Totalmente tu

C11.

- ¿Y tu que crees que haces aquí? ¿Acaso se te perdió el baño de hombres o estas saliendo del closet? - pregunte sarcásticamente visiblemente alterada.

Es que es como que carajos hace aquí ósea no tiene nada que hacer aquí.

- Relajate, Nina. - dijo acercándose a mi - Quiero hablar contigo.

Iba a hablar y antes de que pudiera decir palabra alguna puso su grande mano encima de mi boca para tararla.

- Déjame hablar. - dijo aún con su mano en mi boca.

Alce mis manos para quitársela.

- Ok, ¿qué quieres decir? - finalmente sin su mano en mi boca dije.

- Creo que Georgia sabe algo d lo que paso. - me que boquiabierta con sus palabras.

- Imposible. - dije casi sin aliento.

- Créeme que algo sabe.

- Pero si no hubo testigos. - dije. - Todo esto es tu culpa, te dije que sería un secreto pero NO hay anda el niño detrás de mi como perro. - lo acuse.

- Tranquila, Nina, no te exaltes.

- ¿Cómo quieres que no me exalte? Si están a puntos enterarse de lo que hice contigo MI AMIGO. - dije súper exaltada la verdad.

- ¿Y qué es exactamente eso que hiciste? - pregunto agarrando mi cintura con sus grandes manos y acercando sus labios seductivamente a mi oído - Nada malo paso.

- Pero tampoco nada correcto. - intente apartarlo poniendo mis manos contra su torso para empujarlo pero resulto lo contrario.

- Yo se que te gusto tanto como a mi. - dijo poniendo sus labios peligrosamente cerca de los míos.

- No estuvo mal. - mentí.

"En realidad estuvo súper excitante" admití para mis adentros.

Finalmente juntos sus labios con los míos y los movimos desesperadamente, como si fuera el último beso de nuestras vidas.

El salvajemente, pero sin lastimarme, me levanto y enrolle mis piernas alrededor de su torso jalando de su camisa. Me sentó en los lavabos.

Sus manos tocaban mis piernas. Y yo entrelace mis dedos en su cabello.

- Esto está mal. - le dije casi sin aliento por los desesperados besos.

- Nadie va a saberlo. - dijo entre los besos, me tranquilizaba más saber eso.

"Esto ya esta llenado muy lejos, tienes que detenerlo por tu propio bien, Nina, esta no eres tu" me acuso mi conciencia.

Maldita sea yo sabía que esto estaba mal pero es la segunda vez y yo digo que la última, esta guapísimo pero valoro más su amistad que esto, digo es súper excitante y si me gusta pero lo quiero como un amigo, aunque aveces me comporte grosera con el, o más bien casi todo el tiempo, aún así el sabe que lo quiero muchísimo.

Lo que paso ese día en su casa es un secreto entre los dos, nadie lo sabe y aunque el diga que Georgia lo sabe seguramente no es verdad, ella solo ah de hacer esos comentarios para ver que puede sacar de información sobre lo que hago.

André claramente estaba prendido, pero tenía que detenerlo de alguna forma, no podíamos seguir con esto, ni el ni yo.

Me besaba el cuello.

- André, ya basta. - dije volteando a ver hacia la puerta, se veían sombras abajo. - Alguien puede entrar.

- Le puse seguro a la puerta. - me dijo, pero la verdad es que no me tranquilizo ni nada.

En eso tocaron la puerta. El se alejó rápidamente y yo me baje del lavabo.

- Esto es un desastre. - susurré mirándome al espejo.

Mis ojos estaban cristalinos y mi labial color coral estaba en los labios de André, de echo los labios de ambos estaban claramente rojos.

La persona de la puerta la siguió sonando.

- Tranquila, seguramente es una señora o algo. - dijo André con una voz apenas audible.

- ¿NINA, QUE TE PASO? Llevo rato buscándote. - dijo Georgia del otro lado de la puerta.

Ahora si estábamos en problemas.

Moriré.

Nadie puede saberlo.

Menos ella.

Cualquiera menos ella.