-Vamos Jason, será divertido- le animaba mientras lo jalaba del brazo.
-No lo tengo del todo claro- dudaba desganado, caminando a paso pesado- ¿Por qué estamos aquí?
-Pues como alguien ha sacado mejor nota que Tú...- comencé a decir desentendida- iremos a la feria.
-El trato era que si Tú ganabas te pagaría el almuerzo- replicó.
-Y eso harás- dije dándole la razón- pagarás mi almuerzo en la feria- terminé sonriendo maliciosamente.
-¡Eso es trampa!- se quejó.
Alcé los hombros restándole importancia- nunca especificamos en dónde sería el almuerzo. Vamos Jason, te divertirás- Él solo paró en seco; no tuve otra alternativa más que mirarlo con una gran interrogante en mi rostro.
-¿Esto sería como una cita?- preguntó interesado. Sonreí, parece que había descubierto mi plan. Obviamente no lo diría abiertamente ni mucho menos.
-Tómalo como te haga sentir mejor- me hice la interesante y di media vuelta comenzando a caminar hacia la entrada. A los pocos segundos sentí como Jason se encontraba junto a mí y tomaba mi mano.
-Pues lo tomaré como una cita- habló. Mi corazón dio un brinco de felicidad al escuchar esas magníficas palabras salir de sus labios. No podía articular palabra alguna, solo sonrojarme y pensar que parecía una adolescente enamorada.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
La tarde no pudo ser más que perfecta. Jason me hacía reír con sus comentarios y bromas. Subimos a la montaña rusa luego de que negara unas cien veces hasta que, finalmente, aceptara y comenzara a rezar todas las plegarias que sabía. Nunca me había subido a una; estaba totalmente aterrada ¿Y si los cinturones de seguridad se rompieran y cayéramos al vacío? ¿Y si las riendas estaban mal soldadas y nuestro carro terminara destruido? Mi imaginación hacía estragos en mi mente causando el terror con mis propios pensamientos, hasta que sentí la mano de Jason aferrándose a la mía en señal de confianza y protección causando que todo lo malo imaginado anteriormente se desvaneciera y quedara en la nada. Ese era el efecto que Jason provocaba en mí: una anestesia en mi cabeza que alejaba todo el horror que torturaba mi pobre mente.
Ya nos había alcanzado la tarde cuando nos detuvimos a tomar un helado. Uno de fresa para mí y uno de crema americana para Jason.
-Estamos completamente locos al tomar helado en pleno invierno- bromeaba el recién nombrado.
-Mi padre siempre decía que nunca hay un mal momento para un helado- recordé nostálgica.
-Tiene razón, y más en estos momentos...- creí oír; digo "creí" ya que lo susurró. No quise arruinar el momento con mis palabras, así que guardé silencio y me limité a desviar mi vista hacia a un lado. Grave error. Mi mente se bloqueó al momento de ver a esa persona que se encontraba sentada a solo unos metros de mí. Mierda ¿Por qué ahora? ¿Qué hacía ella aquí? No quería verla, al menos no ahora; aquí, con Jason. Simplemente me surgieron deseos de salir corriendo a todo lo que daban mis pulmones.
-¿Emma? ¿Estás bien?- oí que decía Jason, pero no podía articular palabra alguna para responderle. Estaba completamente bloqueada, odiaba que ella causara ese efecto en mí. Y es que siempre resultó ser así.
-¿Quién es ella?- preguntó. Oh cierto, Jason no sabe quién es Judith Baker.
Al parecer mi boca recordó que tenía la capacidad del habla ya que dijo en un pequeño susurro- es... una vieja amiga- por la expresión del rostro de Jason no parecía estar del todo convencido con mi respuesta.
Era evidente que el mundo conspiraba en mi contra ya que pude divisar como Judith se acercaba hacia mí.
-¡Hey Emma!- saludó para luego darme un tortuoso abrazo; su tacto quemaba- ¡¿Cuánto tiempo ha pasado?! ¿Dos años?- parecía alegre de verme.
-Tres de hecho...- decía con una voz apagada. Inmediatamente se separó para verme a los ojos. Mierda. Lo único que pude hacer fue sonreír falsamente; pero no, claro que no; con ella no funcionaban esas cosas, con ella no podía fingir como con todos. No, ella sabía cuando fingía y cuando mi sonrisa era genuina. Su rostro lo decía todo: me pedía; no, me exigía que le dijera lo que me afligía. Pero... simplemente no podía. Dolía demasiado. Preferí desviar el tema... como siempre.
-Ammm Judith, Él es Jason Blace. Es... un amigo- le presenté. Pude ver como cambiaba su expresión a una de asombro y volvía su vista hacia mí. Sonreí internamente. Ella siempre eraba al pendiente de todos mis "amoríos" como ella los llamaba en sus momentos. Todo el tiempo aconsejándome y al pendiente de mí. Extrañaba esos momentos; aún lo hago de hecho.
-Un placer conocerte Jason- decía a la vez que extendía su mano.
-El gusto es mío- contestaba no tan seguro de lo que decía.
-Oh mira la hora, llegaré tarde a mi clase de medicina- decía Judith mientras veían el reloj de su muñeca- siento no poderme quedar a charlar Emma. Aún tienes mi número ¿verdad?
-Sí, es el mismo de siempre ¿cierto?
-Exacto, debo correr o me pondrán un retraso- se despedía abrazándome. Su tacto aún quemaba.
Sin querer darme cuenta Judith ya estaba corriendo calles arriba. Esto es más doloroso de lo que creí que sería. Había pasado tanto tiempo.
-Creo que me merezco una explicación ¿verdad?- me dijo Jason una vez que posé mi vista en Él.
Un pesado y largo suspiro salió de mis labios- es una larga historia- le advertí.
-Tengo todo el tiempo del mundo- decía mientras tomaba mi mano.
Notas de Autora:
Heeyyyyyyyy!!!!!! ¿Cómo les va? Ni me lo digan. Sé que no es exactamente lo que esperaban. Lo sé. Pero la escuela me tiene algo ocupada y no estoy consiguiendo apartar un tiempo para escribir. Eso sí, la inspiración está a flor de piel y mis sentimientos ni se imaginan.
En fin no los molesto con mis cosillas y analicemos un poquito este capítulo ¿Se esperaban un nuevo personaje? ¿Qué les pareció Judith y quién creen que puede ser en la vida de Emma? Esta última pregunta lo sabrán en el próximo capítulo que será dentro de muy poco ya que tengo un avance de este mismo.
Mil gracias a todos los que leen, votan y comentan este pequeño proyecto. Sobre todo a mi mejor amiga Delfina que está MUY emocionada y poco más me coloca un arma en la cabeza para que actualice. También un fuerte saludo a mi hermana Micaela que está en las mismas condiciones psicológicas que mi amiga. Aún así las quiero xD
No se olviden que si votan, comentan y comparten se agradece y me da más motivación para actualizar con mayor frecuencia.
Un fuerte abrazo. Los quiero.
Maia
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Just a Boy
RomanceEn realidad el problema no radica en lo bonito de sus ojos. Más bien en lo expresivo de su mirada. Y vaya que sus ojos son hermosos.