¿Por qué todas las clases de matemáticas son tan aburridas? Números, números y más números. Por suerte solo tendremos esta materia tan tediosa por este semestre, ya que no tiene mucha relación con nuestra carrera; pero el Ministerio de Educación sentenció que todas las Universidades deberían de tener al menos un año de matemáticas para tener por sentado lo básico. No es que me fuera mal pero nunca me han gustado los números.
Creo que he heredado la habilidad de resolver los ejercicios fácilmente de mi padre; ya que hace quince minutos había terminado. Lo único que podía hacer ahora era dibujar un poco en mi cuaderno y, para mi muy grata suerte, ver a Jason comiéndose la cabeza para poder resolver un simple problema.
Podría ayudarlo y terminar con su tortura.
Reí para mis adentros.
Sí, claro. Eso sería muy estúpido de mi parte. Pocas veces podía devolverle sus burlas.
Y esta oportunidad no la dejaría pasar ni loca.
Lentamente alcé mi hoja, con todas las respuestas de los ejercicios que el profesor nos había entregado para completar, pasándolo lentamente y muy cerca del rostro de Jason. Este al darse cuenta de lo que contenía dicho papel cambió su rostro por uno de súplica hacia mí. Se veía tan tierno. Comencé a reír.
-Por favor Hazon, ayúdame al menos una vez. Nunca lo has hecho- me reprochó; alcé una ceja cuestionándolo- bueno, sí lo hiciste pero...- continuó juntando sus manos en forma de plegaria- te lo ruego, ayúdame.
-¿Y qué obtengo a cambio si hago tal cosa?- quise saber.
-Lo que quieras- dijo sin dejar que el tiempo pase.
-¿Lo que quiera?- repetí.
Jason se limita a asentir, dándome la razón.
Suspiro- más vale que cumplas Blace- dije al fin, entregándole mí trabajo.
Él sonrió y besó mi mejilla- gracias Hazon. Eres buena cuando quieres- dijo a la vez que esquivaba un golpe mío y reía.
Las siguientes horas no fueron muy productivas ni emocionantes que digamos, un poco de Arte aprendiendo sobre la historia del barroco y otro poco de Literatura en la cual comenzamos a leer "Las intermitencias de la muerte" a juzgar por la sinopsis que nos ha dado el profesor Baker es muy interesante y hasta entretenido.
Luego llegó la hora de irnos y aquí fue donde comenzó mi mal día.
Ya salíamos de la Universidad junto con Jason hacia el estacionamiento, ya que se ofreció a llevarme a casa, cuando me quedé estática en mi lugar frenando secamente. Mi mente al igual que mis ojos no daban crédito a lo que veían.
-¡Emily, querida!- gritó una señora ya entrada en la etapa de los cuarenta años que lucía un apretado vestido rojo y unos tacos negros a juego con su bolso; se notaba que lucía un fino maquillaje que la hacía aparentar menos edad de la que poseía. Mierda.
-¿Quién es ella?- oí a mi lado. Más mierda, Jason seguía junto a mí.
-Es... mi madre- dije con una voz tan borde que me impresionó hasta a mí misma. Al parecer también sorprendió a mi compañero ya que inmediatamente posó su vista en mí ¿Se habrá notado demasiado el desagrado que me causa el verla aquí? Pero ¿Qué esperaban? ¿Que la reciba con flores luego de que la última vez que la vi fue cuando me echó de mi propia casa? Si es así, sigan soñando.
Creí que, al obtener una respuesta por parte mía, Jason se iría; pero no fue así. Al contrario de lo que me esperaba, me tomó por la cintura y me apegó hacia Él ¿Qué pretende? Será que acaso... ¿Que vio a través de mi voz?
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Just a Boy
RomanceEn realidad el problema no radica en lo bonito de sus ojos. Más bien en lo expresivo de su mirada. Y vaya que sus ojos son hermosos.