Totalmente tu

C31.

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*12 de Junio*

(En el receso)

Llego y Mariano me da un beso en la frente.

- ¿Qué vamos a hacer hoy? - le pregunte abrazándolo del cuello.

- Tengo planes.

- Pero, ¿no quieres hacer nada conmigo? - hice pucheros.

- Ya, Nina, ya te había dicho desde ayer que hoy no puedo.

- Pero es el primer día del verano. Puedes cancelar. - lo solté y di un paso atrás.

- No puedo.

- Por fa..

- Deja de andar insistiendo. - me interrumpió muy bruscamente. - No voy a cancelar y punto.

- Que malo eres. - mi voz se quebró.

- Ni empieces con tus escenas de celos que ya me tienes cansado.

Mariano se fue dejándome sola a mi en la jardinera del patio.

(A la hora de la salida)

- ¿Y tu novio? - me pregunto Georgia.

- No se. No lo encuentro. - dije.

- Se salió rapidísimo del salón. - dijo André. - Seguramente ya se fue.

- Ah, bueno. Nos vemos al rato. - fui muy distante porque el nudo que tengo en mi garganta es más fuerte que yo.

Me salí rapidísimo y me metí a mi carro a llorar en el camino a mi casa.

*17 de Junio*

- Nina, no seas tan ciega, el te engaña. - me dijo por millonésima vez David.

- Deja de andar inventando cosas de mi novio. - le di una cachetada y me fui.

Todo el resto de día me la pase llorando por las palabras de David. Yo prefiero no creerle pero aún así no duele menos.

*18 de Junio*

(En la tarde)

- ¿Serias capas de engañarme? - le pregunto cuando me deja en la puerta de mi casa.

- Claro que no. - frunció el ceño. - Eso jamás pasaría. - se acerco para darme un beso apasionado en los labios.

Yo sin darme cuenta vuelvo a llorar. Los ojos ya me arden de tanto llorar. Llevo días llorando, el me jura que todo lo estoy inventando pero algo me dice que no es así.

Nuestro beso sabe salado por mis lágrimas, entre más lágrimas sacó nos besamos con más pasión.

El es el único que puede sanar mis heridas.

Pero también es el único que puede provocarme las heridas más grandes que eh sentido jamás.

*20 de Junio*

(En la mañana)

Cuando bajo las escaleras de mi casa Mariano esta sentado con un globo gigantesco de corazón y un ramo de flores amarillas en sus piernas.

- Te acordaste. - corrí hacia el para darle un beso.

- Claro que si. ¿Porqué no me iría a acordar?

- Porque la última vez no te acordaste. - intente no sonar dolida.

- Ya vas a empezar. - se paró dejándome sentada en el sofá.