco a Alan, así que no se que me espera con el. Mañana no lo veré.

Pero me gustaría verlo, o por lo menos que me marcara a mi celular.

Estoy totalmente segura que todo pasa por algo, y lo que me paso con Mariano me ayudo a madurar. No digo que sea ya toda una mujer, todavía me falta mucho por recorrer, pero por lo menos se que de amor nadie se muere. Así que estoy totalmente segura que si Alan hace algo malo, yo lo mando a la fregada rapidísimo.

Tenía mucho calor, pero la brisa hace que me de frío.

Me levanto y me meto a mi cuarto. Me envuelvo en mis sábanas y apago todo para dormirme.

Que terrible sonido. Mi celular suena muy fuerte. Me quito la almohada de mi cabeza y mi despertador dice que son las 4:20 am. ¿A qué loco se le ocurriría marcarme?

Meto mi mano por abajo de una almohada buscando mi celular, cuando lo encuentro la luz brillante de la pantalla lástima mis ojos horrible, así que prefiero contestar aunque no distinto de quien sea. Puede ser que sea André, una vez hace meses me hizo esto.

Totalmente tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora