CAPÍTULO 14: Eres Mio, Y Yo Soy Tuyo

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••••Narrador••••

Se encontraban besandose en medio de la habitación, sus respiraciones comenzaron a salirse de control. Samuel se separó dejando a la vista el sonrojado rostro de Guillermo, lo apoyó contra la pared, sintiendo el frio de esta pero sin embargo no le causó nada, pues el calor corporal de ambos ahora mismo era el mismo infierno, y sus corazones eran las llamas de este.

—¿Q-Qué pasa?... —Preguntó sorprendiendose al sentir los húmedos labios de Samuel sobre su cuello, casi deborandoselo. Los suspiros pronto se hicieron presentes en la habitación.

Pero no hubo respuesta de el mayor.

Guillermo había entrado en su habitación, justo en el momento indicado, los nervios ni siquiera llegaron a Samuel, se dejo llevar por la excitación en su entrepierna y simplemente atacó al menor con sus labios, sabía que nada de lo que hiciera esta noche le desagradaría.

Su camisa comenzó a ser desabotonada por Samuel, dejando a la vista la piel suave y blanca de Guillermo, quien estaba flipando por todas las sensaciones que le hacía pasar el hombre que ahora se encontraba besando su cuello, sacandole incontables jadeos.

Los húmedos besos empezaron a bajar lentamente desde su cuello hasta su blanco pecho. Las manos de Samuel se coloraron en la cadera de Guillermo, obligandolo a moverlas levemente de un lado a otro, provocando que su, por ahora, flacida entrepierna bajo su pantalon se rozara con la erección del mayor.

—E-Espera, Samu, no quiero... —Dijo evitando liberar sus gemidos, aunque evidentemente no funcionaba. La humeda lengua que se encontraba lamiendo su pezon izquierdo le hacía delirar, al igual que las grandes manos que apretaban su cadera con el cuerpo de Samuel.

—Tu cuerpo no dice lo mismo... —Murmuró llevandolo a la cama entre sus brazos, recostandolo sobre el colchon, y colocandose sobre él. Su rostro estaba rojo a mas no poder, y su cuerpo no respondía como el quisiera, estaba siendo traicionado por el placer.

Sus labios volvieron a encontrarse en una batalla apasionada, intercambiando suspiros en el mismo, luchando con sus calientes lenguas y mordiendo de vez en cuando lo que se les interponía. Guille, de a poco comenzaba a tener mas confianza en esto, dejando que Samuel se encargara de dominarlo a su gusto, su entrepierna lo hacia ya no poder dar marcha atras.

Las manos del menor se colocaron en el fuerte pecho de Samuel, mientras que este empezaba a despojar a Guillermo de sus prendas poco a poco. Los minutos pasaban como horas para ambos, y es que en su burbuja de amor nadie es capaz de interrumpirlos, ni siquiera sabiendo que había alguien mas en la casa se detendrían.

Sus cuerpos calientes, sudorosos y ebrios por el placer los obligaban a mandar al resto del mundo a tomar por saco, quedando solo ellos dos, tumbados en la cama, semi desnudos, y muy excitados.

—Guille... no puedo mas, ven bebé —Dijo, haciendo que el menor se sentara sobre la cama, quedando mas cerca de su cuerpo. Guille no dejaba de mirar el reluciente y musculoso cuerpo de Samuel, incluso se había olvidado por un momento que le daba asco su propio cuerpo, que le daba vergüenza que lo viera sin ropa. Pero ahí fue cuando lo comprobó, Samuel no mostraba ni una sola expresion de asco en su rostro, o de risa, mas bien se lo estaba follando con la mirada. Eso lo hizo sonrojar aún mas, si es que se podía, por que también él lo estaba violando con la mirada. Su cuerpo simplemente era digno de un modelo, si así tenía el cuerpo ¿Como tendrá la polla?

No se explicaba como era que, pasando tantisimas horas apachurrado frente a una computadora, podía tener un cuerpo tan increiblemente sexy, ¿Esteroides? Eso hizo reír internamente a Guille, sabía que no era esa la razon, conocía a Samuel.

WIGETTA LOVE ¿Realidad o Fantasía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora