WIGETTA LOVE ¿Realidad o Fantasía?

CAPÍTULO 3: Intruso en casa

Movió mas cajas con el palo para poder asegurarse de que lo que estaba ahí debajo eran ratones. Sin embargo lo que encontró fué totalmente diferente a lo que los dos se imaginaban.

-¿Pero que rayos es eso, tío? -Preguntó Guillermo, alterado a mas no poder. Pero manteniendo calmado su tono de voz.

-E-Es... es...

Ninguno de los dos entendía lo que pasaba, ¿Cómo es posible? ¿Y que demonios era esto? ¿Quién era esta persona? Muchas preguntas se formularon de inmediato, la mayoría sin respuestas. Los dos tenían miedo por lo que habían encontrado, pero si esta persona seguía viva tenían que hacer algo. De lo contrario se meterían en graves problemas.

-¡Quita las demás cajas! -Dijo de inmediato Guille. Si bien tenia miedo no podían quedarse ahi parados.

-¿Quién es este tío? -Murmuró Samuel, moviendo temeroso las cajas que estaban sobre el sujeto que habían encontrado. No tenian la mas minima idea de donde había salido ese sujeto.
Se escucharon murmullos de su parte, como cuando despiertas con flojera por las mañanas, pero adolorído. Mientras mas cajas apartaban, mas se confundían los dueños de la casa. Las extrañas ropas del misterioso personaje estaban rotas y algo sucias, como si estuviera quemada, pero aun así se notaba el tono morado de estas. Sus guantes blancos estaban en tonos grisaseos ahora. Al igual que sus botas y la extraña armadura que llevaba, todo esto hacia pensar a Samuel que el tipo no era comun. Podría ser uno de esos tíos que se disfrazan de personajes de TV. Pensó.

Guillermo miraba entre asustado y sorprendido. Temblaba estando detras de Samuel mientras miraba al sujeto que estaba semi-desmayado entre las cajas.

Al quitar la ultima de estas pudieron ver su rostro.
Era blanco, tenía una barba de uno o dos días, y heridas multiples por toda la cara, como las quemaduras de su ropa. A un lado de su rostro se encontraba un aparato extraño, con un pequeño cristal morado que estaba roto, y goteando un poco de sangre, que provenía del rostro de este sujeto. Su cabello era negro y puntiagudo, que a pesar de que toda su ropa estaba hecha mierda, seguia intacto.

Estaban perplejos, su rostro era muy parecido, o igual, al de Samuel. Y este no podía evitar sentirse en una clase de sueño extraño, miró a Guillermo por escasos segundos, buscando saber que hacer o como reaccionar. Esto no era ni un poco normal, ¿Cómo mierda es que este tipo entró aqui? ¿Porqué esta inconciente? ¿Porque se parece a Samuel? Y ¿Porqué esta vestido así? Estaban tan sorprendidos y asustados que no se detenían a pensar lo que sucedía, por mas incoherente que pueda ser la respuesta. Todas las demás preguntas se resolverían pronto.

El sujeto comenzó a despertar entre sus murmullos. Haciendo que los dos chicos se apartaran de sorpresa, esperando que nada peor pudiese pasar, ahora mismo sus corazones andaban a mil por segundo, una sorpresa mas los mataría seguro.

-Agh... -Se intentaba levantar del suelo donde estaba. Pero aun estaba demaciado adolorido como para hacerlo. Le dolía la cabeza y le ardía el cuerpo. Tambien tenía humeda la frente por la sangre que escurría por esta. Con lentitud logró ponerse de pie y mirar a su al rededor, aunque veía borroso logró ver a los dos que lo miraban como tontos sin poder pronunciar una sola palabra. Pero apenas dió un paso y cayó de nuevo al suelo, estaba demaciado debil como para caminar, ni siquiera recordaba lo que había pasado, ni porque todo se ve tan extraño. Nunca había visto una casa como esta.

-Haz algo Samuel, no seas tonto -Susurró nervioso el mas joven. Apartandose unos cuantos centimetros mas.

Samuel se acercó a paso lento y aun sosteniendo el palo con la mano derecha. Dejo en el suelo dicho objeto para poder ayudar al tío este. Tenian demaciadas preguntas que hacerle, pero no estaba en buen estado como para siquiera mantener los ojos abiertos. Tenían que ayudarlo primero.