C16.

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Max estaciono el carro un poco lejos, había como mil carros estacionados en toda la calle así que tuvimos que caminar un montón y para acabarla Laura y yo traemos tacones. Entre más nos acercábamos a la casa sonaba más fuerte la música.

- Esto va a ser memorable. - dijo Max con una enorme sonrisa.

- Si que si. - sonrió Laura.

Me daba un poco de nervios, yo no los conozco a ninguno excepto a Max, Laura y Julián, de ahí en fuera todos son unos desconocidos para mi.

- ¿Todos iban contigo en tu antigua escuela? - le pregunte a Laura.

- El dueño de la casa y como la mitad de los que vienen si, la otra mitad son amigos de el, yo no los conocí porque ya sabes ahora voy contigo. - sonrió.

- Tu no te preocupes, Nina, todo va a salir bien. - me aseguro Max.

Max se acercó y me agarro la mano en lo que seguíamos caminando.

Llegamos a una casa bastante grande la verdad, había mucha gente afuera con vasos rojos en sus manos, otros se estaban besando, otros fumaban, otros simplemente platicaban y reían.

Son las 10:14 según mi reloj.

Cruzamos cómo pudimos entre mil personas, algunos ya se veían medio ambientados, no borrachos pero si cerca de estarlo.

Seguíamos caminando no se a dónde pero yo solo seguía a Laura y Max iba detrás de nosotras.

- Buena fiesta, hermano. - dijo Max atrás de mi.

- Gracias, cabron. - esa voz la conozco.

Me volteo y me quedo boquiabierta. OMG no lo puedo creer.

- Neta que sí, buenísima fiesta, Alan. - Laura lo abrazo.

Se veía guapísimo muchísimo muy guapo, tanto que no quitaba cara de babosa.

- Hola, creo que te conozco. - dijo Alan. Que oso se que me puse rojisima.

- Todos conoce a Nina. - dijo Laura claramente significando lo que sus palabras decían.

- Valla que sí. - le aseguró Max.

- Ya me acorde, tu eres Nina. - maldita sea se acordó por mi nombre.

- Este.. Si, hola. - le di la mano.

- No seas penosa. - volteo a ver mi mano y la movió para abrazarme.

OMG que bien huele, huele a hombre así súper bien, esta bastante alto y se sienten sus brazos musculosos al abrazarme.

- Están en su casa, hagan lo que quieran, sólo no rompan nada. - bromeo Alan. - Bueno, los dejo, tengo que ver como esta todo. Diviértanse. - se dio media vuelta y se fue.

- Yo también me voy, nos vemos en un rato. - dijo Max y también se fue.

Que onda, ¿me quedo sola con Laura?

- Nina, no te quiero dejar sola.. - empezó a decir Laura.

- No te preocupes. Si quieres ve con tus amigos. - le di la mejor sonrisa que tenía aunque me estuviera muriendo de nervios por el echo de que me quedaría sola.

- Bueno, gracias. - me abrazo. - Nos vemos en un ratito, te lo prometo. - sonrió.

Laura se fue y me quede sola parada entre mil personas.

Eran las 11:45 pm y ya veía a muchos más que antes basándose y a otros ya muy borrachos.

Llevaba casi ya dos horas sola, sentada en un sillón con una mujer alado vestida súper indecente y un hombre alado de mi tocándola como pulpo, prácticamente se comían, parecía que tenían sexo en frente de mi. Que desagradable.

Se me acerco un hombre no tan guapo, pero se veía amigable.

- Que aguada eres, - claramente sonaba muy gay. - párate, mi vida, vamos a bailar. - me jalo de la mano.

Nos pusimos a bailar. Me daba muchísima risa como baila se ve súper gay, me estaba divirtiendo muchísimo con el, me encantaría tener un amigo así no tan machistas como André.

¡André! Cierto, hoy no hable con el. Equis.

- ¿Quieres tomar algo? - me pregunto alzando la voz por el ruido.

- Lo que tu quieras. - sonreí. Valla si que es difícil hablar aquí entre tanto ruido. Equis esto está divertido.

Me agarro de la mano entrelazando nuestros dedos, pasamos entre mil personas que claramente ya no estaban en sus 5 sentidos, para ser más exacta yo creo que ni 1 tenían.

Llegamos a la cocina, bastante amplia. Llena de botellas vacías, y otras muchas más llenas.

- ¿Qué te gusta? - me pregunto.

- Lo que tu quieras, me da igual. - el sonrió.

Me sirvió tequila.

Nos pusimos a tomar.

- ¿De dónde eres? - me pregunto.

- Yo, soy de Guadalajara ¿y tu?

Ya llevaba como 3 shots, el no tengo la menor idea pero se vía bien, o eso creo.

- De aquí, ¿vives aquí?

- ¿En esta casa? No. - me reí como idiota, OMG me siento mareada pero muy divertida.

- No, ósea que sí ¿vives en Vallarta? - se río durisimo el también.

- Si. - arrastre muchísimo ese si.

Se nos acabo el tequila y el saco una botella de vodka.

- Jamás te había visto. Me llamo Adrián.

Se me había olvidado preguntarle su nombre.

Me sirvió un vaso de vodka y le puso refresco o no se que pero era color blanco o transparente, yo que se. Equis igual sabe bien.

- Ni yo, me llenado, perdón llamo, andale me llamo Nina. Encantada en conocerte amiguito. - lo abrace.

- Valla, creo que ya estas un poco peda. - me dijo.

- Yo no es.. Estoy p-peda. - maldición, se me dificulta hablar, que chingados lo sigo abrazando, huele fuertísimo a cigarro.

- Volvamos a bailar.

Me agarro otra vez la mano y ya no veía claro el piso, traía un vaso de vodka creo que ya era como mi segundo o tercero, la verdad ya no se, le pegue a mil personas y empece a bailar súper raro.

Me subí a una barra en la que estaba bailando un hombre que se veía mucho más borracho que yo.

- Hola, que buena estas. - me agarro una nalga.

Pendejo.

Le di una cachetada durisima. El me agarro ahora las dos, estoy tan peda que ahora ya me cuesta más darle otra, solo tenía fuerza para una. Intente sacarme de sus manos pero no pude.

Adrián ya lo había perdido cuando se salió a buscar un cigarro a su carro, lo necesito.

- Déjame, idiota. - le dije.

El me intento besar el cuello, ósea que carajos, nadie se da cuenta de lo que pasa y estamos parados en una barra. Ah claro, todos están sumamente borrachos.

Sentí otras manos en mis piernas, ya no sabía que hacer, siento horrible quiero gritar pero el sonido ya no sale de mi garganta quemada por tanto alcohol que ingerí. Que pendeja soy ¿porque tome tanto?

Las manos que estaban en mis piernas me jalaron, no se quien era.

- Bajame, idiota. - este idiota me cargo sobre sus hombros y me subía por las escaleras, ¿qué se cree? Yo le daba patadas y puñetazos pero al parecer no le molestaban porque no me bajaba.

Abrió una puerta con una llave que el traía.

Entramos a un cuarto como de hombre muy grande y súper bonito.

Me dejo bajar ya que había cerrado la puerta.

- ¿Que te crees? - no le pude decir más porque me di cuenta que era Alan.

Oh no, Alan.

Totalmente tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora