Capítulo 4: El Trato

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Pasaron los siguientes dos minutos tratando de convencer al desconocido para que dejase la espada. Y por suerte para ellos lograron hacer que este pasara de matarlos, por tener hambre.

••••Narra *******••••

-Tú -Señalé con mi espada a la humana de ojos rasgados, tiene parecido con mi compañero, pero este sin duda es mujer. Logre su atención y entonces hablé. -Ve a traerme algo de comer, mujer.

Su rostro parecia enfadado, al igual que el del sujeto que estaba con ella.

-¿Disculpa? No voy a hacer lo que me ordenes -Respondió cruzando sus brazos y desviando la mirada. Suspiré y me acerque.

-Claro que lo harás -Murmuré formando una sonrisa, a mi compañero no me lo puedo tirar, pero a esta chavala si que si.

-Alejate de él -Escuché de parte del hombre a su lado, como si quisiera intimidarme. Espera... a caso dijo... ¿Él?

-Hagamos un trato -Dijo "la mujer", sujetando el brazo de su compañero, supongo que para evitar algo, ya lo veía venir.

-Te escucho, sea lo que seas -Respondí pensando en solo una cosa; ese trasero que tiene es de toda una mujer, ¿Cómo demonios es hombre? Aun que debí saberlo por la voz... si que soy tonto.

-Si nos dices que estas haciendo aquí, y quien eres... te cocino lo que quieras -Dijo mirandome y luego mirando al otro tipo. Lo pensé por unos instantes, era dar infomacion que desconozco a cambio de comida... ¿Qué diría Willy?

-Ostras pues el hambre me gana, trato hecho. -No puedo combatir el hambre.

-Entonces sientate, y mientras yo cocino los respondes. -Dijo la mujer o lo que sea. A lo que yo accedí.

Aunque había algo que me incomodaba a parte del hecho de que estaba en un lugar desconocido, y era que su amigo no dejaba de mirarme como si fuera la octaba maravilla del mundo o como si quisiera matarme. Aunque pensandolo bien, la primera no me sorprende, soy toda una bestia parda. Recordaba haber escuchado hablar al chaval este, su voz y su aspecto es semejante al mio, sin contar mis cicatrices, claro esta.

Miraba con curiosidad la casa, cuando volví a escuchar la voz del otro que juraria que era mujer.

-Para empezar... ¿Cómo te llamas? -Preguntó desde lo que parecía ser una cocina. Yo le mire desde aquí sentado.

-Hombre, pues VegettaGaymer, ¿No es obvio? Pero tú me puedes llamar Bestia parda, guaetona -Murmuré sonriendo de lado, y apoyando los brazos en el asiento.

Escuché murmullos de parte de su amigo, lo mire por unos instantes, notando lo molesto que se le veía, yo por mi lado solo sonreia por la hermosa vista que tenía de la dama con carita de Willy.

••••Narra Guillermo••••

Fué ahí cuando no supe si esto era parte de una malvada y pesada broma bien elaborada, o si en verdad este tipo decia la verdad sobre su nombre. ¿Pero que estoy pensando? Es imposible... tan imposible como aparecer una espada de la nada o como que un tipo desconocido estuviera en nuestra casa. Mire a Samuel desde aquí, parecía casi matarlo con la mirada, no se porque este molesto pero no lo deja pensar en lo que dice el tipo este "VegettaGaymer" a parte del hecho de que me llama mujer, no me molesta por increible que sea.

-Bueno... -Dije decidiendo seguirle la corriente.-Y... ¿Cómo llegaste aquí?

-Pues en un portal ¿A caso crees que un hombre guapo te aparecera en la casa asi como asi? -Dijoo presumiendo un poco. Este definitivamente tiene que ver algo con Samuel, hasta su forma de hablarme se le parece, solo que este es mas... ehm... atrevido diria yo. Y hasta ahora era el que mas entendia lo que pasaba de nosotros tres.

WIGETTA LOVE ¿Realidad o Fantasía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora