Nunca ni por mas que lo intentemos logramos huir de nuestros sentimiento, sin importar que tan lejos estés de la persona dueña de ellos; si son demasiado fuertes no logras dejarlos atrás. Pero crees que después de que las cosas se vuelvan un caos se...
Apretó los ojos y pensó un momento la respuesta que iba a darle, así que no hablo hasta que estuvo seguro de lo que diría.
-Estoy seguro de que es bueno, lo mas bueno que me ha pasado desde esto- se movió un poco antes de empezar a dejar suaves besos y mordiscos en el cuello de la castaña.
-Tienes que dejar de hacer eso Ross- pronuncio con voz ronca, apenas consciente- no voy a poder controlarme después.
-No quiero que lo hagas- espeto el rubio haciendo las mordidas y besos mas intensas, eso realmente estaba enloqueciendo a la castaña.
Las manos del rubio le recorrieron los muslos y se situaron en su vientre desabrochando los botones de su pantalón.
-Estamos en la cocina- jadeo la castaña con respiración entrecortada-, mi madre podría llegar en cualquier momento- termino. Soltó un bufido y sostuvo las manos del rubio que ahora le recorrían la espalda.
Se alejo de él que soltó un gruñido e hizo que lo mirara.
-Hay que dejar esto ahora o no vamos a parar- dijo sin querer hacerlo, le dio un beso en la mejilla y se levanto; luego de abrochar su pantalón de nuevo retiro si mano hacia el rubio que la miraba expectante y luego de hacerle un gesto con la cabeza y brindarle una media sonrisa él la recibió gustoso y se puso de pie.
-Tienes que ayudarme a arreglar este desorden que hiciste Ross.
-¿Que?- la miro burlón- Ambos lo hicimos.
-Fuiste tu quien me mojo con la manguera amig..- bajo la mirada y sabía que se había sonrojado, como no después de recordar el día anterior y todo lo que había sucedido en su cama.
-Deja de hacer eso- gruño el rubio estando mas cerca, le tomo la barbilla y la jalo haciendo que se dejara de morder el labio- vas a volverme loco si continúas así- confeso con una media sonrisa.
-Lo siento señor Lynch si le molesta que lo haga, pero se me es inevitable- bromeo adoptando un tono mas serio.
-Pues lo hace señorita Marano y le aseguro que no quiere averiguar lo que va a suceder- le siguió la broma y ella no pudo evitar soltar una carcajada y morderse el labio en ese instante-Te lo advertí- dicho esto la aprisiono contra la isla y la beso, mas intenso, mas salvaje, mas apasionado que cualquier otro día.
Lamió, mordió y saboreo sus labios hasta que la falta de aire se hizo presente, porque de otra manera hubiera podido quedarse ahí por horas.
-No me canso de hacer eso- confeso el rubio mirándola. La castaña se relamió los labios levemente hinchados y lo miro.
-Ya veo- rió- y no me molesta ni un poco- dejo su mano sobre el pecho del rubio para apartarlo- pero necesito que limpiemos esto-dejo un corto beso en sus labios.
-De acuerdo- acepto ya resignado sabiendo que había obtenido mas de lo que hubiera creído y, aunque deseaba mas de eso sabía que tendría otro momento para hacerlo.
Luego de limpiar caminaron hacia la sala para distraerse, aunque todo estaba normal la castaña no podía dejar de sonrojarse cuando cada vez que se descuidaba el rubio le robaba un corto beso, lo disfrutaba, eso era obvio, pero sabía que había algo que no estaba bien y aunque lo ignoraba de una u otra manera seguía ahí.
-Supongo que nos veremos luego- dijo levantando los hombros.
-Tenlo por seguro- el rubio le brindo una media sonrisa y se acerco hasta estar frente a ella- te llamare cuando me desocupe.
-Lo se- la castaña sonrió y volvió a mirarle.
Sus miradas se quedaron fijas en la del otro por tanto tiempo que apenas fueron conscientes de aquello.
-Te quiero- pronuncio el rubio antes de dejar un corto beso en los labios de la castaña y moverse hasta llegar a su auto, dejándola con algunas palabras en el aire, unas que quería que el escuchara.
Cerro la puerta y suspiro recargándose en esta.
-También te quiero- dijo para ella misma aun sabiendo que eran palabras mas fuertes que esas las que quería decir.
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