Capitulo 16

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- Entonces, ¿dormiremos juntos?

- Ajam...

- ¿En la cama? - dije esperandome ya la respuesta.

- Bueno... si supone un problema... yo... - iba ha hablar, pero lo interrumpi.

- No. Emmm... Vale, pero ni una palabra a mi madre - añadi insegura.

- Vale - contesto sonriendo, y yo le devolvi la sonrisa.

Se incorporo un poco en la cama, acercando su rostro al mio, agarrandome la cintura con su mano derecha, mientras que con la izquierda sujetaba mi cabeza, hundiendo sus dedos en mi cabello, rozando suavemente mis labios con los suyos, pero...

- ¡Abraham! ¡¿Ya llegó?! - se escuchaban las voces de Susana desde la planta baja.

- ¡Si, mama! - dijo, levantándose de la cama, con frustración.

- ¡Genial! - "si, genial para ti, nos lo has jodido" murmuró. Yo solo reí - ¡La comida esta hecha!

- ¡Ahora bajamos! ¿Por que narices siempre tenemos tan mala suerte? - añadio mirándome.

Yo rei, me acerque a el, puse mis brazos en su cuello y le dije con una sonrisa pícara:

- Bueno, puedes besarme ahora.

El me devolvió la sonrisa, coloco sus manos en mi cintura, y se acercó a mi lentamente. Acarició mis labios suavemente con los suyos, fundiendonos en un sincero, lento y apasionado beso.

- Ejem... ejem... - se escucho una voz grave desde la puerta de la habitacion, que, al parecer, Abraham habia dejado abierta.

Nos separamos un poquito y nos giramos a ver quien era.

- ¿Podriais hacer esto en un sitio menos público? O al menos, ¿con la puerta cerrada? - dijo un hombre que me sonaba de mucho, pero ahora no conseguia ordenar mi cabeza.

- Hola, papa - ahhh, de eso me sonaba - Te presento a Emma - añadió Abraham señalándome.

- Un gusto, Emma - dijo él.

- Igualmente, señor Mateo.

- Llamame Antonio - respondio sonriendo.

- Pues, un placer, Antonio - le devolvi la sonrisa.

- Bueno, chicos, la comida esta lista. Bajad lo antes posible - dijo saliendo de la habitacion - ... cuando termineis vuestras cositas - eso ultimo acabo en un susurro apenas audible.

Bajamos a comer cogidos de la mano, y ya estaba la mesa puesta.

- ¡Si! ¡Espaguetis! - dijo Abraham corriendo hacia la mesa.

Nos sentamos en las sillas, y fue una comida entretenida, aparte de que ya se porque los espaguetis de Susana eran los favoritos de Abraham. ¡Que delicia!

Pasamos toda la tarde ordenando mi maleta y presentándome la casa. Si es que no nos parabamos en un rincón a hacer de las nuestras (no me seais mal pensados).

Despues de un dia de risas, besos, y unos espaguetis riquísimos XP ya era la hora de cenar. ¿Y saben lo que ibamos a cenar? ¡Palomitas! Una cena rara, pero muy rica.

- ¿Quieres ver una peli? - me pregunto Abraham.

- ¡Claro! - conteste entusiasmada.

Abraham fue a poner el CD en el DVD, mientras yo fui ha hacer las palomitas. ¿He mencionado que soy una experta en el tema?

Entre en el salon, estaba oscuro y Abraham estaba terminando de poner la pelicula.

Se sentó en el sofa, yo deje el bol de palomitas en la mesa y me sente con él. Apoyé mi cabeza en su hombro, y el rodeo mi cintura con su brazo.

- ¿De que va la peli? - pregunte

- De un cadáver que desaparece del hospital, y luego se convierte en zombie o algo asi.

- ¡¿Que?! - dije separandome de el, abriendo mucho los ojos, mirándole.

- Tranquila, estoy contigo - contesto acercandome otra vez a el, agarrandome por la cintura.

Yo resoplé nerviosa, mientras el acariciaba mi cintura con el pulgar.

- Tony también queria ver la peli - solto una risita - pero no le deje.

- ¿Que? ¿Por qué no? - pregunté confundida.

- Porque si estuviera aqui, no podria hacer esto.

Se acercó a mi y besó mis labios apasionadamente. Me tumbó en el sofá, quedando él encima de mi, profundizando el beso. Su lengua se deslizó dentro de mi boca, chocando con la mia tierna y juguetonamente. Colocó sus manos en mi espalda, metiéndolas bajo mi camiseta, yo coloqué mis manos en sus hombros. Nos separamos por falta de aire, respirando entrecortadamente.

- Te quiero - dijo con dificultad.

- Y yo a ti, mi amor - respondi, y le volvi a besar.

Abraham Mateo, un sueño hecho realidad 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora