CAPÍTULO 28: ¿Desaparecer? (Última Parte)

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Ambos se encontraban ahora en el hospital, Samuel esperaba nervioso y mirando al suelo, mientras que en una de las habitaciones del lugar Guillermo estaba siendo operado. No tuvieron mas opcion que venir aqui cuando de un momento a otro Guillermo comenzó a tener unos dolores muy fuertes.

Era la unica persona en los pasillos, las luces alumbraban debilmente el lugar, dandole un toque mas sombrio a todo. Gotas de sudor escurrian por su frente hasta su cuello, no podia aguantar mas tiempo sin tener noticias sobre su novio y su hijo. Tenia miedo.

Entonces fue cuando de la habitacion salió un doctor, el mismo que estaba operando a Guillermo hace solo minutos.

Se levantó inmediatamente y se acercó al doctor.

—¿Cómo está Guillermo? ¿E-Esta bien, cierto? —Sus nervios no hacian nada mas que empeorar un poco la situacion, apenas lo dejaban hablar. El doctor suspiró pesadamente y volvió la mirada hacia Samuel.

—Le voy a ser sincero, lo que sucedio era casi inevitable, habian muy pocas probabilidades de que el bebé se salvara. —Murmuró con cierta tristeza, haciendo que Samuel se alterara aun mas y que aumentaran las ganas de entrar a la habitacion ahora mismo. —Tuvo un aborto natural.

Ahi fue cuando su mundo se rompió en miles de pedazos. No... esto no podia ser posible, no podia estarles pasando esto, tiene que ser una broma de mal gusto simplemente.

El doctor dejó que entrara a ver a Guillermo, sabia que no contendria mas las lagrimas. Habian perdido a su bebé, a su primer hijo, a todo su amor en persona.

Guillermo despertó sudando, con la respiracion agitada y muy acalorado, estaba tapado con las sabanas hasta la cabeza y no podia moverse casi. Samuel lo abrazaba desde la cintura aun estando dormido, sin percatarse de lo que estaba pasando.

Las lagrimas empezaron a salir de los pequeños ojos del menor, logró descubrir su rostro para poder respirar mejor e intentar calmarse. Solo habia sido una pesadilla, una en la que todo lo veía desde la perspectiva de otra persona, solo eso.

Intentó volver a acomodarse en la cama sin hacer tantos movimientos, pero de todos modos terminó despertando a Samuel.

—¿Guille? —Su voz sonaba adormilada, ni siquiera tenia los ojos abiertos.

—Perdon si te desperté, vuelve a dormir. —Dijo rapidamente, dandole la espalda a su novio en un intento de no preocuparlo con sus lagrimas, pero hizo todo lo contrario.

—¿Pasa algo chiqui? —Se volteó un poco y pasó su mano desde la cintura de Guille hasta su vientre, acariciandolo un poco. —¿Tienen hambre otra vez? —No era la primera vez que se despertaban esa noche, hace como media hora se habian levantado a causa de los antojos del preñado.

—No, dejame —Pidió timidamente, aunque en realidad le gustaba mucho sentir caricias en el vientre.

—Dime que pasa cabezón, confia en mi —Besó su mejilla y continuó con las suaves caricias, las cuales lograron tranquilizar a su novio, en cuestion de segundos estaba otra vez durmiendose.

Samuel soltó una leve risa y lo acurrucó juntando su espalda con su pecho, para volver a dormirse en cuestion de segundos.

El guante blanco se encontraba en el suelo, tirado en medio de la habitacion y rodeado de pequeñas gotas de agua que calleron del cabello de Willy. Diminutos pixeles morados parpadeaban al rededor de donde se suponia que estaba el brazo de Vegetta, para despues desaparecer rapidamente en el aire, sin dejar un solo rastro.

Se estaba desintegrando mas rapido casa vez, pronto no quedaria tiempo para salvarlo, si es que aun había. Su otra mano comenzo a desintegrarse tambien, desapareciendo en pequeños pixeles blancos, mientras él miraba aterrorizado al igual que Willy, quien no podia ni siquiera hablar. A nadie se le ocurria una solucion, pero el tiempo se estaba agotando y tenian que reaccionar rapido.

WIGETTA LOVE ¿Realidad o Fantasía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora