Capitulo 14

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Despues de mi habitual y aburrida rutina de clases, llegue a mi casa, y como cada dia, comeria sola, lo unico que cambiaba del dia anterior era... que hoy no tenia tarta.

Poco despues, entro mi madre por la puerta, como todos los dias, pero hoy estaba hablando con alguien por el movil.

- Si, espere un momento - dijo mientras apartaba el telefono de su oido. - Hola, hija ¿Que tal el dia?

- Hola, mama. Muy bien. ¿Con quien hablas?

- Con Susana. - no pude evitar abrir mis ojos como platos. ¡Estaba hablando con la madre de Abraham!

- ¡¿Que dice?! ¡¿Que dice?! - conteste super histerica.

- Bueno, bueno, si me dejas hablar... - se volvio a colocar el movil al oido y siguió hablando - Ajam... ajam... Vale - me estaba estresando - Entonces, ¿cuando tendría que estar ahi? ... Ufff... Vale. Pues muchas gracias. Adios - y colgo el telefono.

- ¿Y bien? - pregunte impaciente - ¿Que ha dicho?

- Que... te vas de vacaciones - me respondió con una sonrisa.

- ¡¡¡Siii!!! ¡Gracias, mama! - dije corriendo para abrazarla.

- De nada, hija - contesto devolviendome el abrazo - Pero hay una cosa que... conociendote, seguro que no te gusta mucho - Eso me quito la sonrisa de la cara - Te vas a tener que levantar a las 5 de la mañana.

- ¡Ohhh! ¡No! Con lo que odio madrugar... Me echare la siesta ahora mismo, para reponer fuerzas para el viaje - dije mientras me encaminaba a mi habitacion.

- ¡Emma! ¡Aun queda un mes!

- Ya, ¡pero no puedo esperar!

Ya habia pasado un mes. La verdad, entre el calor, el inicio del verano, y salir con mis amigos y amigas, se me paso muy rapido el ultimo trimestre. ¡Ya estabamos de vacaciones!

- Bueno, mañana te vas de vacas, ¿no? - pregunto Rocky con una sonrisa picara.

- Si, voy a pasar una semana entera con el chico de mis sueños - dije sonriendo a mas no poder.

- ¡Uy, uy, uy! A ver lo que haceis alli, ¿eh? - dijo Violeta, tan pervertida como siempre.

- Pero chica, ¡¿Cuantos años te crees que tengo?! - respondí yo.

- Bueno, bueno, solo aviso - yo rodee los ojos, intentando cambiar de tema.

- Bueno, tengo que irme. Mañana me tengo que levantar temprano - dije mirando mi reloj.

- Que te lo pases genial. - añadio Penélope.

- Lo mismo digo - respondieron las demas al unísono.

- Muchas gracias, chicas. Adios.

- Adios.

Llegue a casa, prepare todo para mañana, me puse el pijama, me lave los dientes, me meti en la cama, y con mucho esfuerzo, me consegui dormir. Estaba nerviosisima.

Al dia siguiente, sono mi despertador a las 5 de la mañana, tenia una hora para prepararme y meter todo en el coche camino al aeropuerto.

Me levante como un zombie, muy tipico de mi, me vesti, me cepille el pelo, y baje a desayunar, tarde un rato, entre que estaba medio dormida y encima, me entreteni a ver la tele, me di cuenta de que ya iba tarde. Como una bala, corri hasta mi cuarto de baño, me cepille los dientes y ayude a mi madre a subir las maletas al coche.

En media hora, ya estabamos en el aeropuerto de Barajas de Madrid. Me sente a esperar a que avisaran mi vuelo. Mi nervios aumentaban cada vez mas, mientras mi madre intentaba relajarme. Avisaron cuando ya me tenia que ir, asi que me despedi de mi madre.

- Pasalo muy bien, ¿vale? - dijo mi madre.

- Si, mama. No te preocupes por eso - respondí soltando una pequeña risita.

- ¡Ay! ¡Mi niña ya se hace mayor! - añadió mientras me abrazaba. Lo que faltaba, que se pusiera a llorar.

- ¡Mama! Que la gente nos mira - dije apartandola un poco de mi - Ademas, me voy a Cadiz, no al Polo Norte. En una semana ya estare aqui.

- Lo se, pero es que... - contestó secandose las lagrimas que se le salian de los ojos marrones - parece que fue ayer cuando aun te cambiaba los pañales.

- Mama...

- Bueno, sera mejor que vayas ya - Me dio un beso de despedida y me fui.

Fueron hora y media de vuelo, llegue alli a las 10:30 de la mañana, se atraso un poco el vuelo en Madrid.

Fui a recoger mis maletas, y vi una silueta muy familiar, sentada en un banco del aeropuerto, con una de esas gorras que tanto me gustan, y unas gafas de sol que mo dejaban verle los ojos. Estaba sumamente concentrado en la pantalla de su movil. Nada mas y nada menos que un IPhone 5. Me acerque un poco a el y le dije:

- Hola, guapo. ¿Ya te has olvidado de mi?

Abraham Mateo, un sueño hecho realidad 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora