Capitulo 6

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Marina me quitó las manos de la cara, abrí los ojos lentamente y, no me equivocaba, era Abraham. Le solté las manos y le abrazé con todas mis fuerzas. Fue un abrazo que duró mucho, y que con él, sin necesidad de palabras, pudimos decir todo lo que sentíamos y cuanto nos habiamos echado de menos el uno al otro, ya que la noche anterior no pudimos. Fue un abrazo que acabó en un eterno y apasionado beso que no queria que se acabara nunca.

Nos separamos, aunque seguía con los brazos echados a su cuello, y él con sus amnos rodeando mi cintura.

- Ayer no te pude decir lo mucho que te habia echado de menos estos dos meses - me dijo con una sonrisa.

- Ohhh!!! - se escuchó detrás mia.

Me giré y, sí, eran mis amigas. Como habia dicho antes, me olvidaba del mundo cuando estaba con él, tanto que se me olvido que seguian ahi. Sonreí y corrí hacia ellas para darles un fuerte abrazo.

- Gracias, chicas, en serio - dije casi llorando de alegria.

- De nada - respondio Penélope con una sonrisa - Ahora, pasároslo bien. ¡Pero no demasiado bien! - añadió señalando a Abraham - Os estaré vigilando.

- Jajaja, tranquila. No suelo pasarme tanto hasta la tercera cita - dijo antes de que yo le lanzara una mirada de reproche - Jajaja es broma - Añadió mientras me abrazaba por detras y me besaba la mejilla, cosa que me hizo sonreir, ¿y a quien no?

- Ya... mas te vale que sea una broma - dije yo. Él rió.

Mis amigas se fueron y yo me quede con Abraham en el parque, sentados en un  banco, contandonos lo que habiamos hecho estos dos meses. Yo, como siempre, estuve todo el verano dibujando, leyendo, y sobretodo, escuchando musica. Adoro la musica. Y mas aun despues de lo que paso aquellos inolvidables dias en la playa. Y claro, saliendo con mis amigas de vez en cuando. En cuanto a Abraham, dedico su verano a hacer lo que mas le apasionaba, la musica. Me derretia por dentro cuando hablaba con sentimiento jejeje. Por lo que me conto, la musica era un oficio impresionante y precioso, pero algunas veces, tambien un tanto agotador. Y me lo imaginaba, sobretodo yo, que me encanta ver los programas de famosos de Divinity y leer revistas de cotilleos de todo tipo.

Estuvimos como una hora y media hablando, aun sentados en el banco del parque.

- Olle, ¿quieres un helado? - dije mientras señalaba un carrito de helados que pasaba todos los dias por ahi.

- ¡Claro! De chocolate, por favor - respondio Abraham.

- ¡Oido cocina! - conteste con una sonrisa.

Cuando me dirigia al carrito de los helados, me encontre una persona con la que habria deseado no encontrarme.

Abraham Mateo, un sueño hecho realidad 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora